SEGÚN EL BANCO DE ESPAÑA

La riqueza de los más pudientes aumentó en el arranque de la crisis

Más realistas que el mercado, las familias españolas reconocen una merma del 6,9% en el valor real de su vivienda entre 2005 y 2009.

La riqueza del conjunto de los hogares, esto es, los bienes que atesoran, ya sean inmuebles, acciones o depósitos bancarios, disminuyó en el arranque de la crisis, pero aumentó en el colectivo de las más pudientes. Lo revela la Encuesta Financiera de las Familias, que el Banco de España elabora cada tres años y que tiene el valor de ser la única fuente de información microeconómica que permite relacionar las rentas, los activos, las deudas y el gasto de las familias españolas.


A comienzos de 2009, y respecto a tres años antes, la riqueza neta (valor de las propiedades, descontadas las deudas), mediana de las familias españolas se limitó a 178.300 euros, lo que supone un recorte en términos reales del 6,5% respecto a tres años antes. La mediana es el indicador que los estadísticos consideran el indicador que mejor refleja una situación, al ser un punto equidistante: la mitad de los hogares tenían una riqueza inferior a ese valor, mientras la otra mitad se colocaba por encima. Pero la Encuesta pone de manifiesto que los problemas económicos no afectan a todos por igual. Los hogares con mayor nivel de riqueza registraron en el trienio 2006-2009 un incremento del 6,5%.


La vivienda en propiedad sigue siendo el mayor bien que poseen las familias, aunque en el momento de la encuesta ya se empezaba a registrar una pérdida neta de su valor. A comienzos de 2009, el piso propio representaba el 54,8% de los activos totales que reconocían los hogares, una cuota que representa una merma de 4,1 puntos porcentuales con relación a tres años antes. Pese al 'boom' inmobiliario, las familias españolas eran más realistas y estimaban que, descontado el efecto de la inflación, el valor real de su vivienda principal disminuyó un 6,9% entre el último trimestre de 2005 y el primero de 2009.


El incremento del endeudamiento que ahora todos lamentan fue particularmente elevado entre los hogares cuyo cabeza de familia estaba inactivo -y no era un jubilado- o se encontraba parado. Las ofertas de las entidades financieras hicieron mella en este colectivo, con dificultades reales para salir adelante, hasta el punto de que el porcentaje de este tipo de hogares endeudado en un porcentaje superior al 75% de su riqueza pasó del 5,7% en 2005 al 19,4% en 2009.


Entre los hogares endeudados, la deuda mediana ascendía a 36.000 euros, un 7% superior a la que mantenían en 2005. Se mantiene la proporción de familias con débitos pendientes, una de cada dos. Pero al Banco de España le preocupa la progresión de los deudores en los hogares donde nadie trabaja, y en particular en aquellos donde el cabeza de familia es menor de 35 años.