TRAS ALCANZAR LA CATEGORÍA AA+

La rebaja de la calificación de la deuda española costará unos 170 millones

El Tesoro calcula que la rebaja de la calificación crediticia de la deuda soberana de España hasta la categoría de AA+ decidida el pasado lunes por la agencia Standard & Poor's (S&P) tendrá un coste para el Estado de aproximadamente 170 millones de euros en 2010.


Fuentes del Tesoro explicaron que este cálculo se ha realizado teniendo en cuenta una diferencia de unos 20 puntos básicos con el bono alemán de referencia a diez años.


Sin embargo, desde el organismo recordaron que otras dos agencias de calificación internacional, Fitch y Moody's mantienen la máxima calificación para la deuda soberana española, AAA.


Según explicó el pasado lunes la agencia S&P, la decisión de rebajar la calificación "AAA" (máxima calidad) a la deuda soberana de España se debió a la "debilidad estructural" de su economía.


Ese mismo día, la Comisión Europea ofreció sus nuevas previsiones económicas para la zona del euro, y auguró para el caso concreto de la economía española una caída del PIB del 2% este año -cuatro décimas más que el cálculo hecho por el Gobierno-.


Además, el organismo europeo señaló que la recesión no acabará este año, sino que el PIB retrocederá de nuevo en 2010, el 0,2 por ciento, frente al crecimiento del 1,2 por ciento que estima el Ejecutivo.


El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, restó importancia a la decisión de S&P de rebajar la calificación de la deuda española y subrayó que, "en estos momentos, en España no hay ningún problema de colocación" de las emisiones de bonos.


Para Solbes, el cambio supone pasar de "sobresaliente cum laude" a "un notable alto o un sobresaliente bajo".


Por su parte, fuentes ministeriales recordaron que hay otros países europeos con una previsión de caída de la economía mayor que la española y mayores niveles de deuda a los que sin embargo no se les ha rebajado la máxima calificación.


La explicación sería, según las mismas fuentes, la "falta de confianza en la capacidad de ajuste de la economía española" por parte de S&P, a la que ahora "hay que convencer de que esa capacidad es mayor de lo que piensa".