IMPUESTOS

La crisis dispara la 'picaresca' empresarial para pagar menos al fisco

La crisis económica también ha pasado factura a Hacienda, y no solo por la pérdida directa de ingresos, es decir, al ganar menos las empresas y los trabajadores también resulta inferior su aportación a las arcas públicas. En la Agencia Tributaria temen que las dificultades financieras para llegar a fin de mes hayan aguzar el ingenio de los contribuyentes y se ha disparado la 'picaresca' fiscal, tanto para deducirse más de lo que correspondería como para aparentar menos ingresos de los que en realidad se reciben. Los propios asesores en esta materia admiten que muchos tratan de 'estirar' al máximo la interpretación de las normas impositivas, arriesgándose incluso a incurrir en fraude de ley.

Los inspectores del fisco, sin embargo, llegan más lejos en su denuncia y hablan ya sin tapujos de un aumento del fraude, al que achacan la principal responsabilidad en el descenso de recaudación.


Con unas empresas que mantienen beneficios pese a la 'tormenta' -en el caso de las que cotizan en el índice selectivo Ibex´35 de la Bolsa española, sus ganancias crecieron en el primer semestre la mitad que hace un año, pero aún así lo hicieron un 17%- y un consumo que, si bien se ha retraído con claridad, aún no ha disminuido en términos nominales, los profesionales de la Agencia no se explican cómo los ingresos por IVA han caído un 7,7% entre enero y julio, mientras que en el impuesto de sociedades el bajón ha sido del 17,8%.


Advierten en ese sentido, con irónica curiosidad, que la recaudación no ha descendido o lo ha hecho de forma leve en aquellos impuestos más controlados, caso de la renta (IRPF), e incluso recuerdan que en otra crisis de dimensiones parecidas, la de principios de los noventa, el recorte de ingresos se produjo de forma proporcional en todos los tributos. Más aún, argumentan que si bien resulta lógico esperar un fuerte descenso en el tributo societario durante 2009, cuando las empresas acusen los malos resultados de este año, "no es lógico" que en julio pasado, cuando se contabilizaron las declaraciones correspondientes al ejercicio de 2007 (donde las empresas ganaron un 25% más), los ingresos reflejaran un descenso del 25%.

Fraude más apoyado


La sensación es, por tanto, de "fraude generalizado'' y, más allá de la denuncia pública de los inspectores, algunos responsables de Hacienda admiten en privado que ·"algo de esto puede haber" si bien evitan hacer declaraciones públicas en un tono similar para evitar la sensación de impunidad, sobre todo ahora que se evidencia falta de medios humanos y materiales para combatir dicha lacra. A todo ello se une el hecho de que la última encuesta del Ministerio, relativa a las opiniones y actitudes fiscales de los españoles ante aquellos que burlan el pago de impuestos, revele que casi uno de cada dos (49%) no ve con malos ojos esas 'trampas' e incluso el 41% las justifican si con ello se busca "seguir adelante" ante ciertas "circunstancias'' de índole económica en la vida personal o de una empresa, es decir, por necesidad ante una situación de crisis como la actual.


Consciente de ello, y de que ciertas resoluciones de la propia administración tributaria han abierto la puerta a una interpretación más laxa de determinadas deducciones -que precisamente podrían ser más utilizadas ante la crisis económica-, Hacienda tratará de redoblar sus esfuerzos, en la medida de lo posible, para localizar a los posibles defraudadores. Una de aquellas decisiones -adoptada ante la falta de un precepto concreto sobre la cuestión en la normativa del gravamen de sociedades- que da pie a cierta 'picaresca' permite amortizar, en términos impositivos, aquellas deudas que "en parte resulten condonadas tras su renegociación, cobro infructuoso o dudas sobre su futura percepción , teniendo en cuenta que su causa es el evitar el perjuicio total del crédito incobrado".


Algo similar ocurre, esta vez en el IRPF, con el dinero en metálico supuestamente robado y que, según otra resolución favorable al contribuyente, puede computarse en la declaración de la renta como pérdida patrimonial si dicho delito queda "suficientemente probado" para lo cual, empero, bastaría con la denuncia ante la Policía. Mientras, temerosos de nuevas argucias para rendir menos cuentas al fisco, los inspectores vigilan desde hace meses las páginas web de las consideradas grandes empresas -aquellas que facturan más de 6,1 millones de euros anuales y representan dos tercios del total de los ingresos societarios-, con el fin de comprobar que las operaciones que allí se anuncian (resultados, contrataciones, etcétera) tienen luego su reflejo correspondiente en las cuentas y no se ocultan.