GM RECLAMA AYUDAS DE LOS GOBIERNOS

La Comisión Europea, contraria a una carrera de ayudas estatales a Opel

Ministros de Industria de la Unión Europea asistirán el lunes a una reunión informal convocada en Bruselas por el comisario del ramo, Günter Verheugen, para discutir sobre el futuro de las plantas de Opel en Europa.


General Motors ha reconocido que necesita ayuda pública para acometer el plan de reestructuración de Opel/Vauxhall y la Comisión Europea quiere evitar que los gobiernos se lancen a una competición de subvenciones.


"La Comisión es estrictamente contraria a cualquier carrera de ayudas estatales. Necesitamos una solución europea basada en criterios meramente económicos", dijo a comienzos de semana el comisario Verheugen.


La lista de ministros que asistirá al encuentro no se conocerá hasta el lunes, según indicó el portavoz comunitario de Industria, Ton Van Lierop, quien insistió en que el único objetivo de la reunión es "intercambiar información".


Lo que sí se sabe es que han sido invitados todos, incluidos los provenientes de países que no tienen plantas de General Motors en su territorio.


El jefe de la compañía en Europa, Nick Reilly, también estará presente, así como Verheugen y los comisarios europeos de Competencia, Neelie Kroes, y de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla.


Reilly explicará algunas de las principales líneas del plan de saneamiento de la división europea de GM, en el que espera invertir unos 3.500 millones de euros para llegar a la rentabilidad en 2012.


"Queremos lograr el apoyo de la Unión Europea, asegurarnos de que cumplimos con la normativa sobre competencia y garantizar que cumpliremos las reglas", dijo Reilly en una entrevista publicada esta semana en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.


Reilly baraja reducir un 20% la producción de las diez plantas europeas y recortar entre 9.000 y 10.000 de los 50.000 empleos en el continente.


El responsable de la compañía, quien dijo que la reducción de plantilla no implica necesariamente el cierre de alguna de las fábricas, también explicará las razones que llevaron a su empresa a frenar la venta de la filial europea al consorcio liderado por la austríaco-canadiense Magna en el último momento.


El ministro español de Industria, Miguel Sebastián, no acudirá al encuentro entre otras razones porque ya intercambió puntos de vista con Reilly el viernes pasado, durante una reunión que ambos mantuvieron en Madrid.


Entonces, el presidente de Opel y el ministro anunciaron que la planta española de Figueruelas tiene un futuro "prometedor y productivo" en el plan de saneamiento de la marca, que podría incluir la fabricación de un modelo eléctrico.


El Gobierno español, por su parte, intercederá ante el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para facilitar financiación a la nueva estructura de Opel en Europa.


Sebastián también explicó que el acuerdo alcanzado con Magna es el suelo del que parten las premisas del Gobierno respecto al futuro de Figueruelas, aunque "desde un suelo siempre se puede construir algo mejor".


El acuerdo alcanzado con Magna preveía el despido de 900 trabajadores de los cerca de 7.500 empleados de la factoría y garantizaba el futuro de las instalaciones zaragozanas durante diez años.


Por su parte, la plantilla exige a la matriz estadounidense un plan industrial que concrete el volumen de fabricación, los productos y las ventas hasta 2014 como condición para participar en su estrategia de ahorro.