Mantener la casa ordenada no es siempre una tarea sencilla. En ocasiones, el estrés diario y la falta de tiempo hacen que nuestro hogar se sumerja en un caos absoluto. Sin embargo, tener todo a raya cuesta menos de lo que pensamos. Existen diferentes opciones, como las claves de la ‘gurú del orden’ Marie Kondo, entre las 100 personas más influyentes del mundo en 2015, según la revista Times, para conseguir este fin. Pero, si eres de los que no puedes perder ni un segundo, toma nota de estos consejos con los que mantendrás tu casa perfecta dedicando tan solo cinco minutos al día.

Analiza la situación

Antes de comenzar con las tareas domésticas, es necesario que seas consciente de la situación del hogar. Muchas veces, estamos tan acostumbrados al desorden que no sabemos realmente cuáles son los puntos más críticos. Por ello, una buena opción es fotografiar las estancias y analizar la situación para ver dónde quieres colocar cada uno de los objetos o de los que definitivamente debes deshacerte. Otra opción, es verlo desde otra perspectiva, subiéndote a una silla para observar las zonas altas de los armarios o las estanterías o tumbándote en el suelo, para descubrir que se esconde bajo tus camas.

Libera las superficies

Las mesas, encimeras o estantes, en ocasiones, se convierten en un medio de acumular cosas. Una utilidad que además de aumentar la sensación de desorden, hace que llenemos nuestro hogar de objetos inútiles. Por eso, aprovecha los ratos muertos, mientras termina de cocerse la comida, la lavadora o se prepara el café para vaciar estos espacios: eliminando la correspondencia antigua, los papeles que no sirven o incluso algunos objetos que no utilizas. Si cada día eliminas uno de ellos, sin darte cuenta conseguirás mantenerlos todos perfectos.

A la basura, sin lamentaciones

Después de despejar las superficies, es el momento de terminar con las cosas inútiles que guardas en los armarios. No es necesario que dediques toda una mañana a esta tarea, ya que puedes ir haciéndola mientras realizas otras. Por ejemplo, acabar con todos los botes de productos del baño nada más terminarlos, con los 'tuppers' sin tapa cuando preparas la comida que llevarás al trabajo o con libretas llenas y bolígrafos gastados mientras concluyes algún asunto pendiente del trabajo.

Sesenta segundos dan para mucho

Parece que un minuto pasa volando, sin embargo, este puede marcar la diferencia. Es el tiempo que necesitas para ordenar las prendas que has usado en el día, comprobar el estado de la nevera, meter las tazas del desayuno al lavavajillas o para el cuidado de tus plantas de interior, regando alguna de ellas.

No te dejes vencer por la pereza

Hay momentos en los que pensar en recoger aún da más pereza, como por ejemplo antes de ir a dormir. Pero, sin embargo, dedicar cinco minutos a adecentar un poco los espacios marca la diferencia. Tan solo es necesario hacer pequeñas acciones como colocar los mandos del televisor o bien ordenar el dormitorio de todo lo que se ha acumulado durante el día. Este pequeño esfuerzo tendrá su recompensa a la mañana siguiente, con un despertar más agradable y evitará que todas estas pequeñas tareas se acumulen. Lo mismo ocurre a primera hora, el simple gesto de hacer la cama marcará la diferencia y hará que tu estancia parezca mucho más organizada.

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