NUEVA RUMASA

Incertidumbre por el futuro del centenar de empleos de Clesa y Dhul en Zaragoza

En España, los empleados de varias plantas de Nueva Rumasa protestan ante el temor a la pérdida de sus puestos de trabajo y los retrasos en el cobro de los salarios.

Concentración de la plantilla de la factoría de Elgorriaga, ayer en Mérida.
Incertidumbre por el futuro del centenar de empleos de Clesa y Dhul en Zaragoza
RAúL SANCHIDRIáN/EFE

La situación de preconcurso de acreedores de diez compañías de Nueva Rumasa, entre las que se encuentra Clesa y Dhul, afecta a unos 120 trabajadores en Aragón, cuyo futuro está ahora lleno de incertidumbre. El mayor centro productivo de Nueva Rumasa en la comunidad es la fábrica de leche de Cacaolat-Clesa (antigua Sali) situada en Utebo. En ella trabajan 108 personas, de las que solo la mitad han cobrado la nómina de enero. En los últimos años, los retrasos en el abono de los salarios han sido frecuentes pero se ha ido cumpliendo, afirman desde el comité. A ellos se unen una veintena de empleados de Dhul helados (antigua Lácteos Arnedo) en Casetas, la primera planta que adquirió Nueva Rumasa en Aragón, en 2005. La fábrica de helados comercializa la marca Neiss.


Los trabajadores de Cacaolat estaban pendientes de la reunión celebrada en Barcelona, donde está la sede de la firma. El día anterior, al no aparecer Cacaolat en la lista de empresas en preconcurso respiraron algo aliviados, pero ayer les informaron que su pertenencia a Clesa no les ofrecía muchas alternativas. De hecho, desde Barcelona CC. OO. aseguró que el posible concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) pondría en peligro la continuidad de la matriz Cacaolat-Letona. El secretario general de la federación agroalimentaria de CC. OO. de Cataluña, Miguel Ángel Domínguez, aseguró que los problemas que ha tenido la planta para afrontar pagos a empleados y proveedores se deben a que «Nueva Rumasa transfería el dinero que ganaba en Cataluña a las empresas de Clesa en Madrid para evitar los conflictos por impagos». Cacaolat-Letona tiene 400 trabajadores entre sus plantas de Barcelona y Parets del Vallès. El sindicato defendió que estos centros, junto con el de Zaragoza, son «solventes y con beneficios». Por ello, habrían servido para tapar agujeros de otras empresas menos rentables del grupo.


En la planta zaragozana se habrían producido retrasos en el cobro de las nóminas. Así, solo la mitad de la plantilla habría recibido la de enero. Desde el comité afirman que estos retrasos se han ido produciendo en los últimos años, pero se ha ido cumpliendo. Las dificultades para el cobro de las nóminas no son exclusivas de Cacaolat. También afectarían a Royne, Quesería Menorquina y Carcesa, que acumularían retrasos e incluso a algunos de ellos Nueva Rumasa les adeuda hasta tres pagas, según fuentes sindicales. En la planta extremeña de Carcesa a los trabajadores se les estaría liquidando el sueldo día a día (a mes vencido) y la nómina de diciembre se liquidó en su totalidad a cierre de enero. En Quesería Menorquina, el retraso es del sueldo de enero pasado.


Los trabajadores de Elgorriaga en Mérida y los de Clesa en Sevilla mostraron su temor ante la situación actual. En Sevilla, «ni trabajan, ni cobran, ni están en un expediente de regulación de empleo ni en el paro» hasta el 14 de junio, fecha en la que los 74 trabajadores volverán a ser parte de Central Lechera Asturiana, después de que Nueva Rumasa avisara que no continuará con el alquiler de esta planta. También están «preocupados» los 1.100 empleados de los 15 hoteles de Hotasa.


El Rayo «esperanzado»


Mientras, el capitán Michel y el entrenador del Rayo Vallecano, José Ramón Sandoval, se mostraron «tranquilos y esperanzados» de que el club pueda salir adelante, tras entrevistarse con el propietario José María Ruiz-Mateos, en el propio domicilio del empresario. «Nos han transmitido tranquilidad y que ellos siempre han cumplido. Esperan que todo se supere y nosotros también tenemos esa confianza», afirmó Michel.