TESTIMONIOS

«No hay trabajos serios sin tener un alemán perfecto»

Dos jóvenes zaragozanos cuentan su experiencia en el mercado laboral alemán.

 El zaragozano Jorge A. P., de 27 años estudió Ingeniería Industrial en el CPS y desde hace un año vive en Munich. Trabaja en el centro de investigación de energías renovables (FfE), realizando estudios de las baterías para coches eléctricos, estaciones de recarga y la posibilidad de un taxi eléctrico. Empezó con unas prácticas (tres meses) por 600 euros al mes y recientemente ha prolongado su contrato como empleado y cobra 1.300 euros. Además está «creando con su jefe una consultoría, (Green&Energy)». En Munich, explica este joven, el billete de metro sencillo cuesta 2,40 euros, los tomates 2-4euros/Kg, la leche 50-90 céntimos 1 litro y la caña (allí de 0,5l.) 3,40 euros. Su cuarto (20 m²) vale 370 euros de alquiler y comparte piso con otro chico. Cerca de casa tiene supermercado, boca de metro y el Englischer Garten, un parque con más de 4 km², en pleno centro. En cuanto a los precios de comer fuera, Jorge cuenta que un restaurante normal, un plato típico alemán, con bebida y postre vale unos 14euros. En su opinión, Munich es una ciudad algo «pija en la que se guardan mucho las apariencias y está lleno de cochazos». Asegura que se trabaja duro, pero lo que hace le gusta: «Tengo un jefe colombiano y otro austriaco, nos llevamos bien y les estoy muy agradecido».


La también zargozana Isabel M. de 25 años, que estudió en Barcelona Traducción e Interpretación, vino a Berlín hace ocho meses para hacer un curso de alemán y se quedó. Hizo unas prácticas en un estudio de moda y ahora busca empresa para hacer otro 'Praktikum' con la beca Leonardo. «Está difícil. Los comienzos no son fáciles, asegura Isabel, ya que «oportunidades serias de trabajo no hay sin un alemán perfecto y muy buena integración. Pequeños trabajos sí y muchas prácticas». Aunque, en su opinión, «si tienes un proyecto o una idea de negocio, Berlín es la ciudad para llevarlo a cabo. Hay muchas oportunidades, los alquileres de locales son bajos y dan muchas facilidades». De hecho, su idea es abrir algo en cuanto pueda. «Buscar piso es complicado, el casting para una vivienda compartida es duro", explica, pero una habitación «realmente grande, cuesta entre 200 y 300 euros». Otra cosa es «alquilar un piso por tu cuenta: te piden mucho papeleo y son casas sin muebles». En su caso, vive con su novio en una casa amueblada por 520 euros/mes, todo incluido. Asegura que vivir en Berlín es barato. Isabel compra verduras en el mercado turco a buen precio y son producto de calidad. El martes, apunta, las berenjenas estaban a 2,50 euros/kg. El metro le cuesta 2,30 euros, y una cerveza en un bar/discoteca 3euros y «si devuelves el casco te devuelven 0,50».


Isabel vive en Kreuzberg, barrio de jóvenes e inmigrantes y le atrae su ambiente cultural. Su novio, Jorge, zaragozano, es músico y toca en bares pasando la gorra. «Es lo bueno de Berlín: hay oportunidades para cualquier proyecto relacionado con la cultura».