FORO HERALDO

"Hay que pelear una vez más por Figueruelas"

Políticos, empresarios y sindicatos reclaman al Gobierno de España más contundencia para que Magna cambie su plan para la fábrica zaragozana.

Los agentes sociales de Aragón, invitados por HERALDO a debatir sobre el futuro amenazador que se cierne sobre la planta de General Motors en Figueruelas si Magna ejecuta el plan de reestructuración anunciado, coincidieron en la necesidad de echar toda la carne en el asador e ir todos a una para defender los intereses de la fábrica zaragozana y que pueda seguir siendo como hasta ahora una de las más competitivas. "Hay que pelear una vez más por Figueruelas. Nuestra pelea tiene que ser ahora por el nuevo modelo del Corsa, porque los nuevos dueños depositen su confianza en la planta zaragozana y le asignen un volumen de coches importante. Hace unos años fue para hacernos con el Meriva. Entonces fue una pelea industrial y competimos con la planta polaca de Gliwice y ganó Figueruelas. Ahora hay que subir un peldaño más y son nuestros políticos los que deben pelear porque Figueruelas no pierda capacidad productiva", reclamó Juan Manuel Blanchard, director de CEFA y presidente del Cluster de la Automoción en Aragón.


El secretario general de UGT Aragón, Julian Lóriz, reconoció que "se tiene que perfeccionar la capacidad de influir de los gobiernos regionales y los sindicatos para exigir a Magna que presente otro plan. No hay que caer en el derrotismo sino seguir peleando por Figueruelas, que ya ganó la batalla del Meriva y ha tenido que pasar por muchos expedientes de regulación de empleo". Para el secretario general de CC. OO. Aragón, Julián Buey, resulta también imprescindible "intensificar las reuniones a nivel europeo, los gobiernos tienen que jugar un papel muy importante". A su juicio, todavía hay margen de maniobra: "Hay que ponernos a trabajar. No es momento de peleas. Si remamos todos en la misma dirección, podremos matizar los planes de Magna en cuanto a reducción de empleo, ahorro y capacidad productiva". El presidente de la patronal coincidió con los sindicatos en que "esto tiene arreglo si tiramos todos juntos en la misma dirección". Eso sí, apeló a que "los políticos han de ser los primeros en dar ejemplo".


En este sentido, hasta el consejero de Economía del Gobierno de Aragón, Alberto Larraz, se vio obligado a reconocer que a nivel mediático se ha echado de menos una mayor presencia del ministro de Industria, Miguel Sebastián, pero, apostilló, "el Gobierno de Aragón ha estado en todos los saraos y reuniones y en ningún momento ha notado la falta de apoyo por parte del Ejecutivo central. La verdad es que ya cuando aprobamos el aval nos llamaron y nos mostraron su disposición a aportar incluso más cantidad que nosotros. Además yo he ido en avión con el ministro a varias reuniones en Berlín y Bruselas", insistió Larraz, sin dejar de aplaudir el trabajo realizado por la secretaria general de Industria, Teresa Santero, que ha realizado una labor de seguimiento diaria pero "a nivel interno y no con presencia en los medios", constató.


No obstante, el presidente de la patronal, Jesús Morte, quiso dejar bien claro que si bien "el balance de las gestiones realizadas por el Gobierno de Aragón es positivo, no sucede lo mismo con respecto al Gobierno de España. Vimos que para defender la planta de Seat ponía toda la carne del novillo en el asador y sin embargo con GM solo ha puesto el solomillo". En su opinión, el tema de Opel trasciende a lo que es la capacidad del Gobierno de Aragón, y por eso reclamó "contar con el apoyo casi a ciegas de todos los ministros del Gobierno de España".


Para Julián Buey, responsable de CC. OO. Aragón, "ni Gobierno Central ni DGA se han implicado lo suficiente: espero que lo reconsideren y sepan reaccionar". Por otra parte, el líder sindical aconsejó también "exprimirse el cerebro y buscar más innovación en nuevas modalidades de auto en lugar de seguir únicamente con el motor de explosión".


Más liderazgo del Gobierno

En este Foro HERALDO todos los ponentes coincidieron en que no se puede consentir que se prefigure el mapa de producción de Opel por razones estrictamente políticas. "Es inadmisible que no se pueda mover el mapa de producción asignado a Alemania", denunció Lóriz, quien advirtió de que si el plan de Magna finalmente se lleva a cabo ya no podremos volver a hablar como en estos últimos diez años de que la planta de Figueruelas es modélica". Según Buey, "hay que equilibrar las cosas y que las presiones políticas sean minimizadas" y en este punto, reiteró que "es fundamental el papel que ha de jugar el gobierno aragonés y el central". Lóriz insistió en "la necesidad de reforzar la unidad de todos y exigirle liderazgo al Gobierno de España y al sindicalismo" y calificó de "auténtico drama que se rompa la unidad sindical por razones nacionales y que Klaus Franz, presidente del comité europeo -donde están representados un belga, un español, un inglés y dos alemanes- haya preferido defender los intereses de su país a los del resto".


Por su parte, el consejero Larraz añadió que habrá poco que negociar con Alemania si sigue en la línea de primar sus intereses por encima de los del resto de plantas europeas y llama solo al resto de Gobiernos cuando quiere que pongan dinero. Además, se refirió a la sorpresa que supuso hace unos diez días la elección de Magna porque "GM siempre había expresado una opinión más favorable hacia RHJ, lo que hace pensar que las negociaciones se han librado en un terreno pantanoso, que es el de la presión política, en la que GM se ha visto obligada a apoyar a Magna". Sobre este mismo aspecto, Morte aclaró que "como los tiempos son muy importantes, conviene recordar que el día antes a que se tomara la decisión, en todos los periódicos se publicaba que GM seguía con la idea de que fuera RHJ la elegida: por tanto, está claro que aquí se han enfrentado la opulencia económica y política de Alemania frente a España a la hora de tomar esta decisión, por eso ahora con habilidad hay que saber darle la vuelta". Para el consejero de Economía, aún existe margen de actuación: "Primero, porque el acuerdo de Magna con GM no nos gusta; segundo, porque todavía tienen que cerrar ese acuerdo; tercero, porque necesitan el apoyo financiero y también el de los sindicatos; y en cuarto lugar porque la Unión Europea todavía tiene mucho que decir".


Blanchard insistió en la necesidad de que las autoridades al más alto nivel del Gobierno de España actúen y se impliquen: "Con todos mis respetos a la señora Santero en España, no hay color entre el peso político de una y otra, en comparación con la canciller alemana Ángela Merkel que ha liderado la negociación".


Desde el Gobierno aragonés, Alberto Larraz quiso evidenciar que hay un 90% de posibilidades de que Magna acabe convirtiéndose en el nuevo dueño de Opel y que en el trimestre que falta para cerrar el acuerdo habrá que hacer todo lo que se pueda para que Figueruelas salga lo mejor parada posible. Lóriz, que recordó que esta es la situación más dura que vive Figueruelas en 28 años, destacó que la elección de Magna es "irreversible", pero se mostró convencido de que presionando se pueden modificar sus planes para la factoría zaragozana.