INMIGRACIÓN

Granado aboga por la inmigración para poder pagar las pensiones futuras

El secretario de Estado de la Seguridad Social destaca que ya son ocho millones los jubilados perceptores de esta prestación. Vaticina que en un periodo de tres a cinco años la población pasiva superará a la activa.

Octavio Granado, junto a Mari Luz Rodríguez, ayer.
Granado aboga por la inmigración para poder pagar las pensiones futuras
GUSTAVO CRUZ/EFE

Los pensionistas contributivos de la Seguridad Social ya superan los ocho millones. La cifra, alcanzada el pasado mes de junio, llevó al secretario de Estado, Octavio Granado, a reflexionar sobre la evolución del sistema. El número dos del Ministerio de Trabajo abogó, con cautela, por recibir «aportes de la inmigración». Aunque reconoció que el actual podría no ser el momento más propicio para realizar este tipo de llamada -cuando la dureza de la crisis parece desplazar a los trabajadores no autóctonos- insistió en que las bajas tasas de natalidad, y la estable y seguramente todavía mejorable esperanza de vida, intensificarán esta necesidad a medio plazo.


Pasar de siete a ocho millones de pensionistas ha llevado doce años -el anterior hito se registró en noviembre de 2000- a una velocidad de crucero de 100.000 jubilados netos adicionales al año.


Pero en la actual década el ritmo ya está siendo bastante más intenso, y podrá alcanzar una cuantía de 200.000 perceptores por ejercicio. Entre 2020 y 2030, la presión se intensificará, hasta alcanzar una cifra de 250.000 a 300.000 beneficiarios por anualidad.


Las motivaciones de esta trayectoria, básicamente demográficas, no van a permitir una corrección 'interna'. La población española envejece, y cada vez son más nutridas las cohortes de personas que cumplen los 64 y 65 años -frontera de la jubilación- frente a la menor incorporación de quienes alcanzan los 16 y 17 años, el umbral a partir del cual los jóvenes empiezan a buscar acomodo en el mercado laboral. Sin olvidar que la etapa formativa se prolonga, de manera que las cotizaciones fluyen a partir de una edad cada vez más elevada.


Octavio Granado no se atrevió a pronosticar si el impacto de retraso en la incorporación de los jóvenes, o el eventual descenso de los inmigrantes, influirá de inmediato en la evolución de la población activa en España. Ha ocurrido en otros países de Europa, reconoció, y, como mucho, vaticinó que en un periodo de tres a cinco años, el avance de la población pasiva superará de largo al de la población activa.


Paga extra de los pensionistas


El secretario de Estado de Seguridad Social no dejó pasar la oportunidad para comentar que, «como siempre ocurre, los pensionistas han cobrado a primeros de julio la paga extra a la que tienen derecho». Respondía así a las acusaciones que, en plena campaña electoral de las municipales y autonómicas, se vertieron sobre la capacidad del sistema para hacer frente a sus compromisos.


«No quisimos rebatirlas entonces para no hacerles el juego», zanjó.


Aunque la cifra de pensionistas contributivos acaba de superar el listón de los ocho millones, los registros de la Seguridad Social cifraban el número de pensiones en cerca de 8,8 millones el pasado 1 de junio. La diferencia se explica en la existencia de perceptores de más de una prestación -jubilación y viudedad son las más frecuentes- de estas características.


Duante la rueda de prensa, explicó la caída de la ocupación porque «refleja» la crisis del pepino y subrayó que solo Almería ha perdido más afiliados que el conjunto del territorio nacional. El número de afiliados a la Seguridad Social descendió en 5.612 personas.


Además, dijo que también ha habido menos afiliaciones de las previstas en las comunidades autónomas porque «han intentado concentrar» las contrataciones antes de las campañas electorales, razón que explica el «anómalo» repunte de afiliados el mes pasado, según Granado.


Otra de las causas, añadió, han sido «algunas interrupciones» de contratos de los sectores educativo y sanitario.