MACROECONOMÍA

Fernández Ordóñez defiende las cuentas del Gobierno pero le pide más reformas

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, defendió la estrategia del Gobierno, incluida la subida de impuestos, en los Presupuestos para 2010, por buscar con ella reducir el déficit público, si bien le exigió que acometa cuanto antes reformas, sobre todo la laboral.


Fernández Ordóñez advirtió de que de estas reformas "depende" el futuro de la economía, no ya a largo plazo, sino en el horizonte "más inmediato".


Además apuntó que la reducción del déficit público a la que se ha comprometido el Gobierno depende también de un "cambio rápido y profundo" en el mercado de trabajo, porque el aumento del paro y la subida del gasto en prestaciones dificulta tanto la recuperación como el saneamiento de las finanzas públicas.


Por eso defendió una reforma laboral en la que, por ejemplo, se busquen nuevos modelos de contratos que faciliten la creación de empleo y superen la "acusada segmentación" actual, que provoca una elevada temporalidad.


Además reclamó cambios en la negociación colectiva, con revisiones salariales que tengan en cuenta el ciclo económico y la situación "específica" de las empresas y permitan a éstas contar con la "necesaria flexibilidad".

 

Subida del IVA

En todo momento, Fernández Ordóñez mostró su opinión favorable a la política presupuestaria del Gobierno y a la subida de impuestos como medida para ajustar el déficit, siempre que venga acompañada de una fuerte reducción del gasto público, sobre todo el "improductivo".


Así, defendió la subida del IVA porque este tributo, dijo, es el que "menos mal hace" y "menos distorsiona" la economía.


Los impuestos indirectos, continuó, son los que afectan en menor medida al crecimiento porque no influyen sobre los incentivos a la inversión y la creación de empleo, y también apuntó que hay "hueco evidente" para subir los tributos especiales, alcohol, tabaco e hidrocarburos.


Admitió que el peso del alza impositiva recaerá sobre la "amplia" clase media, pero también pagarán más los que "más declaran", algo que habría que corregir sumando esfuerzos en la lucha contra el fraude fiscal.


El gobernador sólo criticó uno de los cambios impositivos, el del ahorro, que ahora tributará con dos tipos distintos -al 19% para los primeros 6.000 euros y al 21% para el resto-, lo que en su opinión dificultará la gestión de Hacienda y desviará recursos que podrían destinarse a frenar el fraude.


El déficit fue, en todo momento, el problema más citado por Fernández Ordóñez, quien recordó que también las demás administraciones deben comprometerse a reducirlo.


Si no, advirtió, el déficit será "un impuesto más" para el que incluso habrá que pagar intereses, además de recordar que un saldo negativo tan alto como el actual hace que no quede margen para "ninguna política expansiva" más.


Además, recordó que ahora mismo se está gastando el 50% más de lo que se ingresa -120.000 millones en recursos previstos frente a 180.000 millones de gasto-, algo que no puede soportar ninguna empresa o familia.


En cualquier caso confió en que con estas cuentas se podrá reducir el déficit hasta el 8,1% del PIB en 2010 y consideró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) debería revisar su previsión para España, que habla de un saldo negativo del 12,5%, ya que en esa cifra no ha tenido en cuenta el proyecto presupuestario del Gobierno.

 

"Encrucijada decisiva"

Pese a su sintonía con las propuestas del Gobierno, Fernández Ordóñez advirtió de que España se enfrenta a una "encrucijada decisiva" y por eso hay que acometer reformas estructurales "ambiciosas" como la del sector servicios o la educación para salir reforzados de esta crisis.


Una crisis de la que, dijo, ha pasado lo peor, aunque advirtió de que la recuperación española será "lenta", con una "caída moderada" del PIB en el conjunto de 2010, año en el que ya habrá algún crecimiento intertrimestral.


Ante las preguntas de los portavoces parlamentarios, que insistieron en que el crédito no está llegando a familias y empresas a pesar de instrumentos como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Fernández Ordóñez admitió que los préstamos seguirán bajando, aunque defendió la utilidad de este instrumento, pese a que hasta ahora no se ha utilizado.