EMPLEO

El sector de la construcción se mantiene como refugio de la mano de obra extranjera

La proporción de inmigrantes en puestos de responsabilidad es tres veces menor que entre los nacionales.

Albañiles inmigrantes trabajando en una calle, colocando baldosas
El sector de la construcción se mantiene como refugio de la mano de obra extranjera
LUIS ÁNGEL TEJEDOR

La crisis pasa factura a los trabajadores extranjeros más preparados. La proporción de inmigrantes que llega a puestos de responsabilidad en empresas de todos los tamaños es tres veces menor que la de españoles, y aún resulta inferior el peso del colectivo foráneo entre los técnicos y profesionales de las ramas científicas. El desplome de la construcción no ha impedido que esta actividad siga siendo refugio para la mano de obra que llega de fuera. Cada vez son más numerosos los inmigrantes cualificados que se ven obligados a emplearse "en lo que salga".

 

Ya antes de la crisis, el ladrillo era el área productiva que empleo proporcionaba a la inmigración. A continuación figuraban las tareas del hogar, la hostelería y las industrias manufactureras. En la actualidad, aunque la hostelería y el servicio doméstico se han aupado a los primeros puestos, la construcción mantiene un tercer lugar, por delante del comercio y de las manufacturas. En el tercer trimestre de este año, la edificación daba empleo a un 14% de los extranjeros y sólo al 7,8% de los nacionales.

Precariedad laboral

Lograr un empleo cualificado es, para los inmigrantes, un reto cada vez más difícil de superar. Solo el 7,7% de los directivos de empresas y el 4,5% de los técnicos y profesionales científicos existentes en España procede de otros países, mientras que en una y otra de estas dedicaciones se ocupan casi la cuarta parte de los trabajadores autóctonos. Con la crisis, las colocaciones sin necesidad de conocimientos especiales aumentan entre los extranjeros y se reducen entre los nativos.

 

Si en el primer trimestre de 2005 los trabajadores llegados de fuera acaparaban el 25% de ese tipo de actividades, cuatro años y medio más tarde el porcentaje ha subido nueve puntos. A la precariedad laboral del inmigrante se suma el hecho de que alrededor de uno de cada dos tiene un contrato temporal. Así lo revelan los informes que sobre el mercado laboral elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Descensos

La subdirectora del Organismo, Florentina Álvarez, recuerda que el 'boom' de la inmigración se inició en España en el año 2000. Aquel ejercicio acabó con una población activa (con edad y ganas de trabajar) extranjera por encima de las 900.000 personas. Tan solo dos trimestres más tarde superó el millón. El fenómeno alcanzó su punto álgido a mediados de 2008, con casi 4,8 millones.

 

En el tercer trimestre de 2009 se produjo por primera vez disminución de la población extranjera, en relación con el segundo.

 

Entre los pasados meses de abril y junio, el total cayó en 10.300 personas y se situó en 4.776.800. La comparación interanual daba todavía un crecimiento en 100.000 inmigrantes.

 

Los foráneos se ven ahora sacudidos por la crisis. Su tasa de paro, del 27,5%, supera en más de 11 puntos a la de los españoles. Y es esa falta de perspectiva laboral la que ha frenado su llegada a España, a la vez que ha cambiado sus formas de vivir. Aumentan, por ejemplo, las familias que comparten piso.