POSICIÓN INTERNACIONAL

El Rey despacha con Salgado sobre la crisis

Las dudas se intensifican y los inversores mantienen el castigo a la deuda y a la bolsa de España.

La vicepresidenta Elena Salgado, antes de intervenir en el Foro Cinco Dias, ayer.
Salgado frena a Valeriano Gómez en su debut como ministro de Trabajo
JUAN M. ESPINOSA/EFE

El rey Juan Carlos mantuvo ayer un despacho con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, en el que analizó "el momento económico y financiero español e internacional", informaron fuentes de la Casa del Rey. Aunque mantiene de forma habitual este tipo de encuentros con los ministros, lo relevante en esta ocasión es la decisión personal del monarca de dar publicidad a la reunión, pero sin especificar su contenido. La situación española se caracteriza en la actualidad por el estancamiento económico, con indicadores que apuntan una tenue mejora y, sobre todo, por el cerco a que someten los especuladores a los títulos de deuda española pública y privada.


Las dudas sobre la situación económica y financiera de España se intensifican, y el acoso de los mercados es cada vez más intenso. La prima de riesgo escaló ayer un nuevo máximo, al situarse en 252 puntos básicos. La rentabilidad de las obligaciones españolas a diez años alcanzó el 5,22%, en realidad el nivel más alto de los último ocho años, frente al 2,71% que obtenían los compradores de un bono alemán del mismo plazo. El coste de los seguros de impago de deuda también registró un nuevo aumento.


Retroceso del Ibex-35

Y si las principales Bolsas europeas volvieron a cerrar al alza, en una sesión tranquila, coincidente con la fiesta del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, el Ibex-35 del parqué madrileño se desmarcó de las subidas con un retroceso del 0,21% que dejó este indicador en 9.271,8 puntos. En Londres, el Footsie 100 registró un alza del 0,74%, el índice Dax de la bolsa de Fráncfort ganó el 0,82% y la Bolsa de París progresó el 0,34%.


España podría ser otra víctima del acoso de los mercados, admitió el director general y jefe del Servicio de Estudios del Banco de España, un perfecto conocedor de la realidad económica nacional. Aunque marcó distancias entre la situación del sistema bancario español, que no es "ni de lejos" la del irlandés, y añadió que la economía española tampoco presenta las fragilidades de este país, José Luis Malo de Molina advirtió que este mejor posicionamiento no basta. "La mera expectativa de los mercados puede crear dificultades a la financiación" de una economía fuertemente dependiente del exterior, alertó, y llamó a todo el país, incluidos los agentes económicos, a reaccionar con energía.


También el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, reconoció la existencia de las dudas sobre España y puso como prueba la reacción de los mercados de deuda pública y privada, así como el continuado desplome de las Bolsas de Valores. Almunia, influyente socialista y vicepresidente del Ejecutivo comunitario, fue tajante al identificar dos tipos de dudas, la de si España va a ser capaz de aplicar lo que ha decidido hacer, y esa duda hay que despejarla cuanto antes, y la de si tiene que hacer algo más aparte de lo que ya está puesto encima de la mesa. Tras recomendar al Gobierno la máxima determinación en aplicar "todos los compromisos", reconoció la existencia de una estrategia de crecimiento e invitó a toda la sociedad española a "lanzar el mensaje de que sabemos lo que hay que hacer y de que vamos a tener éxito".


Un día más, la frase más repetida volvió a ser: "España no es Irlanda".