UN BANQUERO GENEROSO

El presidente del Deutsche Bank renuncia al sueldo en beneficio de sus trabajadores

El banquero considera que la decisión es un ejemplo en tiempo de crisis. "Son algunos millones" dijo el ejecutivo al evitar mencionar cuánto dinero dejará de percibir. Desde la oposición al Gobierno, se le acusa de frivolizar "como si jugara al Monopoly".

Josef Ackermann nació hace 60 años en Suiza, es el banquero mejor pagado de Alemania y el único extranjero que detenta el exclusivo honor de dirigir los destinos del Deutsche Bank, el más poderoso e influyente del país. Ackermann ganó en 2007 casi 14 millones de euros, pero también logro obtener ganancias de casi 6.000 millones de euros para la institución que dirige en ese mismo año.


Pero la alegría del Deutsche Bank y la de su principal ejecutivo, llegó a su fin con la crisis financiera mundial. En medio de una amarga discusión desatada por el gobierno germano, que exigirá a los ejecutivos de los bancos que reciben ayuda estatal para sobrevivir, que limiten sus ingresos hasta un máximo de medio millón de euros anuales, Ackermann quiso dar un inédito ejemplo de modestia.


Desde las páginas del 'Bild', el banquero anunció que renunciará a su millonario bono correspondiente a 2008 en beneficio de los trabajadores, que según el banquero, tienen más necesidad que el.


"Son algunos millones" dijo el ejecutivo al evitar mencionar cuánto dinero dejará de percibir. "Se trata de una señal personal de solidaridad", añadió el banquero al justificar su decisión de dar un ejemplo en tiempos de crisis.


El sacrificio de Ackermann fue rápidamente imitado por los tres miembros restantes del directorio del Banco y por todos los integrantes del Consejo de Vigilancia, que también tienen derecho a recibir primas anuales. En 2007, Ackermann y los otros tres miembros del directorio recibieron 33,2 millones de euros entre salarios y primas.


El gesto de Ackermann y de sus colegas fue aplaudido por el ministro de Economia, Michael Glos quien sugirió que la exquisita familia de los banqueros germanos debía imitar el paso dado por el presidente del Deutsche Bank. El partido socialdemócrata, en cambio, calificó el gesto del banquero, como un "espectáculo lamentable".


"Banqueros como Ackermann o su antecesor en el cargo, se han comportado como si estuvieran jugando un furioso monopoly y su arrogancia es un insulto para los ahorradores", dijo Peter Struck, el jefe del grupo parlamentario del SPD. Su colega de los Verdes, Renate Kunast, fue un poco más lejos y le pidió al banquero que renunciara completamente a sus ingresos.


Todavía no está claro si el gesto de Ackermann será imitado por sus colegas del Commerzbank, el Dresdner o el Postbank, a quienes el clamor popular les hace responsable de la crisis que se abatió sobre el país. Hoy los portavoces de los tres bancos guardaron un lacónico silencio.