EL FUTURO DE OPEL

El ministro alemán de Economía urge una decisión sobre Opel la próxima semana

El ministro alemán de Economía, Karl Theodor zu Guttenberg, espera y demanda que el consorcio estadounidense General Motors decida lo más tarde la semana que viene sobre el futuro de su filial europea Opel.


"Esperamos para la semana que viene una decisión básica del consejo de administración de GM. Negociamos una solución con inversores que se sostenga", dijo ayer Guttenberg en declaraciones al informativo matinal de la televisión pública alemana ARD. Añadió que los contratos para la venta de Opel se encuentran listos para ser firmados y que debe ser GM, casa matriz de Opel, la que actúe ahora.


El Gobierno federal alemán reiteró esta semana su apuesta por el consorcio austriaco-canadiense Magna en la operación de venta de Opel, pese a la nueva oferta mejorada del inversor belga RHJI.


Mientras tanto, el poderoso sindicato alemán del metal IG-Metall rechazó ayer tajantemente la posibilidad de que el consorcio GM opte finalmente por no vender su filial Opel y que esta continúe formando parte del grupo estadounidense, al que plantean reclamaciones millonarias.


Presiones del comité



"No existen perspectivas de rescate para Opel si las decisiones continúan tomándose en Detroit por gente que es responsable de la mayor quiebra automovilística de la historia", afirmó el dirigente del sindicato Armin Schild.


Tras acusar a GM de retrasar desde hace meses una decisión sobre el futuro de Opel, Schild advirtió de que, ante la situación actual de incertidumbre, la plantilla de Opel ya no está dispuesta a continuar haciendo concesiones financieras. "Hemos exigido a GM que abone las retenidas subidas salariales. Queremos ver el dinero ahora", afirmó el dirigente del sindicato, quien subrayó que la posible decisión de no vender Opel supondría una ruptura contractual de consecuencias graves para GM. Schild recordó que la plantilla de Opel podría reclamar inmediatamente el abono de las congeladas pagas de verano por un valor de entre 40 y 50 millones de euros, así como otros 300 millones más de las subidas salariales que están pendientes de ser aplicadas.