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El PP cree que la crisis se llevará por delante a Solbes

Los 'populares' culpan al vicepresidente de la situación económica y creen que el Gobierno no podrá aprobar los Presupuestos de 2009.

«Imposible», responde Cristóbal Montoro cuando se le pregunta si el Gobierno podrá sacar adelante los Presupuestos del Estado para 2009. El portavoz económico del PP sustenta esta afirmación en argumentos políticos y técnicos que construyen el análisis que ha hecho también Mariano Rajoy y el puñado de dirigentes que integran la cúpula del partido. Los 'populares' creen que la acelerada evolución de la crisis, los compromisos del Gobierno con Cataluña previstos en el 'Estatut' y la negociación del nuevo modelo de financiación autonómico confirmarán la soledad parlamentaria del PSOE y le obligarán a prorrogar los Presupuestos para el próximo año.


«Tendremos elecciones antes de 2010», afirma un integrante del Comité de Dirección que define cada lunes la estrategia del PP. El primer partido de la oposición cree que el tiempo le ha venido a dar la razón al demostrar la gravedad de la crisis en los términos que tanto Rajoy como Montoro adelantaron al final de la pasada legislatura. Al mismo tiempo, consideran que el calendario político y económico avanza a su favor y en contra de los intereses del Gobierno, al que consideran huérfano del caudal de apoyos con el que ganó las elecciones.


La estrategia de oposición del PP se basa en la combinación de la mano tendida de Mariano Rajoy a José Luis Rodríguez Zapatero para abordar juntos la difícil situación económica y la estrategia de desgaste al vicepresidente económico. En cada intervención política o parlamentaria, los 'populares' buscan erosionar a Solbes y le acusan de buena parte de los problemas por no haber sabido prever lo que se avecinaba. «Él es el responsable político por cómo ha gestionado la economía en una situación que se veía venir, gastándose todo el dinero de la caja y sin tomar medidas ni prevenir a los ciudadanos», dice un experto en economía del PP.

En las previsiones del partido de Rajoy, la caída de Solbes se da por segura, en coincidencia con un hipotético escenario de prórroga presupuestaria a final de año. Estas fuentes aseguran, además, que José Luis Rodríguez Zapatero ya se ha preparado para esta eventualidad y cuenta con el ministro de Industria, Miguel Sebastián, para asumir la responsabilidad de la política económica en sustitución del vicepresidente segundo.

Calendario

 

Los dirigentes 'populares' asumen que la opinión pública no conoce sus medidas alternativas para enderezar la situación económica y se conforman con mantener una denuncia constante de los errores del Gobierno. «Si nos hubieran hecho caso estaríamos en otra situación», asegura un parlamentario de la oposición que insiste en cargar las tintas contra Solbes porque «ha cometido un error de previsión que no puede ser más evidente». Que «Zapatero sigue en una nube es una evidencia», apuntan en la sede de los 'populares', donde se enfocan todas las baterías de oposición hacia el departamento de Economía.


El discurso del PP se apoya en las críticas a la falta de previsión de los socialistas pero también en el recurso permanente a las dificultades económicas que heredaron los 'populares' cuando llegaron al poder en 1996. En ausencia de Rodrigo Rato, actualmente alejado de la política, nadie mejor que Cristóbal Montoro para acusar a Solbes de repetir los errores de gestión que ya le achacó en los años noventa cuando era secretario de Estado de Economía, antes de convertirse en ministro de Hacienda. «Parece que fue ayer», escribió el ex ministro en un artículo de reciente publicación donde aseguraba que la actualidad le trae a la memoria la decadencia del PSOE en el 95.


La política de Rajoy de cara al próximo curso político lleva la marca de su asesor, el sociólogo Pedro Arriola, y consiste en evitar los asuntos más incómodos para el partido que puedan poner en riesgo el giro centrista, como la eutanasia o el aborto. El pilar fundamental de su discurso será la crisis económica y una actitud moderada para asumir el debate en todos los asuntos a la espera de que el Gobierno tome la iniciativa y asuma el riesgo de las propuestas de reforma, como en el caso del nuevo modelo de financiación económica. El PP apenas insinúa que no es el mejor momento para negociar un nuevo sistema pero se apresta al diálogo aunque sabe que el Ejecutivo central se encontrará en una situación endemoniada ante las exigencias del PSC y CiU, las protestas de algunas autonomías socialistas y un escaso margen de maniobra para lograr un pacto sin dinero. Con el PNV en pie de guerra y la situación en que se ha colocado CiU después de su congreso, el primer partido de la oposición vislumbra un futuro sombrío para el Gobierno en el Parlamento. Y «si no hay acuerdo con Cataluña en financiación no habrá votos de CiU para aprobar los Presupuestos», pontifica un senador 'popular'.


Así las cosas, hay una corriente interna en el PP, favorable a ofertar al Ejecutivo socialista un compromiso de corresponsabilidad para sacar adelante los Presupuestos a cambio de que el PSOE no ceda ante los nacionalistas catalanes y evitar una hecatombe en la economía española.