AYUDAS AL PAÍS HELENO

El Congreso aprueba la ayuda a Grecia

Salgado explicó que España, Francia, Luxemburgo y Chipre concedieron a Grecia un préstamo a un día por valor de 750 millones de euros, que han sido devueltos con unos intereses de 27.694,17 euros.

El pleno del Congreso aprobó hoy el plan que autoriza la concesión a Grecia de un préstamo extraordinario de 9.794,3 millones de euros a pagar en tres años, que contó con el beneplácito de todos los grupos salvo IU-ICV, que votó en contra, mientras que BNG y NaBai se abstuvieron.


Durante su intervención, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, aseguró que el mecanismo de ayudas a Grecia acordado por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha generado intereses para España, dado que ha tenido que anticipar dinero para que Grecia atendiera sus desfases de tesorería.


Salgado explicó que España, Francia, Luxemburgo y Chipre concedieron a Grecia un préstamo a un día por valor de 750 millones de euros, que han sido devueltos con unos intereses de 27.694,17 euros. Ese anticipo buscaba ayudar a Grecia "a superar la situación de desfases de tesorería hasta que se encontrase operativo el mecanismo de ayuda" europeo, que comporta préstamos por valor de 80.000 millones de euros, a los que hay que sumar 30.000 millones por parte del FMI.


Salgado defendió que ningún estado miembro de la Unión Europea (UE) "puede permitirse no participar en la ayuda a Grecia porque las consecuencias para la estabilidad del euro serían muy negativas para todas nuestras economías".


Frente al discurso europeísta de Salgado, los grupos parlamentarios optaron por dedicar la mayor parte de su intervención a analizar la situación económica española y al anuncio del Gobierno de una nueva subida de impuestos.


Así, el diputado del PP Cristóbal Montoro ironizó sobre esto último al decir que el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ya subió los impuestos especiales y el IVA "a los más ricos".


Además, subrayó la necesidad de sacar a España de la falta de confianza de la UE y de su pérdida de credibilidad en Europa, y criticó la intervención de la UE, "que impone un ajuste sobre la parte más débil de la sociedad".


En su opinión, ante estas situaciones no se reacciona con recortes, sino con reformas como en el ámbito laboral y bancario.


La intervención de Montoro fue criticada por el portavoz económico del PSOE, Francisco Fernández Marugán, por centrarse en la coyuntura española, y no en el decreto de ayuda a Grecia.


Desde CiU, Josep Sánchez-Llibre pidió a Zapatero, sobre la posibilidad de una subida de impuestos, que actúe con rigor y diligencia y que sepa liderar la situación con medidas serias, ya que entonces sí encontrará el consenso necesario.


Asimismo, echó en cara al Gobierno que ganara las elecciones con medidas como la desgravación fiscal de 400 euros o el cheque bebé y que ahora haya que pagar ese "despilfarro" de entre 10.000 y 12.000 millones de euros.


El diputado de ERC Joan Ridao destacó que la crisis de Grecia pone también de manifiesto algunas de las debilidades de la economía española, como la ausencia de liderazgo y la falta de consenso para acometer reformas, no solo por la vía del gasto, sino también de los ingresos y de forma equitativa.


Además, se preguntó si el anuncio de Zapatero de subir los impuestos a las rentas altas, "después de haberlo negado como San Pedro", es un nuevo globo sonda o una nueva improvisación del Gobierno.


Por parte de ICV, Joan Herrera señaló que no estaba de acuerdo con las propuestas de ajuste a Grecia y aseguró que la responsabilidad del Gobierno español es hacer un ajuste no sólo en el gasto, sino también en los ingresos, ya que si no es así se renunciará a la recuperación económica y a la solidaridad.


El portavoz del PNV, Pedro Azpiazu, más centrado en el caso griego, explicó que la ayuda es un paso importante en la cohesión política de la UE y en la solidaridad con este país.


Dentro del Grupo Mixto, justificaron su abstención Uxue Barkos, de NaBai, y Olaia Fernández Davila, del BNG, por no estar de acuerdo con los criterios políticos y económicos de la ayuda.