NUEVA OPEL

El compromiso, sujeto a referéndum cuando se concreten el ajuste y los ahorros

El comité asegura que al final serán los trabajadores quienes voten si están de acuerdo o no con las condiciones de los 900 despidos y las rebajas salariales de los que se queden.

Los trabajadores de Figueruelas tendrán que esperar varias semanas todavía para pronunciarse sobre el compromiso firmado ayer en Madrid con Magna por Pedro Bona y José María Fernando, representantes de las secciones sindicales de UGT y CC. OO. en Figueruelas. Un compromiso que levantó la veda para empezar a negociar un plan de ahorro de costes en la única planta europea de GM que aún no lo había hecho. La reducción en el número de despidos a 900 y las garantías a largo plazo de que los nuevos modelos de la plataforma GSV o de coche pequeño se harán aquí fueron determinantes para que los sindicatos mayoritarios dieran su brazo a torcer. Un gesto que aún deben ratificar tanto sus ejecutivas como sus afiliados en asambleas convocadas el lunes.

 

No obstante, será el pleno del comité, participado por los seis sindicatos de Figueruelas, en la reunión del martes, 27 de octubre, el que tendrá que ratificar el compromiso adquirido en Madrid y decidir si se continúa o no con el proceso de negociación del plan de ahorro y los despidos, explicó Luis Tejedor, secretario general del Metal de UGT. Pero, el referéndum para que la plantilla vote se pospondrá hasta el final del proceso negociador entre el comité y la dirección local. Es decir, cuando se conozcan las indemnizaciones para los despidos y las medidas concretas a aplicar para ahorrar costes en la fábrica, se hará la consulta a todos los trabajadores. "Será un referéndum vincunlante", confirmó Juan Arcéiz, presidente del comité.

 

Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer y el más difícil, reconoció Salvador Salas, secretario general de Industria de CC. OO. Aragón, en referencia a que habrá que defender las mejores condiciones posibles para los despidos y para los que se queden, lo menos malo en reducciones salariales o recortes de pagas.

 

"Magna nos garantiza el volumen de producción y eso es una buena noticia, pero falta que nos digan cuánto nos van a exigir de ahorro y en que condiciones se va a ir la gente. Ahora hay que negociar lo más complicado y al final los trabajadores dirán si lo aceptan o no", indicó Rafael Díaz, de Acumagme. Sobre la posibilidad de que al final saliera un no, se mostró escéptico: "Hay mucho miedo entre la plantilla. Y aquí se han salvado 400 puestos de trabajo, ya que al principio Magna vino con 1.672, después lo rebajó en 300 y ahora ha vuelto a restar. Además, hemos conseguido no cerrar la segunda línea, mantener a largo plazo la fabricación de 478.000 unidades al año y de prensas que se lleven lo mínimo". Por eso, precisó, "con la firma de UGT y CC. OO. no creo que vaya a haber problema en aceptar el preacuerdo el próximo martes".

Una huida hacia adelante

José Luis León, de OSTA, consideró "una buena noticia que haya menos compañeros afectados por los despidos", pero criticó que se siga sin saber en cuanto tiempo tendrán que irse ni en qué condiciones. A su juicio, lo ocurrido ayer en Madrid se traduce en que "Magna quería ver un compromiso por escrito del plan de ahorro y ya lo tiene. Este preacuerdo es como una gran operación de maquillaje. Los grandes problemas que teníamos siguen estando ahí: se llevan parte de la nave de prensas, la producción del Corsa tres puertas y el statu quo en las líneas que reivindicábamos solo nos lo mantienen hasta mediados de 2011 ". En su opinión, "nos estamos engañando todos: es una estrategia para meternos en el camino del ahorro y ya está", añadió.

 

"No sé como les sentará a los trabajadores que no se les consulte hasta el final del proceso", apuntó Santiago Arcos, de CGT, mientras que Ángel Arbonés, de USO, insistió en que tanto el plan de ahorro que se negocie como la reestructuración tendrán que ir a referéndum.