NO RELAJARÁ LA POLÍTICA MONETARIA

El BCE mantiene el precio del dinero en la zona euro y Trichet opta por esperar y ver

Los analistas destacan el fuerte aumento de la inflación y la ralentización económica de los países que comparten el euro, algunos de ellos al borde de la recesión, una situación que se produce también en otras regiones económicas del mundo y dificulta la decisión de política monetaria de los bancos centrales.

El Banco Central Europeo (BCE) dejó sin cambios los tipos de interés en la zona euro, tal como habían previsto analistas y mercados. El precio de referencia del dinero sigue en el 4,25% y el presidente de la institución, Jean Claude Trichet, dio a entender que la autoridad monetaria no variará su política en fecha próxima. Es decir, que no habrá nuevas subidas, pero tampoco hay nada decidido sobre futuros descensos. Las presiones inflacionistas están subiendo y son inquietantes -manifestó-, para reconocer después que las señales de desaceleración económica son cada vez más patentes en la región. Recordó que el BCE tiene como misión primordial la estabilidad de los precios, un propósito que está lejos de alcanzar. La inflación de los Quince está en un nivel récord del 4,1%, cuando el objetivo que persigue tiene fijado el techo en el 2% anual.


Se aleja la posibilidad de un alza del precio del dinero en la zona euro, y los mercados penalizaron al euro. La divisa europea, que se cambiaba el jueves por la mañana a 1,547 dólares, descendió tras las declaraciones de Trichet a 1,536 dólares, su canje mínimo desde hace más de cinco meses. Los ciudadanos que han suscrito hipotecas a tipo variable aguardan ahora la reacción del mercado interbancario. Cuando todavía no se conocía la decisión del BCE, el Euríbor a 12 meses, principal referencia para los compradores de vivienda a crédito, registró un ligero descenso, al fijarse su cotización diaria en el 5,350%.


El consejo de gobierno del Banco Central Europeo había sido convocado de forma inusual este mes de agosto. "No tenemos ninguna predisposición sobre la futura política monetaria", admitió Trichet en la conferencia de prensa que se desarrolló al término de la reunión. Para los analistas, esa falta de orientación es una señal clara de que la alta dirección del BCE ha optado por "esperar y ver" y seguramente mantendrá los tipos de interés durante bastante tiempo. Los mercados consideran muy importante que se les transmitan directamente las intenciones en el medio plazo y cuando, el pasado julio, se optó por subir el precio del dinero en la zona euro un cuarto de punto, el presidente anticipó ese acuerdo.


Este jueves, Trichet destacó que el banco se ajustará a los términos de su mandato y vigilará estrechamente y muy de cerca la evolución de la inflación. Reconoció una "gran inquietud" ante la posibilidad de que una escalada de los salarios se sume a las presiones inflacionistas y se traduzca en efectos de segunda vuelta, es decir, en un nuevo repunte de los precios finales de bienes y servicios. "Es imperativo asegurarse de que las expectativas de inflación a mediano y largo plazo permanezcan firmemente ancladas en niveles acordes con la estabilidad de los precios", manifestó.



Pero el presidente del BCE tuvo que reconocer que, si bien los fundamentos de la economía de la zona euro siguen siendo sólidos, la economía está sufriendo un proceso de desaceleración en los últimos meses. Los últimos indicadores "apuntan a un debilitamiento del PIB real a mediados de 2008, que será sustancialmente más débil que en el primer trimestre del año". La incertidumbre que rodea la actividad económica sigue siendo elevada debido a (...) los muy altos y volátiles niveles de los precios de las materias primas y las continuas tensiones en los mercados financieros. De manera general, persisten riesgos bajistas", sostuvo, sin dar otras pistas.


La institución de supervisión monetaria publicará en septiembre la actualización de sus previsiones sobre inflación y crecimiento. Mientras tanto, las principales economías de la zona euro difunden estos días datos negativos sobre su actividad y estados de opinión -cifras de ventas y pedidos, encuestas de confianza, producción industrial- lo que demuestra que el deterioro avanza a un ritmo más rápido de lo previsto y que se extiende más allá de los países que, como España e Irlanda, se han visto afectados por el desplome inmobiliario.


El Banco Central Europeo también dejó sin cambios los otros dos tipos de interés de referencia: el de depósitos en el 3,25% y el marginal de los préstamos en el 5,25%. Por su parte, el Banco de Inglaterra mantuvo el precio oficial del dinero en el Reino Unido en el 5%, el mismo nivel en que se encuentra desde hace cuatro meses.