CRISIS

El BCE advierte de que el traslado de la inflación a los salarios puede generar "despidos masivos"

El Banco de España rechaza las cláusulas generales de revisión, y apuesta por subidas de sueldo vinculadas a la coyuntura económica y a los resultados de cada empresa.

José Manuel González Páramo, consejero del Banco Central Europeo (BCE), lanzó este miércoles un serio aviso a las economías continentales al advertir que el traslado de la inflación a los salarios podría desencadenar una oleada de "despidos masivos". El responsable de la autoridad monetaria insistió en los riesgos crecientes de un repunte de los precios ante la inestabilidad del petróleo y las materias primas, y pidió a los Gobiernos que "estén a la altura" de las circunstancias. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, insistió en esta línea y apostó por cláusulas de 'descuelgue' en los convenios colectivos que vinculen los sueldos a las coyuntura y los beneficios de las empresas. Bancos y cajas, por su parte, reconocieron que la morosidad avanza a gran velocidad y que se han acabado los créditos baratos y accesibles para la generalidad de los ciudadanos.


El consejero del BCE -que participaba en un encuentro financiero organizado por Caja Madrid- urgió a los agentes sociales a evitar lo que los expertos denominan 'efectos de segunda ronda' de la inflación o, lo que es lo mismo, a impedir que los salarios y los convenios colectivos que se negocien -así como el resto de precios de la economía- incorporen el actual repunte del IPC. González Páramo aseguró que ese movimiento "lleva asociado el riesgo de desatar y acelerar las espirales de salarios y precios". Algo que, dijo, ya sucedió después de las crisis del petróleo y las materias primas de los años 70 y 80 y que condujo a "prolongados episodios de desempleo masivo".


Miguel Ángel Fernández Ordóñez reconoció que el ajuste económico global "está siendo intenso, costoso y prolongado", y pidió que los salarios no se disparen "ahora que, precisamente, los precios están subiendo". "Eso sería absurdo", añadió. El máximo responsable del Banco de España afirmó que las cláusulas de 'descuelgue' -negociadas empresa por empresa y no por sectores, dijo- evitarían despidos en todos ámbitos salvo, matizó, en el de la construcción, en el que el paro "es inevitable". Fernández Ordóñez, que aseguró que los márgenes empresariales y no los salarios son los responsables de los repuntes de la inflación en los últimos tiempos, urgió a la responsabilidad a empresas y sindicatos, a los que pidió abordar el problema de la 'segunda ronda' en el marco del diálogo social. El banquero, que asistía a un evento organizado por la Cámara de Comercio americana en España, reclamó que "el necesario ajuste económico" no se lleve a cabo mediante la destrucción de empleo.


Sin dar demasiadas pistas sobre los próximos movimientos del BCE, González Páramo dijo que, a pesar de que los fundamentos de la economía europea son sólidos, los riesgos sobre la inflación se encuentran claramente al alza. A su juicio, el peligro se centra en eventuales subidas inesperadas del petróleo, las materias primas y la energía. El organismo -reconoció- está preocupado también por la posibilidad de que la tensión en los mercados afecte a la economía real de forma "más adversa" de lo esperado, así como por la posibilidad de que surjan presiones proteccionistas. Otro de los posibles catalizadores de la inflación, señaló, es el que se refiere a eventuales "aumentos de los precios administrados y de los impuestos indirectos por parte de los Gobiernos".


Como defensa de la actuación del BCE y de su reciente subida de tipos del 4% al 4,25%, González Páramo afirmó que el único criterio que inspira a la institución es la estabilidad de precios.


Algo que "es condición imprescindible para preservar el poder adquisitivo de los ciudadanos, sobre todo de aquellos económicamente más débiles, y para apoyar el crecimiento sostenible y el empleo", concluyó.


Morosidad galopante


En el encuentro participaron también Pedro Pablo Villasante y Juan Ramón Quintás, secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB) y presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), respectivamente. Ambos, tras subrayar que el mercado financiero español está libre de hipotecas basura y que dista años luz del resto en cuanto a transparencia y eficacia, dejaron claro que el futuro no es demasiado optimista. La crisis 'heredada' de Estados Unidos y el cierre de los mercados de liquidez han cambiado ya el negocio en España.



Villasante y Quintás dieron por seguro que la morosidad crecerá de forma notable en el corto y medio plazo. "No es sólo dar créditos, sino también cobrarlos", dijo el primero. De la misma manera, ambos ejecutivos recordaron que el mercado financiero español está más que preparado para afrontar esos impagos que, de otra parte, son mucho menores que los que sufren otros países de nuestro entorno.


El trabajo realizado durante los años de bonanza por parte de los supervisores (hoy hay en el mercado provisiones para insolvencias por valor de 36.700 millones) y la prudencia de las entidades al no tocar los créditos 'basura' hacen que "estemos más y mejor preparados que los demás", señalaron. A esto sumaron que en España hay una elevada cultura del pago de la hipoteca, lo que hace prever que no habrá demasiados problemas al respecto.


Más impetuoso en sus declaraciones, el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, afirmó que "no es que la morosidad esté ya aquí, sino que galopa". Sobre los excesos crediticios cometidos en el pasado, Blesa reconoció que "todos hemos pecado y todos hemos de pasar por el confesionario" para, a continuación, destacar que "el dinero tan barato se ha acabado". El ejecutivo explicó que las entidades financieras "miran con lupa" la capacidad de pago y la estabilidad en el empleo de los solicitantes de hipotecas. Todo un cambio después de años de 'puertas abiertas' y préstamos fáciles para la inmensa mayoría de los ciudadanos.