PRECIOS

El Banco Mundial alerta sobre los efectos de la escalada de precios de los alimentos

El responsable del Banco calculó que el efecto de la actual crisis alimenticia en la reducción de la pobreza a efecto mundial equivale a siete años perdidos.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, pidió a la comunidad internacional que responda a la "situación de emergencia" que se ha planteado en países como Haití a raíz de la escalada en los precios de los alimentos.


En primer lugar, "la comunidad internacional debe de cubrir al menos el hueco de 500 millones de dólares en el programa alimenticio de Naciones Unidas para satisfacer las necesidades de emergencia", señaló Zoellick en rueda de prensa.


La escalada en los precios de los alimentos básicos ha provocado manifestaciones, en algunos casos violentas, en países tan distantes como Pakistán, México, Egipto o Haití. En el país caribeño han muerto al menos cinco personas a raíz de las revueltas.


"En Estados Unidos y Europa nos hemos concentrado durante el último año en el incremento de los precios de la gasolina", dijo Zoellick, quien añadió que "mientras que muchos se preocupan de llenar los depósitos de sus vehículos, muchos otros alrededor del mundo luchan para llenar sus estómagos".


El responsable del Banco calculó que el efecto de la actual crisis alimenticia en la reducción de la pobreza a efecto mundial equivale a siete años perdidos. "O sea, tenemos que hacer frente a esto no sólo como una emergencia inmediata sino también a medio plazo", destacó.


Propuso, además de la necesaria ayuda financiera para inyectar fondos al programa de ayuda alimentaria de la ONU, convertir el desarrollo del sector agrícola en una tarea prioritaria.


Recordó, en ese sentido, que el BM ha anunciado que elevará los préstamos agrícolas para el Africa subsahariana durante el próximo año, desde los 450 millones de dólares hasta los 800 millones.


Insistió, asimismo, en la necesidad de completar la ronda de negociaciones comerciales de Doha en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).


Zoellick, que acudió a la rueda de prensa con un paquete de arroz y un bollo de pan, recordó que "en muchos países en desarrollo los pobres gastan hasta el 75 por ciento de sus ingresos en comida. Cuando los precios suben, es duro para ellos".


Apuntó, con un saco de arroz de dos kilos en la mano, que en países como Bangladesh, una familia pobre gasta casi la mitad de sus ingresos diarios en una bolsa como ésa.

Precio del trigo


Destacó, asimismo, que el precio el trigo ha subido un 120 por ciento en el último año. Y apuntó, con el bollo de pan en alto, que en Yemen los pobres destinan más de una cuarta parte de sus ingresos a comprar pan. Hizo hincapié en que las palabras no son suficientes.


"Los encuentros como éste (previos a la reunión anual conjunta de primavera del BM y el FMI del fin de semana) consisten generalmente en hablar. Las palabras pueden centrar la atención (...) pero no podemos contentarnos con estudios, informes y palabras".


Sus palabras llegan tras la publicación el miércoles de un nuevo informe sobre la crisis alimentaria, que se presentará durante el fin de semana ante el Comité de Desarrollo, órgano de gobierno conjunto del BM y el Fondo Monetario Internacional.


El estudio adelanta que los elevados precios de los alimentos se prolonguen durante años y relaciona el repunte con factores como la mayor producción de biocombustibles, que está desviando una gran cantidad de la producción de granos como el maíz a generar combustibles de origen vegetal.


"Los repuntes de precios también están relacionados con el encarecimiento de la energía y los costes de los fertilizantes, la debilidad del dólar y las prohibiciones sobre las exportaciones (agrícolas)", apunta el informe.


El Banco Mundial también ha insistido en que los mayores precios de los alimentos están contribuyendo a una mayor inflación en países como Costa Rica, Sri Lanka y Egipto.


El Banco cita, en ese sentido, el caso de Europa y Asia Central, donde la inflación media fue del 10 por ciento en el 2007, mientras que la inflación relacionada con los alimentos alcanzó el 15 por ciento.


En el caso del pan y los cereales los incrementos medios de precios fueron del 23 por ciento en esas regiones. Ese dato contrasta con la cifra de inflación general del 6 por ciento en el 2006 y con el incremento del 6,4 de los precios de los alimentos ese mismo año.