BANCOS

El Banco de España no autorizará el SIP propuesto por las cajas rurales

El supervisor desestima la solicitud de integración planteada por 32 cooperativas, entre ellas las 3 aragonesas, y reclama más fusiones. El Grupo Caja Rural anuncia la modificación de su «marco jurídico».

El Banco de España ha hecho llegar al grupo de cajas rurales españolas que le presentaron hace unos meses una propuesta de SIP (Sistema Institucional de Protección) que no autorizará esta integración.


El supervisor ha considerado que la integración planteada por las 32 rurales era corta de miras. Fuentes conocedoras del proceso explicaron ayer que tal y como está el panorama financiero y el entorno económico, el Banco de España quiere que las uniones entre entidades se hagan mediante fusiones clásicas.


El SIP defendido por este grupo de cooperativas de crédito -que aglutina a 32 grandes cajas rurales, entre las que se encuentran las tres aragonesas: Multicaja, Cajalón y Caja Rural de Teruel- tenía el apellido de 'normativo o estricto' (en contraposición con lo que el sector entiende por SIP reforzado) y era bastante menos exigente que los sistemas a los que se están acogiendo en este momento las cajas de ahorros.


El modelo que las cajas rurales proponían al Banco de España se basaba en el que ya lleva funcionando en España desde 1989, inspirado a su vez en la banca cooperativa europea.


El documento firmado en septiembre por las cajas rurales trataba de reforzar estos vínculos y aumentar los compromisos de las entidades en aspectos como la solvencia, la liquidez, la calidad de recursos propios o la valoración de riesgos... «Es en suma -explicaron entonces- un sistema de ayuda mutua, pero sin consolidación de balances».

 

Discrepancias


El SIP planteado levantó las suspicacias de algunas de las entidades, que pensaron que para ese viaje no hacía falta alforjas. Después de meses de contactos y negociaciones, el SIP diseñado no gustó a todas las cajas que se vincularon al principio a la iniciativa. Hay que recordar que este grupo comenzó a hablar de integración de balances y de la necesidad de reforzar la solvencia de las entidades integradas en el Grupo Caja Rural hace más de dos años, cuando aún nadie hablaba de reestructuración financiera ni existía la urgencia que hay ahora de reducir el número de cajas y cooperativas.


Una de las voces descontentas fue la de Cajalón, que eludió en la reunión que celebró su Consejo Rector pronunciarse sobre el modelo presentado y prefirió esperar a que el Banco de España analizara la propuesta. Desde Cajalón se argumentó que la iniciativa aprobada y presentada al Banco de España era «poco ambiciosa».


Por su parte, el Grupo Caja Rural (al que pertenecen las 32 rurales) remitía a última hora de la tarde una críptica nota de prensa en la que no se decía nada del rechazo del Banco de España a la propuesta de las cajas y anunciaba que «continúa en su proceso de reforzamiento de sus mecanismos de cooperación y colaboración». El fortalecimiento del actual sistema cooperativo «se producirá -decía la nota- a través de la modificación del marco jurídico». «El Grupo Caja Rural readapta, de este modo, el proceso de reforzamiento de su sistema, y estima conveniente que la nueva estructura no se encauce por medio de un SIP de los previstos en la normativa bancaria vigente».