ESTUDIO ECONÓMICO

El "bajo perfil del tejido empresarial" frena la recuperación de la economía aragonesa

El Colegio de Economistas constata la "leve" mejora de la situación, pero advierte de los problemas estructurales.

Marcelino Iglesias, durante su intervención en el acto celebrado ayer en el edificio TIC XXI de Plaza.
El "bajo perfil del tejido empresarial" frena la recuperación de la economía aragonesa
ESTHER CASAS

Admite el Colegio Oficial de Economistas de Aragón que las previsiones para este año vuelven a augurar una "muy leve recuperación de la economía", tanto en nuestra comunidad autónoma como en el conjunto de España. Sin embargo, afirma que el "primer problema" de Aragón para alcanzar la recuperación es "el bajo perfil de su tejido empresarial, al que consideramos de insuficiente tamaño y con problemas derivados de su escasa capitalización y de la estructura de su propiedad".


Como ya hiciera el año pasado en estas fechas, la comisión de Empresa del Colegio de Economistas ha realizado un estudio para pulsar cuál es la situación y qué se puede hacer para mejorarla. Sobre la base de un sondeo realizado entre 667 economistas de empresas con sede en la Comunidad, el Colegio ha vuelto a dar un supenso a la economía aragonesa, con la misma nota que en 2009 (un 4,1). La valoración, eso sí, se sitúa de nuevo por encima de la media española (en este caso, un 3,3, cinco décimas menos que en 2009).


Tras dos años de crisis, los economistas ponen ahora el acento en lo que consideran un problema estructural en Aragón, que es el de la existencia generalizada de empresas de muy pequeño tamaño. Así lo pusieron de manifiesto los encuestados, que resaltaron que la escasa dimensión de la mayoría de los negocios se está convirtiendo en un problema para su propia supervivencia. "La crisis ha puesto de manifiesto los problemas estructurales de nuestras empresas, que en tiempos de bonanza pasan más inadvertidos", apunta el informe del Colegio.


Santiago Coello, presidente de la comisión de Empresa de la entidad que agrupa a los economistas aragoneses, precisó ayer que la escasa dimensión de las compañías con sede en Aragón hace que tengan un escaso músculo financiero, tan necesario hoy para hacer frente a un escenario en el que el acceso al crédito es más difícil. "No es un problema del perfil del empresario, esa no es la cuestión", matizó Coello, que resumió el sentir de los economistas consultados con la afirmación de que "el tamaño sí importa en el mundo empresarial".


Sobre este particular, el Colegio de Economistas de Aragón recomienda, apunta Santiago Coello, la promoción no solo de fusiones y adquisiciones sino de acciones conjuntas entre empresas. Más movimientos asociativos, más participación en acciones coordinadas por patronales u organizaciones como las Cámaras de Comercio que ayuden a hacer frente a los retos actuales en mejores condiciones. Para salir al exterior, por ejemplo, es muy recomendable. "Al final, es un problema más de mentalidad que de otra cosa", señaló Coello.


El informe de la comisión de Empresa del Colegio de Economistas de Aragón sugiere otras actuaciones que vendrían bien para que nuestras compañías sepan responder mejor a la situación actual de crisis. La mayoría de los encuestados recalca la creciente importancia de la salida a mercados exteriores y la diversificación. "Proponemos buscar nuevos nichos de mercado fuera o dentro de nuestras fronteras, pero sin olvidar que también es posible el desarrollo de nuevos productos", insiste el informe. "Estamos ante una gran preponderancia de opiniones que indican que la necesidad actual es vender más, dado que el recorrido para reducir costes se ha acortado, aunque nunca desaparezca totalmente como opción", añade. "Es el mercado", insisten, "el que debemos activar".


Las medidas del Gobierno

En cuanto a la valoración o rechazo de la batería de medidas adoptadas por el Gobierno central para hacer frente a la crisis, los economistas aragoneses apoyan las actuaciones que ayudan a contener el déficit público y rechazan las que lo incrementan, salvo las que contribuyen a la inversión pública, cuya reducción se considera negativa.


Los economistas respaldan ampliamente también la reducción del 15% en la retribución de altos cargos y la reducción de los salarios del personal al servicio de las administraciones públicas, ya que se trata de medidas "ejemplarizantes".