CUMBRE EN SEÚL

El G-20 arranca sin acuerdo sobre la guerra de divisas

Un duro cruce de acusaciones protagonizó la primera jornada de la cumbre de Seúl.

La ministra de Economía, Elena Salgado, durante la cumbre en Seúl
Salgado subraya las diferencias económicas con Irlanda
EFE

La quinta cumbre de líderes del G-20 arrancó ayer en Seúl en medio de profundas diferencias sobre cómo afrontar la 'guerra de divisas', un conflicto que amenaza con quebrar la unidad que ha mostrado el grupo en los dos últimos años.


Los jefes de Estado y de Gobierno de los 20 países desarrollados y emergentes más representativos del planeta, así como los líderes de las principales instituciones multilaterales y de países invitados, como España, iniciaron el encuentro con una cena de trabajo, en la que el asunto de las divisas se situó como plato principal.


En los dos últimos días, los viceministros de Finanzas y los negociadores de cada país han mantenido reuniones maratonianas para tratar de lograr un consenso sobre qué pasos seguir en esta materia, de manera que quede sellado en el compromiso final que hoy, viernes, firmarán los mandatarios. Pero de momento el acuerdo se ha mostrado esquivo.


El portavoz de la cumbre, Kim Yoon-kyung, reconoció ayer que los negociadores no "han sido capaces ni de ponerse de acuerdo sobre a qué hora retomar las conversaciones". Las discusiones fueron tan acaloradas, con gritos incluidos, que tuvo "que dejarse la puerta de la sala abierta"-dijo el portavoz- para que se enfriara el ambiente.


El conflicto es importante, porque los compromisos que adopten sobre cómo manejar las divisas pueden llegar a cambiar completamente la política económica de un país.


Acuerdo de mínimos


No obstante, los líderes han mostrado su determinación en alcanzar un acuerdo en las próximas horas, aunque sea de mínimos. Una de las posibilidades sobre la mesa era que, para evitar susceptibilidades, se evitará mencionar la "devaluación" de las monedas, y se utilizase en su defecto el término "infravaloración".


Otra de las posibilidades es que el Grupo se dé un plazo de seis meses para resolver el problema, antes de la próxima cumbre.


En cualquier caso, los negociadores tienen ya adelantada buena parte de la Declaración de Seúl, que se firmará hoy por los líderes de los 19 países del Grupo más la UE, y que contempla acuerdos importantes, como la reconfiguración del poder de voto del FMI, o acuerdos que afectan al sistema bancario.


Mientras, y como invitado a la cumbre del G-20, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, presidió una mesa redonda en la que aseguró que el potencial español de creación de empleo "medioambientalmente sostenible" se sitúa cerca del millón de empleos en la próxima década, todos de "alta cualificación" en energías renovables, transporte y edificación sostenible, y 'ecoindustria'.