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"Desde la Expo no he vuelto a levantar cabeza en el terreno laboral"

Gema Cabestre sigue luchando por un empleo
"Desde la Expo no he vuelto a levantar cabeza en el terreno laboral"
ESTHER CASAS

Gema Cabestre, de 36 años, es licenciada en Empresariales, domina el inglés, se maneja con soltura en italiano y tiene conocimientos de alemán, pero, a pesar de todo, sigue sin conseguir un trabajo estable. Estuvo casi ocho años en Adidas Salomon y, más tarde, formó parte de la plantilla de la Universidad de Zaragoza durante la Expo. "Desde entonces no he levantado cabeza". Sin embargo, esta joven mira al futuro con optimismo y sigue buscando su oportunidad.

 

Estudió la diplomatura en Ciencias Empresariales en Zaragoza y después terminó sus estudios en Inglaterra, especializándose en comercio exterior. "Durante este tiempo trabajaba como encuestadora", lo que le sirvió para "conocer la psicología con el cliente". Después se sucedieron los empleos temporales de sustitución hasta que, en 2001, firmó un contrato estable en Adidas Salomon. Allí estuvo hasta que, en 2006, esta compañía internacional vendió Salomon a otra multinacional. "Me ofrecieron el mismo puesto en Barcelona, pero lo sopesé y entonces no me interesó, porque me acababa de comprar un piso en Zaragoza". A partir de entonces comenzó una mala época económica y el mercado laboral se ralentizó. "Llegaron a ofrecerme un sueldo de 500 euros dándome yo de alta como autónoma", recuerda.

 

En 2008, durante la Expo, trabajó en el departamento de relaciones internacionales de la Universidad de Zaragoza. "La verdad es que fueron unos meses apasionantes en los que aprendí mucho", dice. "Sigo buscando trabajo, pero mientras me estoy preparando unas oposiciones, porque he visto que puede ser una buena salida", afirma. De hecho, se presentará a los exámenes convocados por el Gobierno de Aragón.

Apoyo familiar

Gema Cabestre reconoce que los periodos en los que ha estado desempleada ha salido adelante "gracias a que tengo el respaldo de mi familia". "En los momentos en los que no he tenido ingresos he ido tirando de los ahorros y de la ayuda de mis padres. Si hasta ahora he podido vivir de forma independiente, es porque ellos están detrás", señala esta joven. Tal y como narra, debe hacer frente todos los meses a la cuota de la hipoteca de su piso de protección oficial, que ronda los 600 euros.

 

Desde este mismo mes está en paro, tras haber estado entre septiembre y octubre trabajando como teleoperadora en una compañía telefónica. "Gracias a eso, ahora puedo estar seis meses cobrando el subsidio por desempleo".

 

Su meta es encontrar un puesto relacionado con el comercio exterior, un sector "todavía prácticamente irrelevante en las pequeñas y medianas empresas aragonesas", por lo que "no hay mucha salida".

 

A pesar de ello, no pierde la sonrisa, "y eso que buscar trabajo es un trabajo muy duro", dice con ironía. "Debes estar constantemente valorándote y, de vez en cuando, es bueno y positivo desconectar y parar un poco".

 

"Ahora tengo un plazo de seis meses para estudiar las oposiciones y buscar un trabajo". Su situación actual le obliga también a prescindir de ciertos caprichos. "Por ejemplo -menciona-, he preferido gastar dinero en libros para preparar las oposiciones que en un viaje con mis amigos a Berlín. Pero no pasa nada, Berlín siempre está ahí y yo puedo volver en cualquier otra ocasión".