LABORAL

Cerca del 40% de los parados cuenta con escasa posibilidad de reinserción laboral

El drama del paro registrado afecta a 3.644.880 personas inscritas en los Servicios Públicos de Empleo (antiguas oficinas del INEM) en busca de una colocación pero la tragedia se agrava mucho más en el caso de 1.391.270 desempleados (el 38,18%) que casi con toda seguridad jamás volverán a trabajar. Sus características les alejan de cualquier posible reinserción profesional, según la estadística publicada mensualmente por el Ministerio de Trabajo e Inmigración desde octubre de 2006. Las previsiones son devastadoras, apuntan que sólo el 23,52% del total de parados -dos de cada 10, es decir, unas 857.240 personas-- dejará de ser desocupado.


La estructura de la estadística fue diseñada y elaborada, en su día, por los catedráticos universitarios Luis Toharia y Claudio Prudencio, junto al vocal-asesor de la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos, Ignacio Pérez Infante, quien lamenta el olvido en el que vive el informe. "Sería bueno que el Ministerio de Trabajo, cuando evalúa los datos mensuales de paro, se refiera también a las posibilidades y motivos de los desempleados para salir de su situación e, incluso, que presente algún análisis aunque sea una vez al semestre", añadió.


El "índice de ocupabilidad" (IO), como se denomina el estudio, se basa en cinco "indicadores negativos", según explica Pérez Infante. Los tres primeros consisten en llevar más de un año como demandantes de empleo; en limitar la búsqueda de trabajo al municipio de residencia; y en solicitar menos de tres ocupaciones concretas. Los dos restantes son el ser perceptor del subsidio para mayores de 52 años o cobrar la renta activa de inserción. Si el parado cumple los tres primeros condicionantes y uno de los segundos su grado de ocupabilidad es muy bajo; si cuenta con los tres primeros, bajo; si computa uno de ellos, medio; y si carece de todos, alto.


Atrapados


En la actualidad 443.410 parados, el 12,17% del total, se encuentran atrapados en el desempleo. Su posibilidades de escape son nulas y su grado de ocupabilidad muy bajo. El colectivo está integrado por prejubilados y perceptores del subsidio para mayores de 52 años y por quienes se apuntan a la lista para obtener otras ventajas sociales como descuentos en el transporte, acumular antigüedad en el paro, conseguir cursos de formación, estar vinculados a la renta activa de inserción, etc. A ellos se une otro 26,01% (947.860 personas) con ocupabilidad baja. También existe un 38,31% (1.396.370) que cuenta con una posibilidad media de volver al mercado laboral; y sólo el 23,52% (857.240) posee una opción alta de reinserción.


De la estadística se desprende que las mujeres, frente a los hombres, tienen menor probabilidad de dejar el paro; que cuanto mayor es el desempleado más difícil resulta su ocupación; y que en época de crisis la industria es el peor área productiva para la reinserción. El estudio constata, además, que la experiencia es un punto para volver al mercado. El porcentaje de parados sin empleo anterior con muy baja ocupabilidad ronda el 20%, el mayor en la lista por sectores, donde aparece incluido este grupo.


Otro dato del informe desvela que los desempleados de Navarra y Madrid son los más recuperables, dado que el 44% y el 40% de sus trabajadores sin contrato carecen de indicadores negativos. También superan el porcentaje estatal del 23,52%, los parados de Cantabria (34,92%); País Vasco (34,43%); C. Valenciana (33,04%); Asturias (31,51%); Baleares (27,86%); y Canarias (23,93%). Por el contrario no llegan a la tasa media, los desocupados de Castilla-La Mancha (21,14%); Castilla y León (19,42%); Galicia (18,18%); Andalucía (18,05%); Extremadura (16,33%); Cataluña (13,93%); Murcia (12,46%); La Rioja (12,91%); y Aragón (12.01%). El grado alto de reincorporación de Ceuta afecta al 11,64% de sus desempleados y el de Melilla, al 22,24%.


Mejora ficticia


En comparación con los datos del primer IO, la situación mejora al subir más de cuatro puntos la tasa de desocupados con alta posibilidad de encontrar una colocación y al bajar casi tres, el índice de los parados sin salida. Pérez Infante mantiene que se trata de "una mejora ficticia". Argumenta que "el incremento masivo de la pérdida de puestos de trabajo se ha producido sobre todo en los últimos meses y, por lo tanto, existe un elevado número de parados que todavía no ha llegado a cumplir su primer año en el desempleo, lo que no quiere decir que no lo haga en un próximo futuro".


En 2006, los desempleados que se encontraban en mejor situación eran los navarros y los vascos. Al otro lado de la lista aparecían los riojanos, los murcianos y los catalanes. No obstante, la menor tasa, del 7,5%, la ostentaban Ceuta y Melilla.