EMPRESAS

BSH inaugura en Montañana el centro de I+D+i en inducción para todas las plantas del grupo

La compañía invierte dos millones de euros en las instalaciones, con seis laboratorios y 100 empleados.

José Longás (izquierda), Teresa Santero y Arturo Aliaga, ayer en la factoría zaragozana de Montañana.
BSH inaugura en Montañana el centro de I+D+i en inducción para todas las plantas del grupo
pedro etura/a photo agency

La factoría de BSH Electrodomésticos España en Montañana inauguró ayer el nuevo centro de I+D+i que concentra la investigación en el campo de las encimeras de inducción de la multinacional, en el que se han invertido dos millones de euros. El edificio se encuentra junto a la factoría, de la que salieron más de medio millón de estos electrodomésticos el pasado año y que centraliza la producción para la firma a nivel mundial. Sus placas se exportan a 78 países de cinco continentes. Al acto acudió la secretaria general de Industria del Gobierno, Teresa Santero, y el consejero aragonés de Industria, Arturo Aliaga, que visitaron la planta con el consejero delegado, José Longás, como anfitrión.

 

"La capacidad de generar conocimiento es la clave de la competitividad", dijo Longás durante la inauguración del remodelado edificio en el que antes estaban situadas las oficinas de la compañía, ahora en Plaza. La factoría fue nombrada centro de referencia en 2003 pero hasta ahora no contaba con unas instalaciones independientes, pasando en este tiempo de 25 a 100 investigadores.

 

Longás destacó la necesidad de apostar por la innovación como "actividad estratégica" y forma de competir dentro del propio grupo. "Resulta enormemente difícil deslocalizar la capacidad de generar conocimiento", afirmó. BSH España destinó 20 millones de euros a la investigación y desarrollo el año pasado, manteniendo la cifra con respecto a 2008.

Homenaje a Tomás Pollán

El directivo repasó los 30 años de historia de la investigación en el campo de la inducción, en el que comenzaron "un grupo de visionarios". Entre ellos, la compañía hizo ayer un homenaje al profesor Tomás Pollán, fallecido recientemente. Uno de los seis laboratorios del centro recibió su nombre durante un acto celebrado junto a su familia y compañeros de la Universidad.

 

"Saber trabajar con la Universidad es un know-how en sí mismo", dijo Longás, agradeciendo las relaciones entre la empresa y el campus, a veces complicadas.

En el edificio, de 3.000 metros cuadrados, trabajan un 80% de titulados superiores (ingenieros, químicos, físicos, electrónicos...), explicó José Ramón García, director del centro de competencia, el más grande en España. La planta de BSH en La Cartuja cuenta también con un centro de investigación en lavado, con 30 investigadores. En total, unas 250 personas trabajan en labores de I+D+i en las plantas españolas, incluidas Estella, Vitoria y Santander. La compañía presume de ser la primera empresa industrial de España en la presentación de patentes, con 107 el pasado año.

 

En Montañana, con 1.250 trabajadores, además de placas vitrocerámicas y de inducción, el grupo fabrica hornos y lavavajillas. En esta última línea de producción invirtió el año pasado 22 millones de euros. La fabricación de lavadoras se concentra en La Cartuja, con 400 empleados.

 

Tras la visita a las instalaciones de Montañana, Santero y Aliaga, buenos conocedores de la compañía, destacaron su trayectoria desde que naciera como Balay. "Tengo que agradecer el esfuerzo de invertir en proyectos de futuro en momentos tan duros", dijo la secretaria general de Industria.

2010, el año de la estabilidad

Longás recordó que en los dos últimos años el mercado de electrodomésticos ha caído un 30%. De los 10 millones de aparatos que vendía al año ha pasado a siete. La última alegría ha sido el Renove, que ha impulsado al sector y que el consejero Aliaga avanzó que ya se está tramitando el papeleo para el correspondiente a 2010.

 

Tras los ajustes de producción y empleo llevados a cabo por las factorías, consideró que "estamos suficientemente adaptados". La planta presentó el año pasado un expediente de suspensión de 47 días, de los que solo ha necesitado cinco, explicó. "Este año la demanda se va a estabilizar", auguró y descartó más recortes. "Nuestra plantilla se ha mantenido", destacó, aunque los ajustes hayan afectado al empleo temporal.