CUMBRE EUROPEA

Bruselas espera que el plan contra crisis calme a los mercados y evite una segunda recesión

Los mandatarios europeos se han mostrado convencidos este jueves de que el plan contra la crisis de deuda pactado tras 10 horas de negociaciones servirá para calmar a los mercados y evitará una segunda recesión.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy
EL PRESIDENTE DEL CONSEJO EUROPEO, HERMAN VAN ROMPUY

Los mandatarios europeos se han mostrado convencidos este jueves de que el plan contra la crisis de deuda pactado tras 10 horas de negociaciones servirá para calmar a los mercados y evitará una segunda recesión, pese a que todavía quedan por cerrar muchos detalles, como la participación de los países emergentes en el fondo de rescate o la forma en que se hará la reestructuración de la deuda griega.


"Europa está más cerca de resolver su crisis económica y financiera y de volver a una senda de crecimiento. La cumbre del euro dio pasos sólidos y sustanciales que deberían permitir a Europa pasar página", ha dicho el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, en una comparecencia ante el pleno de la Eurocámara para explicar los pactos de la cumbre.


"Las medidas acordadas dan esperanza de que se pueda contener la crisis de deuda soberana y de que se pueda evitar otra recesión. No obstante, los detalles técnicos cruciales deben pactarse lo antes posible", ha señalado por su parte el presidente del Parlamento, Jerzy Buzek.


Para el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha dicho que los acuerdos del Eurogrupo constituyen un "paso político crucial que todavía requiere un seguimiento político y jurídico". "Estoy convencido de que los mercados nos darán el tiempo que necesitamos cuando vean una dirección y una determinación clara", ha dicho Van Rompuy.


El plan contra la crisis de deuda acordado por el Eurogrupo consta de tres pilares: un acuerdo con la banca para que asuma pérdidas del 50%, equivalentes a 100.000 millones de euros, en los bonos griegos que tiene en su balance; un refuerzo del fondo de rescate mediante el apalancamiento para que alcance una potencia de 1 billón de euros con el objetivo de frenar el contagio a España e Italia; y una recapitalización de la banca con 106.000 millones de euros.


El objetivo de la quita es reducir el nivel de deuda de Grecia al 120% del PIB de aquí a 2020, frente al 180% al que estaba previsto que llegara en 2012. Este escenario sólo será posible si la economía griega crece al 2% anual de media. La banca se resistió hasta el último minuto a ir más allá del impago del 21% que se acordó en julio, por lo que todavía no se ha concretado cómo se llevará a cabo la reestructuración.


La hipótesis más fácil, según fuentes europeas, consistiría en un canje voluntario de bonos griegos. Así, por ejemplo, los que tienen un valor nominal de 100 se intercambiarían por otros con valor nominal 50 pero que contarían con una garantía de alrededor del 30% de la UE. Pero no se ha decidido todavía ni el tipo de interés ni los plazos de vencimiento.


Los países de la eurozona han previsto 30.000 millones de euros de fondos públicos para avalar los nuevos bonos griegos. A ello hay que sumar un segundo rescate para Grecia de 100.000 millones de euros, que cubrirá el periodo hasta 2014 y que incluye 30.000 millones de euros para recapitalizar los bancos. También incluye otros 35.000 millones de euros para que el BCE siga aceptando la deuda griega como colateral durante el periodo en que las agencias de 'rating' declaren un impago parcial de la deuda.


El nuevo programa debe adoptarse a finales de 2011 y el canje de bonos se realizará a principios del año que viene. El Eurogrupo pide al Fondo Monetario Internacional que contribuya a financiar el segundo rescate.


A cambio de esta reducción del nivel de deuda de Grecia, la UE establecerá una supervisión permanente sobre el país para garantizar que lleva a cabo las reformas comprometidas para recortar su déficit y mejorar su competitividad.


Para evitar que la quita de Grecia empeore el contagio la crisis de deuda a España e Italia, los líderes europeos han acordado también apalancar el fondo de rescate de 440.000 millones de euros para que alcance una potencia de 1 billón de euros. Pero tampoco han cerrado los detalles de funcionamiento, que no estarán listos hasta noviembre.


Esta cantidad se logrará sin aumentar las garantías que aportan los Estados miembros y sin recurrir al Banco Central Europeo (BCE), como exigía Alemania. El fondo se utilizará para avalar parte (entre el 20% y el 25%) de las nuevas emisiones de deuda de Italia y España en lugar de comprar directamente los bonos.


De este modo se multiplicaría por cuatro la potencia de fondo, teniendo en cuenta que en realidad sólo quedan alrededor de 250.000 millones tras los compromisos asumidos con Grecia, Portugal e Irlanda.


Además, los líderes han aprobado crear un vehículo especial garantizado por el fondo de rescate y en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el objetivo de atraer inversiones de países emergentes como China para comprar bonos de países con problemas. De momento no se ha estimado cuántos fondos podrían lograrse con este instrumento.


El director del fondo, Klaus Regling, viajará esta semana a China para buscar inversores mientras que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tiene previsto llamar al presidente chino, Hu Jintao.


Además de este refuerzo del fondo de rescate, el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, que asumirá la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) el 1 de noviembre, ha anunciado este miércoles que seguirá con la política de compra de bonos de la entidad.Recapitalización bancaria

El tercer pilar del plan para combatir la crisis de deuda es la recapitalización de la banca con 106.000 millones de euros para que resista a la crisis. De esta cantidad, la cuarta parte, 26.000 millones, corresponde a las entidades españolas.


El Gobierno ha asegurado que la factura acabará reduciéndose a 17.000 millones porque se tendrán en cuenta los bonos convertibles, y las entidades españolas cuentan con obligaciones de este tipo por valor de 9.000 millones.


Las entidades tendrán de plazo hasta el 30 de junio de 2012 para alcanzar un ratio de capital de calidad del 9% para que puedan resistir a la crisis de deuda de la eurozona. Los bancos deberán alcanzar este ratio tras valorar a precio de mercado la deuda pública que tienen en su cartera. En el caso de España, ello supone una depreciación de menos del 3%, según Moncloa.


Hasta que no logren el capital exigido, las entidades estarán sujetas a "limitaciones por lo que se refiere al pago de dividendos y bonus", según figura en las conclusiones aprobadas por los jefes de Estado y de Gobierno de los 27.


Para alcanzar el umbral exigido, "los bancos deben usar primero fuentes privadas de capital, incluyendo la reestructuración y conversión de instrumentos de deuda en capital". "Si es necesario, los Gobiernos nacionales deben prestar ayuda, y si este apoyo no está disponible, la recapitalización deberá financiarse vía un préstamo del fondo europeo de estabilidad financiera", destacan las conclusiones.