El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, afirmó que la UE se juega su credibilidad en la cumbre del próximo domingo y reclamó "avances decisivos" para cerrar un plan integral contra la crisis. "Este fin de semana insistiré en que haya avances decisivos en los cinco puntos de la hoja de ruta" para la estabilidad y el crecimiento que la Comisión presentó la semana pasada, dijo Barroso en una rueda de prensa.

"Es una cuestión de credibilidad para Europa", insistió el presidente de la Comisión, porque los líderes no pueden ir en noviembre a la cumbre del G20 en Cannes con las manos vacías.

Los cinco pilares de su plan son: resolver con decisión el problema de Grecia; ampliar el fondo de rescate europeo y adelantar la entrada en vigor del fondo permanente (en principio prevista para 2013); reforzar el sector bancario principalmente mediante la recapitalización; acelerar las medidas de crecimiento, y mejorar la gobernanza económica europea. "Espero del Consejo que reconozca que la estrategia comunitaria sea la base de nuestro futuro modelo de gobernanza europea", indicó.

"Tenemos que definir los detalles de las propuestas, un trabajo técnico complejo", añadió, y aseguró que este fin de semana insistirá en la necesidad de que se trabaje sobre los cinco puntos del paquete.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, también presente en la rueda de prensa, coincidió con Barroso en la necesidad de que hay que dar una respuesta integral a la crisis.

"Necesitamos una respuesta integral y actuar en varios frentes, por eso el plan de 5 puntos es ahora una referencia", afirmó Rehn y consideró que se precisa un "enfoque a largo plazo".

Rebaja de las expectativas de crecimiento de Alemania

Las declaraciones de Barroso y Rehn se produjeron después de que esta semana la canciller y el ministro de Finanzas alemanes, Angela Merkel y Wolfgang Schäuble, respectivamente, rebajasen las espectativas sobre el resultado del Consejo Europeo del próximo domingo.

Barroso no quiso comentar la posición de los países comunitarios, pero sí afirmó: "Estamos en un momento crucial que puede ser decisivo para el euro y para el futuro de Europa".

Según el presidente, la situación está en un punto "extremadamente sensible de la construcción europea y las decisiones que se tomen tendrán un impacto", por eso se necesitan "respuestas claras, decididas y de conjunto".

"No puedo anticipar los resultados del Consejo (Europeo), solo que trabajamos para que sea un éxito", sostuvo y advirtió: "Aunque alcancemos una decisión política sobre todo los elementos que hay sobre la mesa, eso no quiere decir que no vaya a haber una fase de aplicación".

"No podemos esperar que esto sea el final de todos nuestros problemas", indicó.

En un día en el que más de 120.000 griegos salieron a las calles de Atenas, Salónica, Volos, Patras y otras ciudades helenas en lo que son unas de las mayores protestas contra las draconianas medidas de austeridad del Gobierno griego desde el comienzo de la crisis, Barroso se mostró comprensivo con los ciudadanos, pero defendió el programa de ajustes y de reformas en ese país.

"Sé que hay escepticismo en Grecia sobre la posibilidad de éxito del programa", señaló, pero aseguró que el plan "puede funcionar" como también ha funcionado en otros países dentro y fuera de la zona del euro.

"Algunos ajustes son indispensables pero esto no significa que no podamos restaurar el crecimiento y la confianza", en la economía griega, afirmó, al tiempo que aseguró: "Hacemos todo lo posible" para ayudar a Grecia.