CAJAS DE AHORROS

Amado Franco ve «discriminatorio» el decreto de cajas

Ibercaja cierra 2010 con índices positivos de solvencia y liquidez y afronta abierta la «refundación» del sector.

Amado Franco y José Luis Aguirre, flanqueados por Jesús Barreiro y Enrique Arrufat, directores adjuntos, ayer en el Auditorio.
Amado Franco ve «discriminatorio» el decreto de cajas
ESTHER CASAS

«Muy duro». Así definió ayer el presidente de Ibercaja, Amado Franco, el decreto-ley que reforma el sistema financiero aprobado por el Gobierno en Consejo de Ministros el pasado viernes, ya que -apuntó- adelanta exigencias de solvencia del 8%, que son las que reclamaría en 2017 Basilea III, el marco europeo de regulación financiera. «Es discriminatorio», dijo también al señalar que las exigencias para las entidades españolas, tanto bancos como cajas de ahorros, son mayores que las que tendrán las sucursales de banca extranjera que actúan en España y, también, son mayores las que se piden a las cajas que a los bancos.

Franco compareció ante los medios de comunicación, minutos antes de hacerlo ante la VII asamblea de directivos de Ibercaja, con la satisfacción de presentar cuentas que revelan el buen estado de salud de la entidad, con mejores datos que la media del sector en cuestiones como la solvencia, la liquidez o la morosidad. La caja aragonesa cerró el ejercicio 2010 con un beneficio de 103,6 millones de euros, un 27,9% menos que el año anterior pero después de anticipar a necesidades futuras provisiones cautelares de 88 millones de euros.

Ante los periodistas y ante la asamblea, el presidente de Ibercaja, así como su director general, José Luis Aguirre, tuvieron ocasión de expresar sus primeras valoraciones sobre el decreto-ley del Gobierno menos de 24 horas después de su aprobación. Hablaron de números y porcentajes, como no podía ser de otra forma, pero recalcaron en sus discursos, más de lo acostumbrado, ideas de gestión y proyecciones de lo que puede deparar el futuro en un escenario muy complicado.

El futuro de las cajas

Amado Franco rechazó tajantemente que se hable de desaparición de las cajas de ahorros porque desde su punto de vista lo que ocurre es que «estamos en un momento de refundación». «Habrá cajas vestidas de otra manera», consideró, para a continuación indicar que la nueva regulación no tiene por qué afectar a la Obra Social. «Un banco paga sus impuestos y retribuye al accionista, mientras que las cajas pagarán sus impuestos y luego destinarán beneficios a Obra Social», precisó.

Pese a sus críticas al decreto-ley -necesario tras demostrarse insuficiente la reforma de la Ley de Cajas (Lorca) de julio pasado-, el presidente de Ibercaja dijo que espera que su aprobación «ponga punto final a las dudas sobre la situación de las cajas». «Hemos hecho un estriptis de todo: si esto sirve para dar credibilidad al sistema financiero y devolver la tranquilidad a los mercados, bienvenido sea», zanjó.

Sobre el futuro de Ibercaja en el nuevo escenario, Amado Franco recordó que este dibuja tres alternativas: seguir como están ahora, constituir una fundación o iniciar la actividad indirecta de la caja a través de un banco, posibilidades que la entidad puede plantearse desde la tranquilidad que -apuntó- le da su fortaleza. Sobre cualquier decisión al respecto, dijo, «hablamos de meses». ¿Y sobre fusiones, hay algo en el horizonte? El presidente de la caja se adelantó a la pregunta de los periodistas sobre el tema asegurando que «no hay nada encima de la mesa», si bien reconoció que «todos hablan con todos». Franco hizo hincapié, eso sí, en que de plantearse una operación de integración Ibercaja primará la defensa de sus buenos ratios, que no quiere poner en peligro. Por ello admitió que se estudiaría una eventual unión que les permitiera aumentar «mucho» su tamaño sin poner en riesgo sus resultados y aunque tengan que «sacrificar algo de fortaleza».

Gestión y resultados

De la gestión realizada a lo largo de 2010 habló con cierto detalle el director general, José Luis Aguirre, desgranando actuaciones que han servido para preservar las fortalezas de la caja. Destacó, en ese sentido, la optimización de los márgenes de activo y pasivo en el marco de una importante «guerra» de depósitos, el impulso a las palancas de ingresos con recorrido y la gestión activa y anticipada de la morosidad, punto este último que permitió a Ibercaja cerrar 2010 con una tasa del 3,67%, muy por debajo de la media de las cajas en ese renglón (6,12%) y de la media del sistema financiero (5,81%). Asimismo, la exposición de la caja aragonesa al sector promotor e inmobiliario, que refleja su calidad de riesgo, fue del 13,9%, muy lejos también de la media del 24% del sistema financiero. El director, por otro lado, destacó la buena marcha del Grupo Fiinanciero de la caja, con Ibercaja Gestión e Ibercaja Pensión ganando cuota de mercado.

En cuanto a los planes para ganar eficiencia, Aguirre descartó que se haga por la vía de las operaciones corporativas, de modo que se hará con ajustes internos, entre los que entraría el cierre de oficinas.