CRISIS FINANCIERA

Amado Franco: "Culparnos unos a otros es una pérdida de tiempo absoluta"

El presidente de Ibercaja aboga por el diálogo para superar la crisis y coincide con CiU en revitalizar los Pactos de la Moncloa. Rechaza que la caja haya cerrado el grifo del crédito.

El presidente de Ibercaja, Amado Franco, durante la conferencia pronunciada ayer en el CPS.
Amado Franco: "Culparnos unos a otros es una pérdida de tiempo absoluta"
J.M.MARCO

El presidente de Ibercaja, Amado Franco, se mostró ayer partidario de revitalizar "los famosos Pactos de la Moncloa" para superar la actual crisis económica. Franco, que pronunció en el Ateneo del Centro Politécnico Superior (CPS) de la Universidad de Zaragoza la conferencia "El riesgo financiero mundial. Repercusiones en la banca española", no quiso opinar sobre la escalada de descalificaciones lanzadas en los últimos tiempos contra las entidades financieras por la falta de financiación, críticas que han arreciado esta semana con el cruce de acusaciones entre el Gobierno y el presidente de la AEB.


"A mí me da pena -dijo Franco- porque me parece que estamos todos perdiendo el tiempo. Intentar echar la culpa de la crisis a un determinado sector me parece una burrada. La crisis es de tal profundidad que todos tenemos una parte de culpa". En opinión del presidente de la caja de ahorros aragonesa, "lo más triste es que estamos perdiendo el tiempo (echándonos unos a otros la culpa de la crisis), cuando lo que tendríamos que hacer todos -Gobierno, oposición, entidades financieras, empresarios, sindicatos...- es sentarnos alrededor de una mesa y revitalizar aquellos famosos Pactos de la Moncloa, extremo en el que coincidió con CiU. Si estamos en una situación excepcional -dijo- hay que adoptar medidas excepcionales y ponernos todos en lo fundamental y principal que es salir de la crisis y no tirarnos los trastos culpándonos unos a otros. Eso me parece una pérdida de tiempo completa y absoluta".


Sobre la recurrente crítica por la falta de créditos a empresas y familias, Franco reconoció que "indudablemente hay diferencias entre unas entidades y otras. Yo puedo hablar de Ibercaja: en 2008 hemos dado cerca de 6.900 millones de euros, más de un billón de las antiguas pesetas, de préstamos nuevos. ¿Eso es cerrar el grifo?", preguntó. El presidente de Ibercaja dijo también que a un sector como el de la construcción, principal afectado por la crisis económica, la caja aragonesa le había concedido el pasado año alrededor de 300 millones de euros; en el apartado de empresas, a lo largo de 2008, el crecimiento del crédito alcanzó el 13%.

La solvencia como eje


Abundando en este aspecto, Franco recordó que la caja es "perfectamente consciente de que tiene que cumplir con dos obligaciones: la financiera y el compromiso con nuestra tierra en cuanto al desarrollo económico y social". Pero esas obligaciones, dijo, tienen un límite y "ese límite es la solvencia." El presidente de Ibercaja reconoció, tanto en las declaraciones a los medios de comunicación poco antes de su intervención como en la propia conferencia, que el entorno ha cambiado y por tanto, los préstamos son más caros, pero insistió en rechazar que la caja haya cerrado el grifo de la financiación: "la demanda solvente de préstamo -dijo- la seguimos atendiendo". En cuanto a la posibilidad de que se cambie la Ley de Cajas y la opinión que le merecería esta modificación, señaló que si es para mejorar, "preservando la identidad jurídica de las cajas", no le veía inconveniente.


Durante la conferencia, el presidente de Ibercaja recordó cómo se había generado la crisis financiera internacional y cómo se extendió por todo el mundo. En cuanto a las conclusiones que el sistema financiero podía sacar de esa situación, Franco destacó, entre otras, la importancia de que haya una supervisión rigurosa y una gestión del riesgo más cuidadosa. Como 'moralejas' de la crisis, Franco enumeró que la visión de largo plazo tiene que inspirar la gestión de las entidades; que las finanzas no pueden despegarse de la economía real; recordó que la misión central de una entidad financiera consiste en captar ahorro para conceder crédito, evaluando correctamente el riesgo asumido y que la compra de instrumentos financieros emitidos por otras entidades debe limitarse a aquellos cuyos riegos comprendamos.