LA DESACELERACIÓN VISTA DESDE EUROPA

Almunia culpa de la crisis económica a la avaricia

El comisario europeo de Economía, el español Joaquín Almunia, ha responsabilizado de la mala situación económica actual principalmente a la "avaricia". En su opinión, "no se puede estirar la cuerda tanto para ganar dinero e hinchar burbujas y pensar que eso no tiene consecuencias". Y lo peor es que, en su opinión, la crisis es estructural y "nadie sabe cuando va a acabar".

 

Almunia afirmó además este jueves que España "puede permitirse el lujo de no preocuparse por tener déficit este año o el que viene", aunque advirtió de que sí sería un problema si rompe el límite del 3 por ciento y empieza a acumular deuda para las generaciones futuras.


En un encuentro organizado por el Foro de Nueva Economía, Almunia subrayó que gracias a los excedentes fiscales que se han logrado en el pasado, el Gobierno puede afrontar ahora un déficit "sin que nadie se lleve las manos a la cabeza".


Asimismo, Almunia abogó por continuar lo que ha hecho en los años pasados, con una disciplina presupuestaria en los términos del Pacto europeo de Estabilidad Presupuestaria y Crecimiento, aunque insistió en que "España no tiene que preocuparse y no tiene un problema difícil" con la cuestión del déficit.

 

Una concepción en crisis


Joaquín Almunia asegura que la economía mundial está atravesando una grave crisis que se extiende por todo el sistema financiero y que nadie sabe cuando va a acabar. "Está en crisis toda una concepción de las actividades financieras, de la gestión de activos y de los mecanismos de supervisión, que han fallado. "Es una crisis estructural", aseguró Almunia en una entrevista a la Cadena Ser, en la que añadió que "los malos de esta película son los que inventaron ciertos productos financieros" que ha resultado ser "tóxicos".


En su opinión ni siquiera la mayoría de los bancos entendían qué estaban comprando cuando adquirían esos productos. "Han comprado cosas que no sabían si valían mucho o poco, y la gestión de los riesgos de los bancos ha sido bastante mejorable. La cuestión ahora es no repetir los errores".


A su juicio, "han fallado los sistemas de supervisión, el hecho de que todavía a estas alturas no sepamos exactamente dónde están de verdad las pérdidas originadas por el estallido de las 'subprime' y todo lo que eso ha generado, revela que no tenemos unos sistema de supervisión perfectos y que hay regulaciones que han fallado".


La incierta recuperación


Respecto a la recuperación, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios afirmó que "no hay una idea clara" de cuándo recuperarán la normalidad los mercados financieros, y reconoció que los ministros europeos tienen una sensación "más pesimista" que hace seis meses sobre el fin de las turbulencias ya que la incertidumbre no remite.


Asimismo, incidió en que "atravesamos una situación difícil" con el endurecimiento de las condiciones de crédito "que afecta a la economía real", por lo que Europa debe actuar conforme a las orientaciones asumidas pero "no puede hacerlo de forma aislada", sino hablar "con los socios al otro lado del Atlántico".


El comisario europeo considera que los bancos centrales del mundo "están haciendo un buen trabajo" al proveer al mercado de liquidez y llevar su política monetaria hacia el control de las expectativas de inflación, por lo que recalcó la necesidad de "respetar la independencia" de los bancos centrales y de que los gobiernos se atengan al respeto de la disciplina presupuestaria.


Asimismo se mostró partidario de ampliar la vigilancia de la política económica de los países de la Unión Europea (UE) para mejorar la competitividad y el funcionamiento de sus mercados, así como de estrechar el diálogo con los interlocutores sociales para evitar que las negociaciones salariales generen expectativas inflacionistas adicionales.


Almunia consideró que en este panorama, "la línea de actuación está clara: hay que mejorar la transparencia", los mecanismos de gestión de riesgos, la valoración de activos financieros y el modelo de generación de productos estructurados, al tiempo que es necesario regular el funcionamiento de las agencias de 'rating'.


También se mostró a favor de mejorar la coordinación entre los supervisores internacionales, teniendo en cuenta que las supervisiones son nacionales pero las instituciones de inversión colectiva pueden operar en diversos países, y apostó por continuar en la senda de reformas estructurales ante el estrechamiento del potencial de crecimiento de las economías europeas.