DÍA DEL TRABAJO

30 años de Primeros de Mayo

La fiesta del 1º de Mayo se legalizó en España en 1978 y desde entonces ha mantenido su carácter reivindicativo, festivo y, salvo momentos puntuales, unitario.

Cientos de miles de ciudadanos salen hoy a la calle para celebrar el Día Internacional del Trabajo. Esta celebración, pese a su carácter festivo, tiene origen trágico. El drama comenzó en 1886, cuando multitud de trabajadores pidieron en las calles de Chicago (la ciudad industrial por excelencia en aquel momento de Estados Unidos) una jornada laboral de ocho horas diarias. Los obreros habían amenazado con una huelga a partir del 1 de mayo si no se les concedía su petición. La idea se extendió por todo el país y numerosos sindicatos se sumaron a los actos de protesta.


En Chicago se reunieron 100.000 trabajadores para escuchar a los líderes de la lucha obrera Parson, Spies y Fisher. Una bomba colocada por infiltrados explosionó y provocó ocho muertos. La policía cargo contra los concentrados y detuvo a los dirigentes acusados de anarquistas y conspiradores. Fueron condenados a morir en la horca. La sentencia se cumplió el 11 de noviembre de 1887. Posteriormente, autoridades judiciales demostraron que las ejecuciones habían sido "un error". Dos años después de los episodios de Chicago, la Federación Norteamericana del Trabajo votó a favor de la jornada de ocho horas. La decisión fue presentada en 1890, en París, ante sindicatos de diversos países, que bautizaron el 1 de mayo como Día del Trabajador en homenaje a Parson, Spies y Fisher.


En España, la jornada de hoy se desarrollará con cerca de un centenar de actos bajo el lema elegido por CC. OO. y UGT de "Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva".


La conmemoración del Primero de Mayo se legalizó en el país hace 30 años y, con independencia de su carácter festivo, se ha convertido en un termómetro inequívoco para medir el grado de entendimiento entre las dos centrales mayoritarias.


Todo indica que en 2008, "la unidad de acción goza de buena salud", como ha adelantado el secretario general de UGT, Cándido Méndez. Su homólogo en CC. OO., José María Fidalgo ha ido más allá y ha descartado la firma de acuerdos por separado con el Gobierno. "Entraremos y saldremos juntos del diálogo social", dijo recientemente.


El 1 de mayo de 1977, los sindicatos españoles todavía no estaban legalizados. Sin embargo, sus afiliados decidieron que había que celebrar la Fiesta del Trabajo con una manifestación similar a la realizada en otros países del entorno. El acto central se desarrolló con una marcha en la localidad madrileña de Vallecas.


Efectos del 14-D


Entonces, la policía cargó brutalmente contra los participantes, pero no impidió que las bases de lo que sería en España el Primero de Mayo quedaran sentadas. Todavía hubo que esperar un año para que la conmemoración recibiera el visto bueno de las autoridades.


Las celebraciones comenzaron de forma conjunta entre CC. OO. y UGT. La situación se quebró en 1983, tras el triunfo del PSOE en las elecciones políticas de octubre de 1982 porque la central que lidera José María Fidalgo se sintió discriminada.


A continuación, vinieron épocas de separación y cruce de críticas hasta que el éxito de la huelga general del 14 de diciembre de 1988, convocada por ambas centrales, provocó la vuelta a la unidad el 1 de mayo del siguiente ejercicio. Los sindicatos lo consideraron oportuno para dar continuidad a las protestas emprendidas con el paro.


Desde entonces, el camino conjunto de las dos centrales ha estado sembrado de acercamientos y recelos, pero se ha mantenido. Las fricciones obedecieron, a veces, a desconfianzas motivadas por las elecciones sindicales y, en otras ocasiones, a la necesidad de dejar clara la autonomía de los sindicatos respecto de los partidos políticos.


De hecho, los líderes de los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CC. OO., Cándido Méndez y José María Fidalgo, reiteraron ayer que el lema de la movilización del 1º de mayo constituye una "batalla permanente" en la lucha para los sindicatos. En una entrevista a Televisión Española Fidalgo reiteró que ya se ha acabado el ciclo de crecimiento, lo que atribuyó al hecho de que no se haya considerado a los trabajadores como la verdadera riqueza de la economía. Por ello, el secretario general de CC. OO., afirmó con rotundidad que "el trabajo asalariado es patrimonio de la humanidad", y por ello, la primera riqueza de un país. Ambos sindicatos harán especial hincapié en la lucha contra las discriminaciones que afectan a las mujeres. Pero esta no será la única reivindicación de los sindicatos porque la lucha contra el empleo precario en los jóvenes, "pseudobecarios", según Fidalgo, constituirá una de las novedades de esta campaña.


Respecto a la promesa del Gobierno de subir el salario mínimo a ochocientos euros, Fidalgo consideró que este incremento no daña a ninguna empresa, a pesar del momento de desaceleración que vive la economía española.