La caída de los combustibles y el gas relajan la presión sobre la inflación antes del verano

Llenar el depósito cuesta lo mismo que antes de que comenzara la guerra y el mercado gasista anticipa precios de hace más de dos años.

Adiós a la bonificación al carburante
Adiós a la bonificación al carburante
Guillermo Mestre

Nada está definido en el complejo sector energético que tantos disgustos ha dado a las economías europeas, empresas y familias durante el último año. Pero los datos más recientes confirman el alivio que los negocios y los hogares tienen en estos momentos tanto al llenar el depósito como al afrontar la factura de la luz, al menos si se comparan los actuales costes con los que llegaron a asumir el verano del año pasado, marcando récord tras récord consecutivo.

Los combustibles y el gas natural siguen descendiendo en sus cotizaciones a medida que transcurre la primavera y a pocas semanas de que comience el verano. Con los últimos datos, anticipan una moderación de la tasa general de la inflación, que cerró abril en el 4,1%, aunque la subyacente (sin incluir la energía ni alimentos no elaborados) sigue disparada en el 6,6%.

En el caso del diésel y la gasolina, han caído hasta nuevos mínimos en lo que va de año, por debajo de los niveles de antes del estallido de la guerra de Ucrania, a finales de febrero de 2022. En concreto, el precio medio del diésel ha descendido esta semana un 0,14% con respecto a hace siete días, para ahondar en un nuevo mínimo en este año y caer a su nivel más bajo desde finales de enero de 2022.

Según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de gasóleo se sitúa, tras diez semanas de caídas, en los 1,40 euros, consolidándose además en un nivel más bajo de lo que costaba en la última semana de 2022, cuando aún se aplicaba la subvención del Gobierno de 20 céntimos por litro. Por su parte, el de gasolina ha encadenado esta semana su quinta caída consecutiva y, con un descenso de casi el 0,2%, se sitúa en los 1,57 euros, su nivel más bajo desde febrero de 2022.

El mercado también ha regresado a la normalidad en el sentido de que el diésel es más barato que la gasolina. Porque durante los últimos meses de 2022, el gasóleo costaba más, a pesar de estar más bonificado por el Impuesto de Hidrocarburos que la propia gasolina. Ni con esas. Repostar diésel ya no salía a cuenta para millones de conductores con vehículos que usaban ese combustible para moverse.

Ahora, el diésel se consolida ya por decimoquinta semana seguida por debajo del precio de la gasolina. Se mantiene así en la situación habitual de antes de la invasión rusa de Ucrania.

Ambos combustibles también siguen por debajo del importe que marcaban (1,818 euros en el caso del primero y 1,837 euros para el segundo) antes de la entrada en vigor de la ayuda de 20 céntimos por litro que aprobó el Gobierno a finales de marzo del año pasado, y que, desde comienzos de 2023, solo se mantiene para el colectivo de profesionales, que incluye a transportistas, agricultores, navieras y pescadores.

Lejos del récord gasista

En paralelo y casi al unísono, la cotización del gas natural, que tantos disgustos provocó el año pasado a toda Europa, se dirige ya hacia niveles como el de los 15 euros/MWh. Ese es el nivel de precios previsto por la consultora energética Tempos, donde explican que el elevado nivel de las reservas gasísticas europeas podrían situarse en el 100% de la capacidad "mucho antes de lo previsto" por cada país. Este jueves el índice TTF del gas (el holandés, el más negociado en Europa) se situaba en los 26 euros/MWh, el nivel que tenía mucho antes de que comenzara la guerra rusa, allá por octubre de 2021. El año pasado llegó a superar los 300 euros en agosto.

La consultora considera que las "holgadas cantidades" de los inventarios de gas, que superan en un 50% a la media de una década y casi en un 60% a los del año pasado, relajarán la demanda de este combustible.

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