La empresa zaragozana Magaiz, especializada en la instalación y mantenimiento de ascensores, puertas automáticas y salvaescaleras, sigue en la brecha no sin dificultades, como tantas compañías que han padecido meses atrás el incremento de sus costes, mientras sufre –también como está ocurriendo en muchos sectores– para hacerse con el personal adecuado que necesita para seguir creciendo. La firma cerró el ejercicio 2022 con una facturación de 7 millones de euros –sin tener impagos más allá de lo habitual, como ocurrió en la anterior crisis económica–, después haber registrado 6,3 millones el año anterior, y ha visto cómo el primer trimestre de 2023 ha superado sus previsiones iniciales.

«Hay malas noticias pero a la vez los resultados aguantan», reconoce Ana Martínez, directora general de la empresa, que alude así a conocidas realidades como las relacionadas con la disparada inflación pero reconociendo que, en su caso, ha habido y hay trabajo para mantener la actividad y no dejar de pensar –y actuar– en los cambios tecnológicos que les obligan a ella y a su equipo a apostar por la innovación.

Con 64 trabajadores en plantilla, Magaiz es una compañía propiedad de cuatro familias que tienen muy bien planificada su participación en los órganos de gestión. Esta semana, de hecho, se jubiló el miembro de una de ellas, Andrés Lapuente, que había ejercido como director comercial y que ha sido un pilar para la dirección general, como reconoce Ana Martínez. «Siempre agradaceré el trabajo realizado por Andrés y su generosidad», apuntaba a este diario. Del resto de propietarios en la firma están, de la tercera generación, Paula García (responsable de Recursos Humanos) y de la segunda, Alfredo Garrido y la propia Martínez.

La directora general reseñaba hace unos días en su cuenta de Linkedin el acto de despedida de Lapuente, que seguirá en la empresa como presidente de su consejo de adiministración, recordaba, pero abandona el día a día. «Cumplimos así con nuestro protocolo familiar, que todos nosotros aceptamos», apuntaba.

Magaiz está centrada en trabajar en el mantenimiento y modernización de instalaciones vinculadas a los ascensores. Ubicar este sistema de transporte vertical en edificios donde no los hay es una tarea en la que le toca trabajar continuamente. «A veces es complejo conseguirlo, sobre todo con edificios viejos y huecos muy pequeños para encajarlo», indica al respecto Ana Martínez antes de destacar el hecho de que «hoy, nadie se plantea comprar un piso en una cuarta planta que no tenga ascensor».

Especialmente complicado está resultando para la compañía hacerse con los trabajadores con cualificación adecuada que necesita. «Lo que más nos preocupa hoy es la mano de obra», admite la directora general. «Necesitamos técnicos cualificados», incide tras recordar que hoy en los ascensores hay «más electrónica y menos mecánica».

Otros retos

En Magaiz, mientras tanto, están pendientes de un cambio en la legislación española que obligará a actualizar más ascensores en el país que se ha ido posponiendo, que afectará a su actividad, y mantienen una mirada al futuro que pasa por contar con sistemas que empleen el denominado ‘internet de las cosas’. Ahí es donde entran proyectos de innovación como el impulsado con la también empresa aragonesa Epic Power, el del ascensor que funciona con energía solar. «Ya hemos instalado tres y se ha está demostrando lo que ahorran», apunta con orgullo Ana Martínez, aunque es consciente de que este producto está aún muy lejos de popularizarse. «La gente que lo tiene está contenta, funciona bien», recalca, «pero en esto aún estamos ‘evangelizando’, queda mucho por hacer».