Turomas ultima los trámites para ampliar su fábrica en Rubielos de Mora

La empresa familiar aragonesa vende al exterior el 60% de las máquinas para procesar el vidrio que produce en sus instalaciones de Rubielos de Mora

Instalaciones de Turomas en Rubielos de Mora.
Instalaciones de Turomas en Rubielos de Mora.
S. E.

«Llevamos necesitando esos 2.000 metros cuadrados más de nave desde hace dos años», explica Álvaro Tomás, hijo del propietario y fundador de Turomas, empresa especializada en maquinaria inteligente para el almacenamiento, la carga y el corte de vidrio, que anunció recientemente la inversión de 7 millones para ampliar su capacidad productiva en Rubielos de Mora.

Se están ultimando los trámites, indica el vicepresidente de esta empresa familiar – fundada por su padre, Miguel Tomás, en 1985– para poder  empezar con el movimiento de tierras" y posteriormente las obras de ampliación», que espera avancen deprisa gracias a la declaración de interés autonómico por parte de la DGA.

«Hay una gran necesidad de contar con más espacio productivo» recuerda Tomás para poner en marcha el plan de invaersión que incluye levantar cuatro nuevas naves más para atender la mayor demanda de los equipos de Turomas por parte de los mercados internacionales (suponen el 60% de sus ventas) y los de la Península Ibérica.

Al incorporarse en 2012 a la dirección, comenta Álvaro Tomás, «en la empresa había 30 o 35 personas trabajando y se facturaban 2,8 millones" mientras que "ahora estamos más de 100 con ventas por valor de 11 millones, pero con una cifra de contratación que supera los 13 millones". Por eso», añade, urge disponer de más espacio productivo.

Recuerda que ha sido «un gran esfuerzo» lo que les ha permitido crecer en exportación. Fue en la década de los 90 cuando Turomas vendió sus dos primeras máquinas fuera de España, concretamente a Chile. «Poco a poco entramos en Bolivia, Uruguay y posteriormente México, Brasil, Colombia, Argentina...», señala, aunque el gran salto se produciría en 2016 cuando iniciaron la fabricación de almacenes inteligentes y soluciones completas para clientes como Tvitec Glass, uno de los mayores procesadores de vidrio de alto rendimiento de Europa.

Tomás abunda en la dificultad de abrir mercados en el exterior. «Fue un proceso muy duro. Recuerdo con 23 años haberme hecho hasta 28 vuelos transatlánticos para buscar clientes en México y EE. UU.». Gracias a eso y a crear un departamento específico en exportación, consiguen cerrar operaciones como la de semana pasada en Dallas. Se trata de un proyecto  de almacén inteligente presupuestado en 1, 3 millones para el fabricante de Texas Tristar Glass que tienen que entregar el tercer trimestre de este año. 

También, acabaron el pasado año una plataforma automatizada por 1,5 millones para el procesador de vidrio argentino Üveg en Cordoba.

«Hicimos otro almacén automatizado con dos líneas de corte para el tercer mayor fabricante de Nueva Zelanda, Cobalt Glass»», añade. Ahora, el desafío, dice, es acelerar las obras para ampliar su capacidad y atender más pedidos.

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