Mercadona confirma el momento en el que bajan los precios de sus productos

Aquellas personas que suelen recurrir a este supermercado para sus compras habituales ansían conocer trucos para rentabilizar aún más su inversión.

Mercadona en Zaragoza.
Mercadona en Zaragoza.
Francisco Jiménez

Como ocurre con casi todos los nombres propios relevantes, independientemente del sector, los supermercados Mercadona generan tanto amor como rechazo. La causa de ambos sentimientos es personal, y puede deberse a multitud de elementos; por ejemplo, las recientes declaraciones de su propietario Juan Roig, reconociendo que habían subido los precios una burrada por el contexto socioeconómico actual, fueron interpretadas como un acto chulesco por mucha gente, mientras que otros aplaudieron su sinceridad y juraron amor eterno a la firma, por la calidad de sus productos y, por ejemplo, las condiciones laborales de sus empleados, reconocidas como superiores a las de la competencia directa.

Aunque nunca llueve a gusto de todos, aquellas personas que suelen recurrir a Mercadona (líder del sector en España) para sus compras habituales ansían conocer trucos para rentabilizar aún más su inversión. Los hay, y tienen que ver con los productos frescos, así como los platos para llevar y, cuando es el caso, las zonas de comida en la entrada de los establecimientos, que no son muchas en sus locales aragoneses.

Las claves para comprar más barato en Mercadona

A la hora de comprar producto fresco, las etiquetas amarillas con descuentos por fecha de consumo propio son la clave para llevarse a casa buena materia prima a precios competitivos, ya sea para consumo inmediato o para congelar. Ahí todas las partes ganan: se desperdicia menos género y los clientes avispados obtienen una ventaja comparativa importante, sobre todo en carne, pescado, verdura y fruta.

Otra clave es el día de la semana ideal para cazar estas ofertas, y ahí coincide con el que tienen marcado muchos consumidores, por ser el de más horas hábiles para pasar por la tienda. El sábado es el elegido, ya que Mercadona raramente abre domingos o festivos. En las horas vespertinas, y poco antes del cierre, las rebajas son brutales. La mercancía nueva llega el lunes, pero la del sábado sigue en buen estado y el bolsillo lo agradece.

Un matiz: el sábado no es el único día para aprovechar este tipo de ocasiones, ni la tarde el único tramo aprovechable. Desde Mercadona advierten que se bajan precios “todos los días en función de la proyección de excedentes, y no siempre al final de la tarde. A veces, al hacer un pedido a las dos de la tarde para el día siguiente, se evalúa el posible excedente y se hacen cambios de precio. También influyen imprevistos: la lluvia, por ejemplo, hace que venga menos gente un día, y la rebaja se hace antes en el día. Igualmente, hay donaciones diarias de lo que ya claramente no se va a vender; hay convenios con entidades locales, bancos de alimentos, Cruz Roja o Cáritas”.

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