economía

Telefónica deja su antigua sede en el centro de Zaragoza para Primark: esto queda de su historia

La operadora ha trasladado la tienda Movistar del edificio de Independencia a un local cercano. El emblemático inmueble guarda vestigios de la historia de la telefonía.

Santos Lasaosa y Jorge Gascón, jubilado y empleado de Telefónica en la sede de Independencia.
Santos Lasaosa y Jorge Gascón, jubilado y empleado de Telefónica en la sede de Independencia.
Oliver Duch

El histórico edificio de Telefónica en el paseo de la Independencia de Zaragoza ha quedado cerrado desde este martes con el traslado de la tienda de atención al cliente de Movistar a un local cercano, en la misma acera de la céntrica avenida. Los carteles comunicando el cambio de ubicación cuelgan ahora en las cristaleras. Está previsto que en la antigua sede se abra una tienda de Primark.

Dentro del inmueble de estilo racionalista, con sus imponentes cristaleras inspiradas en los primeros rascacielos neoyorquinos, aunque con solo cinco plantas, todavía no se ha recogido todo el mobiliario. Las cajas y la cartelería de móviles se mezclan con los pocos vestigios que quedan de la historia de la telefonía que se vivió entre sus paredes, cuando no existían ni 'smartphones' ni internet sino operadoras que la televisión popularizó hace unos años como las 'chicas del cable'.

El edificio de Telefónica se construyó en 1927 y cambió de propietario en 2016, que negocia ahora su arrendamiento con Primark.
El edificio de Telefónica (en el centro) se construyó en 1927.
Oliver Duch

Historia del edificio de Telefónica en Independencia

En el local de la planta calle todavía se pueden contemplar las lámparas 'art déco', originales de los años 20, grandes molduras en el techo, una entreplanta de madera en la que en tiempos hubo oficinas y una escalera de forja ahora en desuso en un patio lateral. En los últimos años el edificio solo ha tenido ocupada esta zona, destinada a una tienda Movistar. "Esta planta ha sido siempre de atención al público", explica Santos Lasaosa, empleado de la compañía hasta el año pasado, que ahora forma parte del "grupo de jubilados" de la empresa, que sigue participando en algunas actividades como visitas culturales.

En su cabeza bullen los recuerdos de sus 37 años en la firma y de la historia de los orígenes de la empresa, que son los de las comunicaciones de principios del siglo XX. "Aquí ha habido hasta peticiones de mano", señala, sobre el caso de un empleado que se declaró a su novia rodeado de clientes.

"Zaragoza fue la cuarta ciudad de España en automatizarse y lo hizo un mes antes que la ciudad de París. En solo tres años, superamos el desfase de diez que teníamos con nuestros vecinos europeos" (Santos Lasaosa, empleado jubilado de Telefónica)

"Cuando se creó la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), el 19 abril de 1924, la España de entonces sufría un retraso tecnológico de unos diez años con respecto al resto de Europa y eso que ellos venían de sufrir una gran guerra", cuenta el que fuera experto consultor del Área de Seguridad de Telefónica.

Viaje a Nueva York de un "arquitecto telefónico"

Para la construcción del edificio la operadora envió a Nueva York a un joven arquitecto recién licenciado, contratado en nómina, para que aprendiera "de las nuevas características de las construcciones de los edificios de comunicaciones telefónicas de EE. UU.", cuenta el veterano empleado. Se trataba de Ignacio de Cárdenas. "Era arquitecto telefónico", explica Lasaosa. "Aquí no se sabía cómo hacerlo y él se fijó mucho en los patrones de los grandes rascacielos", reconoce. "El primer rascacielos de España, el edificio de Telefónica en Gran Vía Madrid, lo diseño él, ejecutándose simultáneamente con el de Zaragoza", apunta.

El diseño del proyecto del inmueble zaragozano fue fruto de su trabajo con los arquitectos Antonio Cañada y José María Arrillaga. El 12 de Abril de 1926 el Ayuntamiento de Zaragoza  dio licencia para la construcción del edificio. Este se levantó en el solar que quedó tras la desaparición del antiguo Teatro Pignatelli. Años después el diseño original sufriría alguna modificación, perdiendo el escalonado de la fachada.

Edificio de Telefónica en el paseo de la Independencia. Archivo Fotográfico de Telefónica gestionado por Fundación Telefónica
Diseño original del edificio de Telefónica en el paseo de la Independencia. Archivo Fotográfico de Telefónica gestionado por Fundación Telefónica
Archivo Fotográfico de Telefónica/Fundación Telefónica

El 5 de junio de 1926 dieron comienzo las obras y el 11 de octubre de 1927 el cura párroco de Santa Engracia bendijo la parte inaugurada del edificio. Contaba en la planta sótano con almacén, entrada de cables, equipos de fuerza y servicios; en planta baja oficinas; en plantas 1ª y 2ª equipos automáticos y en la 3ª el nuevo cuadro interurbano.

El 30 de diciembre de 1927 a las cuatro de la tarde, las primeras operadoras de Telefónica en Aragón arrancaron el servicio automatizado interurbano de telefonía desde la central de Aragón que estaba ubicada en este edificio del número 35 del Paseo Independencia, como contó HERALDO al día siguiente, en la crónica sobre la inauguración oficial, con las autoridades y las "fuerzas vivas" de la ciudad. 

Heraldo del 31 de diciembre de 1927.
Heraldo del 31 de diciembre de 1927.
H. A.

"Este edificio albergaba la nueva central automática urbana, la interurbana, oficinas y atención al abonado. Se construyó con hierro soldado (como el Empire State) en dos fases. La primera, que da al paseo de la Independencia, y la segunda es la parte trasera que da a la calle Castellano", relata Lasaosa. En esta última se colocó una rampa para "meter los grandes equipos", añade Jorge Gascón, encargado de Edificios de Telefónica, que lleva 32 años en la compañía. Entonces llegaron aparatos como los 'rotary'. Recuerda también las vidrieras hechas por La Veneciana, la fábrica del ilustre empresario aragonés Basilio Paraíso.

Vidriera fabricada por La Veneciana para el edificio de Telefónica en el paseo de la Independencia en Zaragoza.
Vidriera fabricada por La Veneciana para el edificio de Telefónica en el paseo de la Independencia en Zaragoza.
H.A.

Gascón apunta cómo el estilo racionalista contrasta con el neomudejar de la sede de Correos contigua, ambos inmuebles coetáneos pero que a la vista del paseante pueden parecer de dos épocas muy distintas. 

"Zaragoza fue la cuarta ciudad de España en automatizarse y lo hizo un mes antes que la ciudad de París. En solo tres años, superamos el desfase de diez que teníamos con nuestros vecinos europeos", apunta, con orgullo Lasaosa, relatando la historia de la empresa, que el año que viene celebrará su centenario.

"La primera voz que escucharon nuestros clientes el día que arrancó el servicio fue el de nuestras ocho operadoras", que para la plantilla nunca fueron 'chicas del cable', sino 'telefonistas'. "Las personas que se encontraron nuestros clientes al hacer los trámites de abonarse al servicio telefónico fueron las de mis compañeras de atención al cliente", destaca. 

Ocho operadoras

"Este nuevo equipo interurbano estaba constituido por ocho posiciones para conferencias, telefonemas (mensajes telefónicos) y tarificación, con este nuevo cuadro se mejoraba y ampliaba el servicio con otras provincias", explican desde la compañía. Marcaban el 09 o el 07, según quisieran una llamada o un mensaje, respectivamente. El servicio entonces solo estaba al alcance de las clases sociales más altas y contaba con unos 2.000 abonados.

Todas las llamadas pasaban por las telefonistas, que procedían de la antigua central urbana que estaba en la calle Méndez Núñez número 20 y de la interurbana de la calle Cerdán, 1. Se cubrían turnos de mañana, tarde y noche.

"El teléfono cambió la vida de la gente, sobre todo, para las personas que vivían en extrarradios o aisladas de núcleos urbanos"

La compañía "unificó todas las empresas que operaban, canalizando los cables que transitaban a su libre albedrío por los tejados y fachadas de las ciudades y comenzó su desarrollo a lo largo de todo el territorio nacional para intentar llegar al extrarradio más lejano", relata Lasaosa.

"El teléfono cambió la vida de la gente, sobre todo, para las personas que vivían en extrarradios o aisladas de núcleos urbanos, había que llevarles el servicio telefónico de forma exclusiva y eso podía llegar a tardar años", señala Lasaosa. De sus años de trabajo, desde 1985, le marcó su primer diseño de redes. "Fue un extrarradio para el señor Rene Hilton, un holandés afincado en medio del Sobrarbe, que lloró el día que pudo hablar con su familia de Holanda sin tener que ir al pueblo más cercano".

Gascón confiesa que siente el cierre del edificio. "Todos los mayores de la compañía han pasado por aquí", señala. Él trabaja en el edificio de la plaza del Portillo, que se considera ahora la sede desde el punto de vista administrativo. La compañía fue creciendo y abriendo más edificios, incluido el 'pirulí' de Vía Hispanidad. Lasaosa siente curiosidad por ver cómo quedará el local después de que sea reformado para sus nuevos usos, y confía en que conserve parte de su esencia. Ambos reconocen que sentirán "nostalgia" por el trozo de historia que se quedará allí.

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