La dirección de Stellantis Zaragoza plantea a los sindicatos un convenio de 5 años

Las centrales no llegan a un acuerdo para una plataforma conjunta. UGT pide una subida salarial del IPC+1,5%.

Cadena de montaje de Stellantis en Figuereuelas.
Cadena de montaje de Stellantis en Figuereuelas.
Oliver Duch

La dirección de la planta de Stellantis en Figueruelas ha planteado a los sindicatos que el convenio colectivo que han empezado a negociar tenga una duración de cinco años (de 2023 a 2027), objetivo que está relacionado con la previsión de que a la factoría aragonesa puedan llegar entre 2025 y 2026 las plataformas de producción de vehículos eléctricos STLA de la multinacional automovilística, garantía de futuro para la propia fábrica.

Tras fracasar el intento de algunos sindicatos de pactar una plataforma de convenio conjunta que aglutinase las peticiones principales de todas las centrales (seis) para el convenio, cada una lleva sus propias reivindicaciones y el diálogo entre representes de la dirección de la empresa y de los representantes de los trabajadores discurre de momento a paso lento. Por ahora, según indican las partes, se ha revisado el convenio anterior para ver hasta donde puede llegar el nuevo y cada central va a las reuniones (dos a la semana) con sus propias demandas.

UGT, el sindicato mayoritario (con 11 de los 31 delegados tras las elecciones de octubre pasado) está planteando en el ámbito salarial una subida del IPC más el 1,5% en los años que dure el convenio, según precisó ayer Sara Martín, secretaria general de la sección sindical. CC. OO., que tiene 5 delegados, también quiere que se garantice el poder adquisitivo con subidas del IPC, «asegurando la revisión salarial», apuntó Ana Sánchez, que coincide en apoyar un alza del IPC+1%. En su caso reclaman también aumentar de 27 a 28 los días de vacaciones, marcar límites a las jornadas irregulares y favorecer la salida de los empleados de más edad.

Sánchez apuntó asimismo que una de las cuestiones que impidió el acuerdo entre sindicatos para una plataforma conjunta tiene que ver con la aceptación de medidas de flexibilidad. UGT y CC. OO. consideran que hay que echar mano de herramientas en ese campo para garantizar la continuidad de la planta, especialmente en un escenario con tantos problemas de suministros de piezas, en particular los chips semiconductores procedentes de Asia.

Los modelos del futuro

Con tres modelos en las cadenas de montaje en la actualidad –el Opel Corsa (en sus versiones térmica y eléctrica), el Opel Crossland y el Citroën C3 Aircross–, la factoría zaragozana tiene asegurada su continuidad hasta 2025 y es a partir del año siguiente cuando existen dudas sobre su futuro. De ahí que UGT insista en que solo llegará a un acuerdo de convenio si la empresa presenta un plan industrial que vaya más allá de ese año.

La planta de Figueruelas dejará de ensamblar los dos SUV que pasan por la línea 1 (el Crossland y el C3 Aircross) en el primer trimestre de 2024 según las últimas informaciones, si bien antes (en septiembre próximo) se prevé que en la planta ya se esté produciendo un segundo vehículo eléctrico, adjudicación anunciada por la compañía en octubre pasado, coincidiendo con la visita de la ministra de Industria, Reyes Maroto. Ni entonces ni hasta hoy se ha dado el nombre del modelo de manera oficial, pero todos saben en la planta que se trata de la versión eléctrica del Peugeot 208.

Otro secreto a voces es la llegada de una cuarta marca a la planta de Figueruelas, Lancia, en este caso la producción de la versión eléctrica del Ypsilon. Empresas de la industria auxiliar aragonesa se han adjudicado ya piezas tanto para este modelo como para el Peugeot e-208. 

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