economía

El calor inesperado en marzo apaga las calefacciones más horas y alivia las facturas

Las comunidades de vecinos afrontan la recta final de los días de frío con más calma tras los sustos con las derramas de urgencia del invierno pasado.

Calor en Zaragoza.
Calor en Zaragoza el pasado fin de semana.
Oliver Duch

El miedo a encender la calefacción, la llamada pobreza energética 'oculta' por la escalada de precios de la luz y el gas, ha perseguido a las familias desde que en el invierno pasado empezara a dispararse la energía. La derramas que se comieron los ahorros de muchas comunidades e incluso vecinos, no se están viendo tan a menudo este año porque los precios se han contenido, las horas de encendido se han reducido y la temperatura está ayudando, y mucho. 

Este último otoño e invierno lleva camino de ser uno de los más templados en Zaragoza. El frío llegó tarde, bien entrado noviembre, y en diciembre se vivió un final de año con 17 grados de temperatura. Llegados a principios de marzo ha vuelto de nuevo el calor, registrándose temperaturas récord rozando los 30 grados, que no se veían desde 1957, según los registros de la Agencia Estatal de Meterología (Aemet).

Sensores de temperatura

En esta semana han sido más las horas de radiadores apagados que encendidos. "Casi todas las salas de calderas se autorregulan. Estos días funcionan con sensores de temperaturas exteriores y se abre o cierra en función de la temperatura exterior", explica Antonio Calvo, miembro de la junta de gobierno del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón. "Algunas ni siquiera se han encendido", reconoce. Los radiadores no se ponen en marcha si la temperatura supera los 20 grados, de media, pone como ejemplo.

Este invierno afirma que habrá menos sustos con las facturas porque se ha aprendido del año pasado y se han tomado medidas antes de que comenzara la temporada. "Se llegó a acuerdos en las comunidades en los que en pleno invierno, los meses de enero y febrero había que poner la calefacción lo que hiciera falta, pero a partir de marzo se ha hecho bastante reducción de horas", añade. Un recorte sobre el ajuste hecho ya para reducir costes energéticos.

Calvo recuerda que en el pasado las calefacciones centrales han llegado a estar encendidas casi todo el día, "desde las 8.00 de la mañana hasta las 23.00 de la noche", apunta. En muchas "lo normal ha sido tenerla 12 horas", recuerda. Esos tiempos forman ya parte del pasado. Ahora se suelen tener "seis horas encendida por la tarde cuando baja la temperatura". 

"Si hace buen tiempo empezamos a quitar calefacciones en abril,  dependiendo de las temperaturas", calcula, consciente de que este año el apagón definitivo llega antes. "Ha sido un invierno bastante tranquilo",  apunta a modo de balance. Recuerda que el año pasado hubo comunidades con derramas cercanas a los 1.000 euros para afrontar el alza de precios o gastar del fondo de la comunidad, sobre todo, del gas.

Ahora, tampoco se fía, por la experiencia de otros años. "Cuando tenemos un mes de marzo bueno y se acerca la Semana Santa y decimos  que se apagan las calefacciones, algún año nos vamos y nos empiezan a llamar en vacaciones para decir que hace frío". 

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