Apicultura
Protesta de apicultores en Zaragoza: "El sector se muere pero aún puede haber salvación si los representantes políticos quieren"
Convocados por UAGA, los productores de miel aragoneses han escenificado ante las puertas de las Cortes aragonesas el fin de esta ganadería para la que reclaman ayudas directas y un mayor control de la calidad de las importaciones a bajo coste.
Ataviados con su trajes de faena y portando los ahumadores tan utilizados para realizar su trabajo, los apicultores aragoneses se han plantado este viernes ante el Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes autonómicas, para lanzar un S.O.S a los representantes de todos los partidos políticos. Convocados por UAGA-COAG en la protesta –que se ha repetido durante las últimas semanas por distintas capitales españoles, los productores han escenificado (con música fúnebre incluída) el funeral de un apicultor. No ha faltado el humo, tanto el que desprendían los utensilios que utilizan para trabajar las colmenas como el que ha provocado la quema de unos muñecos de paja ataviados por el mono de apicultor. Y allí estaba también una abeja portando un cartel con un mensaje de socorro.
“El sector se muere, pero aún tiene salvación y esta está en manos de la administraciones y los poderes públicos”, han señalado Pedro Loscertales, responsable Sector Apícola COAG y Alberto Allué, responsable Sector Apícola UAGA, que han recordado la crítica situación que atraviesa el sector. Las explotaciones se encuentran “al borde de la ruina”. Las heladas primaverales y las continuas olas de calor soportadas en verano han mermado la producción. La varroosis, una enfermedad parasitaria provocada por un ácaro, está diezmando la población de abejas. La apicultura es uno de los sectores que ha quedado fuera de las ayudas para hacer frente al impacto de la guerra de Ucrania y tampoco tiene acceso a la bonificación por el incremento de los precios de los combustibles. Y por si no fuera suficiente, su miel desborda los almacenes sin posibilidad de llegar al mercado porque, como denuncia la organización, “los industriales prefieren producto importando de dudosa calidad pero muy bajo precio”.
Por eso, han señalado Loscertales y Allué, no les ha quedado más remedio que salir a la calle. Si han elegido las puertas de las Cortes de Aragón (hoy había pleno) para realizar su movilización ha sido para lanzar una llamada de atención a todos los representantes de los ciudadanos “porque si ellos quieren se puede evitar la quiebra a la que se ven abocadas las explotaciones”, han explicado los sindicalistas.
Y micrófono en mano y quizá para que les oyeran quienes los representantes del Gobierno aragonés y los “todos los políticos” que en esos momentos se encontraban en el Palacio de la Aljafería, Allué ha leído un manifiesto con la batería de reivindicaciones del sector.
Los productores consideran que el Ministerio de Agricultura debe conceder ayudas directas por colmena al sector apícola profesional que “ayudarían a compensar parcialmente el sobrecoste de mantenimiento de las colonias de abejas y la pérdida de producción, en un contexto de grave crisis de mercado”. Un apoyo al que ponen cifras. Demanda una subvención de 10 euros por colmena para el total de colmenas censadas en el REGA a fecha 1 de enero del 2022 y gestionadas por agricultores a título profesional, con un límite de ayuda por explotación de 1.000 colmenas.
Exigen además que la apicultura se incluya entre los sectores a los que se prorroga en 2023 la ayuda de 20 céntimos por litro de combustible. Porque, aunque no tienen tractores, “en las explotaciones apícolas profesionales, tanto estantes como trashumantes, el combustible es uno de los costes de producción que condicionan más la cuenta de resultados”, ha recordado.
Los manifestantes han mostrado además su rechazo a las nuevas exigencias burocráticas que quieren imponerse a las explotaciones apícolas españolas. “El Ministerio debe atender con flexibilidad a las particularidades del sector en la futura aplicación de los reales decretos de trazabilidad, identificación y registro de determinadas especies animales así como de veterinario de explotación y plan sanitario integral”, ha clamado Allué, que ha criticado que estas exigencias, que sin duda, pretenden únicamente facilitar el trabajo de la Administración, no aportarán ninguna mejora a las explotaciones apícolas ni a los consumidores y, por el contrario, “perjudicarán enormemente a las explotaciones apícolas familiares y profesionales”.
Quiere además el sector que se promueva la autorización de nuevos medicamentos eficaces contra la varroosis para que apicultores puedan seguir haciendo frente a esta enfermedad parasitaria endémica y sortear la cada vez mayor resistencia de este parásito a los acaricidas existentes.
Y sobre todo, exigen que el Departamento que lidera Luis Planas aproveche la próxima presidencia española del Consejo de la Unión Europea para liderar a nivel europeo la modificación de la Directiva de la Miel y del Código Aduanero de la Unión, para que el etiquetado refleje de forma correcta ya clara el verdadero origen de las mieles comercializadas en España. “En el momento de mayor nivel de importaciones de mala calidad de la serie histórica es imprescindible que el Ministerio muestre su determinación de cara a facilitar información transparente a consumidores y consumidoras sobre el origen de los productos apícolas que consumen”, ha insistido el representante de los apicultores en UAGA, que ha exigido “un mayor control de la calidad de las mieles importadas, así como de las posibles adulteraciones y de la miel envasada en el mercado interior en nuestro país” y ha denunciado la “desleal e inaceptable práctica” que están realizando la industria y la distribución, a la que acusan de paralizar y bloquear la miel producida en España “para obligarnos a vender a bajos precios”.
