El cultivo de la remolacha en el Alto Aragón culminó el pasado año la primera temporada desde que la empresa Nafosa, perteneciente al grupo navarro Osés y con sede social en Esplús, la reintrodujera en las comarcas oscense de La Litera, Monegros y Somontano. Este cultivo había desaparecido en Huesca con el cierre de la industria Azucarera de Monzón hace 50 años aproximadamente. La empresa familiar, una de las principales productoras de cereales de la provincia de Huesca, alcanzó el pasado año un acuerdo con Azucarera Española para recuperar este cultivo y enviarlo a su sede en Burgos desde la Terminal Intermodal de Monzón (TIM), del grupo Samca.

Así, Nafosa ha puesto en cultivo esta campaña 160 hectáreas en contacto con agricultores de Esplús, Vencillón, Sena e Ilche, donde ha obtenido una producción de 16,8 millones de kilos, lo que supone un rendimiento de 105 toneladas por hectárea, unas cifras muy valoradas por la directora de compras de la firma, Maite Osés. "Estamos muy satisfechos de estos resultados. Era un primer año para ver y conocer el comportamiento del cultivo en nuestras tierras, y ahora podemos decir que ha sido muy bueno. Vamos a seguir aumentando hectáreas de cara a esta próxima campaña que se iniciará este mes de marzo", señala.

Si la remolacha ha tenido muy buen comportamiento, también ha sucedido así con la alfalfa, una de las principales producciones de Nafosa. La campaña también se cerró el pasado mes de diciembre arrojando un satisfactorio balance. La calidad en primera crece un 15% en comparación con los resultados de hace un año.

Desde la empresa oscense valoran de forma positiva este dato, teniendo en cuenta otros factores coyunturales que se han podido sortear no sin dificultades. Y es que este aumento se produce a pesar de haber descendido en un 10% el número de hectáreas en producción de alfalfa con respecto al 2021 y que el rendimiento de las hectáreas productivas –kilogramo/hectárea– también caía el pasado año en un 10% con respecto a la campaña anterior. "Podemos considerar la campaña 2022 como buena para el agricultor, por la mejora en su rendimiento económico", señala Osés.

Las temperaturas extremas desde junio y la limitación de agua para riego han sido las causas principales de la caída de ese 10% de los rendimientos por hectárea. "Es un factor incontrolable que debemos asumir, pero no cabe duda que nos ha afectado en gran medida», reconoce la responsable de compras del grupo.

La otra gran variable que ha condicionado el ejercicio 2022, fuera de lo estrictamente agrícola, ha sido el incremento de la energía y los combustibles; insumos fundamentales en la producción, transformación y transporte para la empresa. "Hemos tenido que repercutir parcialmente esas subidas en el precio final del producto, circunstancia que el mercado ha podido asumir, porque si no hubiera sido un grave problema", subraya.

Una campaña más, el mercado de la exportación se ha convertido en el gran destino para Grupo Osés, que destina el 95% de su producción al sur de Asia, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes. El 5% restante se comercializa en el mercado español. "Con el desarrollo de los mercados internacionales en 2022 y la evolución de los precios de materias primas, vemos con optimismo la posibilidad de incrementos de precios de la alfalfa en la campaña 2023", afirma.