Solo el 14% de los jubilados en España compatibiliza trabajo y pensión

Fedea insta al Gobierno a hacer una "reforma radical" que incluya un nuevo contrato laboral compatible con el retiro y jubilaciones a la carta.

Imagen de archivo de cuatro hombres jugando al dominó
Imagen de archivo de cuatro hombres jugando al dominó
Pixabay

Apenas el 14% de los trabajadores que se jubilan cada año en España lo hacen sin abandonar completamente el mercado laboral; es decir, compaginan el trabajo con una pensión, bien sea como asalariado en una empresa o como autónomo propietario de un negocio. Se trata de un porcentaje muy bajo, ya que la legislación española está diseñada con un enfoque de incompatibilidad entre percibir una pensión y realizar un trabajo retribuido, según denuncia Fedea en un trabajo publicado este lunes. Es más, España es de los países de la OCDE donde existe un menor porcentaje de trabajadores con edades entre los 60 y los 69 años que perciben simultáneamente la pensión y el salario: apenas el 0,5% de los hombres y el 1,8% de las mujeres.

Por ello, desde este 'think tank' urgen al Gobierno a "cambiar radicalmente la forma en que nos jubilamos", ya que "necesitamos alargar de forma flexible la etapa laboral y no podemos seguir malgastando el talento sénior", más cuando en las próximas décadas habrá un proceso de envejecimiento muy intenso con la generación del baby boom y pasará a haber 16 millones de personas mayores de 65 años, frente a los 9,5 millones actuales.

Los autores de este informe advierten de que la regulación de la jubilación en España es "drástica" y apenas cuenta con pasarelas de transición gradual entre la etapa de trabajador a tiempo completo y la de pensionista, en la que, como regla general, no se permite el trabajo retribuido. A su juicio, las excepciones legales de compatibilidad entre la pensión y el trabajo retribuido (como son la jubilación parcial, activa y flexible y el trabajo autónomo topado por renta) están "llenas de desincentivos y disfunciones que las convierten en poco operativas", una opinión que en realidad el propio ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, reconoce y por eso anunció recientemente que en este primer trimestre abordará este tipo de jubilación."Se pasa directamente, sin transición, del trabajo retribuido a la pensión de jubilación y de asalariado a pensionistas con un tope máximo de cuantía, sin apenas alternativas. Es decir, por regla general el trabajador pasa de trabajar a jornada completa a trabajar cero horas", explica el informe, que denuncia que "este doble muro causa un perjuicio económico significativo a la persona trabajadora".

Más incentivos

Por ello, y de cara a esa reforma anunciada por Escrivá, estos economistas proponen algunas mejoras de la legislación vigente que ayudarían a ampliar el uso de los mecanismos existentes de compatibilización del trabajo con la pensión, ya que además avisa que facilitar que los trabajadores que así lo deseen puedan ser productivos más allá de la edad legal" es la "única vía para afrontar el fuerte proceso de envejecimiento de la población española".

Concretamente, abogan por regular con incentivos los acuerdos de jubilación parcial, facilitar la jubilación activa o flexible y dejar de topar las rentas adicionales de los jubilados. Es decir, apuestan, con estos cambios, con hacer compatible la pensión con cualquier tipo de trabajo y sin ningún límite de ingresos.

Pero, además, se presenta una propuesta de reforma más ambiciosa para generalizar una jubilación plenamente compatible con el trabajo remunerado. Para ello, consideran que, para facilitar a las empresas la contratación laboral de los trabajadores mayores, es necesario hacer cambios en la regulación laboral española y crear un nuevo contrato de trabajo que lo haga "plenamente compatible" con el cobro de una pensión, con reglas específicas que, sin discriminar por edad, tengan en cuenta que el pensionista está cubierto por una renta pública. Además, una vez establecida la plena compatibilidad entre la percepción de las pensiones y el salario, se deben cambiar las reglas del sistema de pensiones, para que la salida del mercado laboral sea lo más flexible posible.

Así, debe tenerse en cuenta cómo de dura o físicamente exigente es la profesión, además del estado de salud del trabajador. A su vez, estiman que hay que facilitar que los trabajadores no pasen de trabajar a jubilarse en una sola noche, sino a través de una reducción gradual de la jornada laboral hasta la jubilación total.

"En definitiva, se presenta una propuesta de reforma hacia una jubilación flexible y compatible que resultará imprescindible ante los cambios que experimentará nuestro mercado laboral como resultado del envejecimiento de la población y el preocupante aumento de la tasa de dependencia", concluye Fedea.

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