economía
La subida salarial media de los convenios en Aragón está en el 2%, muy por debajo de la inflación
Los sindicatos mantienen el lema de 'salario o conflicto' en las negociaciones que se abran este año en las empresas, mientras estas hacen hincapié en que los costes también continúan aumentando.
El año comienza para los pensionistas con una subida del 8,5% de las prestaciones, tras la actualización fijada por el Gobierno, que coincide con el Índice de Precios al Consumo (IPC) medio del año pasado, en el que se disparó la inflación. Para los trabajadores, el incremento dependerá de si cuentan con cláusulas de revisión y amortiguan lo que ha subido la vida o si les toca negociar convenio, de los incrementos que alcancen. Hasta diciembre, los aumentos medios pactados en los convenios han quedado en un 2% en Aragón, que llegan al 3,37% en el caso de los pactos alcanzados en los acuerdos de empresa, según los incrementos que recoge el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
En Aragón se firmaron el año pasado 93 convenios el año pasado que afectaron a 179.534 trabajadores de 24.202 empresas. En la práctica, el aumento medio salarial resultaría superior porque "los datos de la estadística son de subida nominal del convenio, pero hay cláusulas de revisión", reconoce Daniel Alastuey, secretario general de UGT-Aragón. "Allí no aparecen las pagas para compensar la desviación del IPC que incluyen convenios como el del Metal", añade. Desde Cepyme-Aragón se calcula que el incremento salarial medio en las pequeñas y medianas empresas el año pasado se ha situado entre el 3,5% y el 4%, frente a las de los convenios suscritos en 2020, antes de la escalada de precios, que rondaban el 2% o 2,5%.
El IPC ha ido moderando su escalada a medida que finalizaba el año, aunque sigue en tasas muy altas. En 2022 se alcanzaron alzas de dos dígitos, con máximos de hasta el 11% en Aragón en los meses de junio a agosto. A 2023 se ha llegado con un aumento de precios del 7% en noviembre, a falta del dato de diciembre, aunque el adelantado de dicho mes en España ya ha bajado al 5,8% (desde el 6,8%).
En este contexto, la presidenta de las pymes aragonesas, María Jesús Lorente, recuerda los incrementos que soporta el colectivo en el inicio del año. "La subida de las tarifas de autónomos, de las cotizaciones sociales, el final del descuento de los 20 céntimos en carburante más la luz, el gas y las materias primas disparadas", enumera. La situación actual para los pequeños negocios es "complicada", afirma.
Desde la patronal CEOE han venido recordando en sus comunicados de final de año que los costes de las empresas se encuentran por encima de lo que pueden repercutir en precios. Además, no pierden de vista la rebaja de previsiones económicas de los organismos internacionales y servicios de estudios, que esperan mucho menor crecimiento este año, casi nulo en algunos casos. Desde Cepyme, Lorente plantea alternativas como "no indexar la subida salarial al IPC sino a los resultados". En este sentido, señala que "las pymes estamos siendo muy prudentes y entendemos y deseamos que la inflación sea coyuntural".
Año de convenios y sin acuerdo marco
Sin embargo, desde los sindicatos se insiste en la pérdida de poder adquisitivo que arrastran los trabajadores y en que hay margen para subidas de salarios porque consideran que muchas compañías han podido "trasladar los costes a los precios, por tanto no están perdiendo dinero y en algunos casos incluso están aumentando el nivel de beneficios", indica Alastuey. Los incrementos hasta ahora han estado por debajo de la inflación y en las mesas de negociación afirma que se presentan alzas "razonables".
Los representantes de los trabajadores tratarán de salvar esta brecha, un año más sin que se haya llegado a un acuerdo nacional entre patronales (CEOE y Cepyme) y sindicatos (UGT y CC. OO.) que sirva de marco en la negociación. Para lo sindicatos, esto hará que "salvo en sectores con cláusulas de recuperación del poder adquisitivo, haya muchos que, sobre todo los más débiles, van a tener una negociación más conflictiva", augura Alastuey. Apunta a los servicios, con salarios más bajos que otros más fuertes como la industria. Precisamente en esta última, en 2023 van a coincidir algunas de las negociaciones más importantes.
Solo el convenio del Metal en Zaragoza supone que unos 16.000 trabajadores estarán pendientes de cómo quedarán sus salarios los próximos años, además del resto de condiciones laborales que se negocien. A este se suma el de la principal empresa en Aragón, el fabricante de automóviles Stellantis, con cerca de 5.000 empleados en la planta zaragozana de Opel en Figueruelas. En la lista figuran también BSH Electrodomésticos, cuyo comité de empresa se sentará con la dirección para negociar los acuerdos de las factorías de Montañana y La Cartuja, que suman una plantilla de unas 1.600 personas. En todos los citados, Alastuey considera que habrá menos problemas para conseguir subidas "razonables" porque "donde hay fuerza sindical, que suele ser en las grandes empresas, se van a conseguir buenos acuerdos".
En sectores con sueldos más bajos espera que beneficie la nueva subida del salario mínimo pendiente desde el año pasado por la falta de acuerdo entre Gobierno, patronal y sindicatos. La anterior, para elevarlo a los 1.000 euros al mes, se aprobó por decreto. Ahora los sindicatos piden llegar a 1.100 euros.
Desde organismos como el Banco Central Europeo (BCE) se ha reconocido que el crecimiento de los salarios en los próximos trimestres será "muy fuerte" en la zona euro, según el último boletín de la institución. Esta también destaca la "sustancial" pérdida de poder adquisitivo de los hogares.
Alastuey recuerda que hay unidad entre UGT y CC. OO. para continuar este año con el lema de 'Salario o conflicto' cuando no se consigan mejoras de sueldos, con el que protestaron delante de las patronales el año pasado. "Donde los empresarios se cierren habrá conflicto", mantiene el sindicalista.
