economía

Faltan profesores de autoescuela: "No nos valoran lo suficiente"

Una nueva generación llega al sector a través del primer grado de formación profesional, que se imparte en Aragón.

Clase en el centro Educatrafic que imparte el grado de Técnico superior en formación para la movilidad segura y sostenible.
Clase en el centro Educatrafic que imparte el grado de Técnico superior en formación para la movilidad segura y sostenible.
HA

La imagen del profesor de autoescuela ha cambiado en los últimos años. En la infancia la profesión no suele incluirse entre las que alguien elige para ser de mayor, en parte por el desconocimiento sobre cómo acceder a ella. El estereotipo es el de un señor de mediana edad, con años de experiencia al volante, que echa horas dentro de un coche enseñando a jóvenes ansiosos por conducir, como se refleja en la pequeña pantalla en una de las pocas series centradas en el sector 'No me gusta conducir', del director Borja Cobeaga (TNT, Movistar). Allí hay otros clichés como el que encarna el protagonista, un alumno cuarentón al que se le atasca el carnet desde hace años y el del examinador borde. El relevo generacional se ha ido produciendo en el sector, pero no lo suficiente porque en los últimos años faltan profesores. 

En Aragón se imparte el primer grado de formación profesional oficial tras el que se puede obtener el título de profesor. Se trata de un título más amplio denominado Técnico Superior de Formación para la Movilidad Segura y Sostenible. La aragonesa es una de las pocas comunidades que ofrece este título reglado, aunque solo en un centro privado. Hasta ahora la única vía de entrada a las autoescuelas eran los exámenes organizados por la Dirección General de Tráfico (DGT), solo cuando salían plazas. El módulo de formación en Zaragoza comenzó en septiembre en Educatrafic (del grupo Autoescuelas K) y entre sus primeros 28 alumnos hay estudiantes de todas las edades en busca de una oportunidad laboral.

De militar a profesor de autoescuela

Javier Follos estudia para profesor de autoescuela.
Javier Follos estudia para profesor de autoescuela.
HA

Javier Follos tiene 41 años y lleva 23 en el Ejército. Forma parte del colectivo de militares que al cumplir los 45 años tienen que salir de la institución. "En cuatro años se me acaba. Me he ido formando de cara a mi despido", cuenta sobre su salida de la vida castrense, en la que han pensado otros compañeros con los que comparte clase. En este tiempo ha aprovechado para sacarse todos los carnets posibles. A diferencia de la citada serie televisiva, al zaragozano le gusta conducir. "Tengo todos los carnets", afirma. Este fue un motivo para buscar una salida profesional como profesor de autoescuela ya que "la enseñanza me ha gustado siempre", afirma. De martes a viernes acude al centro de la avenida de Madrid, en Las Delicias, a las clases teóricas (de 15.00 a 21.30) y los lunes, a las prácticas en las pistas de la autoescuela en Garrapinillos.  

En clase coincide con Raquel Arnaudas, secretaria de autoescuela de 24 años. Es una de las alumnas más jóvenes del grado y responde a uno de los perfiles de profesor que se han repetido en el sector tradicionalmente: personal administrativo de un centro que pasaba a sacarse el título del profesor. En este caso, a través del grado superior. Ella se sacó el carnet de coche con 18 años, algo que reconoce que no es tan frecuente entre los jóvenes que se matriculan ahora, que lo hacen algo más mayores. Ya no se encuentra entre las prioridades de muchos pese a que siguen siendo el mayor número de alumnos.

"Yo veía a los profesores y es algo que me ha llamado siempre la atención", comenta sobre su decisión. Empezó a prepararse para el título de la DGT, pero no llegó a terminarlo. Ha preferido empezar el módulo superior porque "te da salida a poder acceder a la Universidad y otras además de profesora como montar mi propia autoescuela, ser directora de autoescuela, dar cursos de conducción segura y acompañada", pone como ejemplos.

Raquel Arnaudas, en una clase de moto en Educatrafic.
Raquel Arnaudas, en una clase de moto en Educatrafic.
HA

Tanto ella como su compañero Javier asegura que no les da miedo montarse en un coche con alguien que no sabe. "No me da miedo. Si tienes seguridad en ti mismo la puedes transmitir al resto", asegura Raquel. Además, se está sacando el carnet de moto, incluido en las clases del grado. 

En teoría, los estudiantes no tendrán complicado encontrar colocación. "Faltan profesores", asegura Eduardo Colell, responsable de Fundación Educatrafic que imparte el grado.  "Nosotros tenemos que encontrar por lo menos 5 ó 6 profesores, pero hasta el año que viene no acaban", calcula desde el grupo de Autoescuelas K, fruto de la fusión de las históricas Cataluña (fundada por su abuelo) y Pegasus. Agradece a la consejería de Educación de Aragón, con Felipe Faci al frente, que diera el paso de incluir la formación entre la reglada de la comunidad. "Desde 2023 se podrá hacer 'online' menos los módulos de prácticas", avanza sobre los cambios del próximo curso. En el centro examinan también de los certificados de profesionalidad para profesores con experiencia que quieren conseguir una titulación oficial que la reconozca.

El grado superior es "una forma de dignificar la profesión", afirma, porque "hasta ahora el título que había, que lo daba la DGT, no tenía valor académico. Solo eras profesor de autoescuela y para ser algo más tenías que hacer cursos", explica desde el grupo Autoescuelas K. "Esta profesión se nutre de gente a la que le gustan los coches, o tiene algún familiar en el sector o son profesionales del camión, autobús…", pone como ejemplos. De momento, al ser una formación privada, el coste puede frenar a algunos estudiantes con menos recursos, ya que se sitúa en 7.700 euros, aunque se puede solicitar una beca.

Entre las nuevas enseñas del sector también notan la falta de educadores. "No hay profesores de autoescuela en paro", asegura Marta Gómez desde la enseña aragonesa Autius. Confía en que con la nueva formación reglada "saldrán perfiles más jóvenes", aunque habrá que esperar otro año a que finalicen los dos de formación del módulo.

Profesores de la Autoescuela Hoy-Voy en Zaragoza.
Profesores de la Autoescuela Hoy-Voy en Zaragoza.
Oliver Duch

El problema viene de lejos, en parte por la escasez que suponía esperar a que la DGT convocara exámenes. "He nacido en una autoescuela. Con seis o siete años me iba con mi padre a ver cómo daba clase. Esta conversación de faltan profesores la recuerdo siempre y tengo 50 años", relatan desde Hoy-Voy, una franquicia instalada en 2019 en Zaragoza. "A los profesores de autoescuela no nos valoran lo suficiente", añade.  

Condiciones laborales poco atractivas

Desde el colectivo reconocen que es una profesión muchas veces vocacional, otras que pasa de padres a hijos pero que no ha resultado siempre una profesión atractiva ni tampoco con buena fama por sus condiciones laborales, con horas en B para completar el sueldo. "Al final el problema es que como la jornada es de 7 horas, porque están metidos dentro de los docentes, no es de 40 horas, son 35 horas, y eso se nota. A convenio puro y duro son 1.200 euros al mes", señala Colell.

Clase en autoescuela Hoy-Voy de Zaragoza.
Guillermo Vicente, profesor en autoescuela Hoy-Voy de Zaragoza, con Alexander Fuela, uno de sus alumnos.
Oliver Duch

"Históricamente, en determinados años no fue una profesión muy atractiva, pero desde hace diez años a esta parte sí. Prueba es que ha venido mucha gente de otros sectores. Vienen al sector y no se van", añade Sergio Olivera, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Zaragoza. En la provincia hay unas 140 centros, algunos pertenecientes a la misma enseña. "Ahora hay un convenio que es obligatorio respetar de horas máximo y está muy controlado", asegura el también responsable de la veterana Grupauto.

"El salario base es el salario mínimo interprofesional", añade Guillermo Vicente, profesor de 37 años y portavoz de la creada hace unos años Asociación de Trabajadores Asalariados de Autoescuelas de Zaragoza (ATAAZ). Reconoce que en el sector es difícil agruparse para luchar por una mejora de las condiciones, fijadas a partir de unos mínimos en un convenio sectorial nacional, porque los profesores históricamente han tenido que buscarse la vida cada uno por su lado. "Cuando estás en el trabajo en una autoescuela estás solo en un coche", lo que complica poner en común las reivindicaciones. Y siempre hay personas que prefieren ir en solitario.

Tanto él como dos de sus compañeras en la autoescuela Hoy-Voy reconocen que el trabajo tiene un fuerte componente vocacional. Guillermo estudió Magisterio pero no ejerció porque terminó trabajando de comercial. Acabó uniendo su formación en el mundo de la enseñanza y su experiencia al volante con todos los kilómetros que hacía al día en su anterior trabajo. "Hay que saber cómo son los alumnos para saber cómo tratarles, adaptarnos cada día a cada alumno", añade Ana Garcés, que lleva siete años de profesora. "Y hay que tener empatía con el alumno", añade Yolanda Ángel, que suma 21 años de profesora. Todos coinciden también en que unos de los peores momentos son los días que toca examen en los que sufren "como si fueran nuestro hijos", asegura Ana. "Somos también psicólogos, hace falta paciencia", coinciden sobre las cualidades que tiene que tener quien quiera ser profesor al volante.

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