economía

Cambio del IVA a contrarreloj: mucho trabajo para aplicarlo y poca repercusión al coincidir con las subidas de enero

Comercios grandes y pequeños llevan los últimos días trabajando para que la eliminación o rebaja del impuesto esté lista en los alimentos beneficiados, en medio de los días de fiesta de final de año.

Tienda de Frutas Cester en Zaragoza.
Tienda de Frutas Cester en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Las tiendas de alimentación llegan a 2023 con la lengua fuera tras la carrera contrarreloj que ha supuesto tener que adaptarse a la bajada de impuestos aprobada por el Gobierno central para intentar paliar la escalada de precios. El comercio ha pasado desde el 28 de diciembre leyendo la letra pequeña de las nuevas medidas contra la crisis (Real Decreto-ley 20/2022, de 27 de diciembre), ajustando programas informáticos, balanzas y cambiando el etiquetado. El texto incluye la eliminación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en alimentos frescos como frutas o legumbres y su rebaja en otros como el aceite y la pasta. 

En Aragón, este lunes 2 de enero se incluye entre los festivos de apertura comercial, por lo que la eliminación o bajada del IVA se estrena primero en los hipermercados y grandes superficies. Desde este sector de la gran distribución la medida ha sido muy bien recibida ya que la patronal Anged que agrupa a los diferentes segmentos la ha calificado de "buena noticia", aunque ha reconocido que el cambio ha supuesto un "sobreesfuerzo" para los centros al tener que hacerlo en tan poco tiempo. Hipermercados y supermercados venían pidiendo una rebaja fiscal para amortiguar entre sus clientes el efecto de la inflación. La subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) ha tenido picos del 11% en verano, que se ha ido moderando hasta el 5,8% registrado en diciembre en España, en el último dato adelantado. En cualquier caso, siguen siendo incrementos, sobre todo, tras meses acumulando subidas que auguran una complicada cuesta de enero para los consumidores.

Cambiar el precio a 7.000 referencias

En un supermercado medio "el número de referencias varía en función del tamaño, uno grande puede tener unas 12.000 referencias ", han señalado desde Asedas, la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, perteneciente a la patronal Anged. De ellas, la organización calcula que será necesario cambiar "unas 7.000", que corresponden a los productos incluidos en la lista de alimentos en los que habrá que modificar el IVA que se aplica del 4% al 0% o en el caso del aceite y la pasta del 10% al 5%.

"El cambio aparecerá como ahora. La reducción del IVA aparece ya puesta en la etiqueta de cada producto", han indicado desde la organización, aunque han precisado que "cada cadena se va a organizar en función del personal disponible". En un primer momento lo que más abundaban eran las dudas sobre cómo hacerlo. En cualquier caso, "supone un sobreesfuerzo hacerlo en tan poco tiempo, pero todo va a estar listo", han asegurado. 

Los establecimientos tendrán que modificar los precios de un día para otro

Poco impacto en la práctica

La reacción no ha sido tan positiva desde los pequeños establecimientos. El pequeño comercio tiene que tener todo listo para este martes, 3 de enero, su primer día laborable del año, un día después que las grandes cadenas. Muchos han considerado que la decisión política ha supuesto más trabajo que beneficios para el consumidor. Las consultas a sus gestores administrativos se multiplicaron los días posteriores a la aprobación del real decreto. "Supone muchos problemas para los comerciantes minoristas aplicarlo y para el consumidor final poca repercusión, además teniendo en cuenta que en enero suben los precios", ha valorado Ana Rubio, vicepresidenta el Colegio de Gestores Administrativos de Aragón, que ha estado leyendo el decreto y resolviendo dudas. "Hay que adaptar las cajas registradoras, la contabilidad, rectificar los precios en vacaciones y para seis meses", ha lamentado, sobre el trabajo sin apenas tiempo de una medida que será, en principio, temporal.

Junto a los gestores, los informáticos han sido otros de los profesionales más buscados. "Hay gente que todavía no tiene muy claro en qué productos se pasa del 10% al 5%", ha reconocido Enrique Morte, de Digitalnet, que trabaja en el ajuste de las balanzas-cajas registradoras de algunas fruterías.

"Intentamos adaptarnos lo mejor posible, pero realmente solo sirve para volvernos locos a los comerciantes", ha añadido Rosa Cester, desde la cadena de fruterías que lleva el apellido familiar. El año terminó con llamadas a la consultora informática con la que trabajan para intentar adaptarse. En la práctica, cree que el consumidor no va a notar mucha rebaja. "Aunque haya subido todo bastante la repercusión será mínima, se puede notar en cinco céntimos el kilo. No soluciona el problema", ha afirmado. "Quitar el 4% es una miseria, lo que valga un euro estará a 96 céntimos", ha puesto como ejemplo. Ha apuntado que la rebaja se hubiera notado más de incluirse productos como la carne o el pescado, de mayor precio. 

En Mercazaragoza, mayoristas de frutas como Javier Monge dejaron este viernes todo listo para el martes, el primer día de apertura con el cambio. "Cuando se cerró la facturación y existencias ya metimos en el programa que en vez del 4% del IVA que lleva la fruta fuera el 0%", ha explicado. Pese a ello, recuerda que la modificación no afecta a toda la fruta porque no toda está gravada al 4%. "Hay frutas exóticas y tropicales que llevan el 10% y en esas no se puede tocar el IVA", ha precisado. 

La gestora administrativa ha considerado que se ha elegido "el peor mes para aplicarlo" porque se va a solapar con las tradicionales subidas que se producen en enero y los consumidores puede que sigan viendo aumentos de precios pese a la rebaja de impuestos. "Va a parecer que se lo quedan los comercios y no es así", ha temido Rubio. El Gobierno ya ha alertado que vigilará la aplicación de la rebaja fiscal para comprobar que se traslada a los precios. Desde el propio Ejecutivo, con discrepancias entre los socios de Gobierno, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha mantenido que la rebaja fiscal "no es la medida que cree que pueda ayudar" sino que puede terminar por "ensanchar" los beneficios de las grandes distribuidoras.

"El IVA es un impuesto inflacionista porque se recauda más cuanto más altos son los precios. Es lógico que se plantee ahora la rebaja del IVA y dedicar parte de ese exceso de recaudación a que ellos (los consumidores) puedan recibir ayuda a través de una rebaja fiscal", se ha defendido desde Asedas, tras conocer la decisión del Gobierno. Desde la patronal se ha reconocido que hubieran preferido que la rebaja se extendiera a más productos, ya que entre los frescos se deja fuera la carne y el pescado, y que se incluyera en ella el impuesto a los plásticos de un solo uso que va a entrar en vigor también el 1 de enero. Este último supone otro coste más a añadir.

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