El euríbor cierra el año sobre el 3% y encarece en 3.000 euros las hipotecas

La media mensual del indicador al que se referencian los tipos variables alcanza el 3,005% en diciembre, máximos desde 2008.

El tipo de hipoteca va determinado por el interés que se aplica en su financiación.
El euríbor cierra el año sobre el 3% y encarece en 3.000 euros las hipotecas
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Ha sido, sin duda, el año más difícil para los hipotecados desde la anterior crisis financiera. El euríbor, el índice al que se referencian la mayoría de los préstamos para vivienda en España, dio este jueves un ligero respiro al bajar en su tasa diaria 37 milésimas, hasta el 3,288%. Pero ese mínimo recorte no sirve para olvidar que este ha sido un ejercicio de repunte histórico -por la voracidad y rapidez de las subidas- que, a falta de lo que suceda este viernes, el indicador despedirá por encima del 3%. Hay que remontarse a 2008 para ver una media mensual similar.

En concreto, la media de diciembre se situaba este jueves en el 3,005%. Esto implica que para una hipoteca media de 150.000 euros a 30 años con un diferencial del 1% sobre el euríbor, el sobrecoste sería de 3.192 euros al año (266 euros al mes). Otro ejemplo. Para un préstamo de 180.000 euros a 25 años con el mismo diferencial, la cuota pasará de unos 640 euros a 950 euros. Es decir, unos 310 euros más a pagar al mes.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que no todos los hipotecados se verán afectados por igual, ya que todo depende del año en el que se contrató la hipoteca. Y es que es en los primeros años de vida del préstamo cuando más intereses se pagan y, según va pasando el tiempo, el principal copa un mayor peso hasta que al final del préstamo solo se paga prácticamente esta parte.

Pese a ello, hay millones de familias afectadas por el encarecimiento de sus hipotecas, en un entorno de elevada inflación que ha obligado a reconfigurar los presupuestos, con recortes en la cesta de la compra o eliminando gastos que hasta ahora eran habituales. Lo que haga falta para evitar caer en impago con el banco.

La situación es más que compleja no tanto por los niveles que ha alcanzado el euríbor -en la anterior crisis superaba con creces el 5%-, sino más bien por el abrupto ritmo al que se han producido esas subidas. En concreto, el indicador comenzó el año en tasas negativas del -0,502%.

La fecha que quedará grabada a fuego entre los hipotecados es, no obstante, el pasado 12 de abril. En aquella jornada, el euríbor entró en terreno positivo por primera vez desde 2016, al calor de las primeras señales que apuntaban a una pronta subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE).

Después de verano, una vez confirmado que el organismo monetario aceleraría la retirada de estímulos para luchar contra la inflación, el euríbor superó el 2% en septiembre. Y tras una escalada prácticamente diaria, el 19 de diciembre batía la temida barrera del 3%, coincidiendo con un discurso de Christine Lagarde en el que la presidenta del BCE dejaba claro que las subidas de tipos acometidas -y que han dejado la tasa de referencia en el 2,5% desde el 0% de los últimos años- no han llegado, ni mucho menos, a su fin.

Futuros propietarios

Los hipotecados no son los únicos que sufren esta situación. Los futuros propietarios también observan cómo, tras años de hipotecas baratas, las entidades empiezan a encarecer sus nuevos préstamos para adaptarlos al indicador de referencia. "Hasta hace solo unos meses se podían encontrar tipos del 1,5% prácticamente sin problema. Ahora, si encuentras un 3%-3,5% no hay que dejarlo escapar", indican desde una entidad financiera nacional. Sobre todo ante el consenso en torno a que el indicador seguirá subiendo en 2023, aunque a un ritmo más moderado. Desde el departamento de análisis de Bankinter estiman que el euríbor cerrará el nuevo ejercicio en el entorno del 4%, para comenzar a bajar poco a poco después. Todo dependerá de las actuaciones del BCE y, por tanto, de la evolución de la inflación.

Lo que sí parece evidente es que los bancos mantendrán su nueva estrategia de incentivar las hipotecas variables frente a las fijas para aprovechar esta subida de tipos que beneficia a su negocio. Una estrategia que ya ha empezado a dar sus frutos. En concreto, el 66,8% de los nuevos préstamos fueron a tipo fijo en octubre, según el INE. Un porcentaje elevado, pero que ha sufrido un notable recorte desde el 68,2% de septiembre. Aquel mes fue el primero desde finales de 2021 en el que el peso de las fijas bajaba del 70%.

Para evitar el impacto de esta escalada, la banca se ha adherido casi en bloque al nuevo protocolo de protección lanzado por el Gobierno, con medidas para aliviar la carga hipotecaria como la ampliación en los plazos de pago.

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