Vitivinicultura

La incertidumbre y la subida de precios no frenan las ventas de cava aragonés

Los productores de las cuatro bodegas incluidas en la Denominación de Origen Cava reconocen que ha habido cierto retraso en los pedidos pero confían en repetir las cifras del pasado año.

El cava Reyes de Aragón Gran Reserva 2017 se ha posicionado como el mejor cava de España y tercer mejor del mundo.
El cava Reyes de Aragón Gran Reserva 2017 se ha posicionado como el mejor cava de España y tercer mejor del mundo.
Bodegas Langa.

Los productores de cava aragonés con denominación de origen se muestran cautelosos a la hora de prever cómo se comportarán las ventas porque aseguran que "todavía queda mucha campaña", aunque solo restan dos semanas para que comiencen las celebraciones navideñas. Les pesa un complicado 2022 en el que la incertidumbre ha rodeado la disponibilidad de materia seca (vidrio, etiquetas, tapones, cápsulas...) y el precio al que tendrían que adquirirla, por no hablar de los altos costes de la energía y del transporte y de una disparada inflación ante la que es difícil prever cuál será el comportamiento de los consumidores ante un producto –también más caro– que no se considera de primera necesidad.

Pero pese a todo, las expectativas son "positivas" porque en tan difícil año, "y si nada se tuerce en los últimos momentos", las cuatro bodegas aragonesas cuyos espumosos lucen el sello de calidad Denominación de Origen Cava esperan mantener las cifras de ventas con las que cerraron el pasado año y que se situaron cercanas al millón de botellas.

Las previsiones más optimistas las manifiesta la bilbilitana Bodegas Langa, –aunque Calatayud no está incluido en la denominación si lo está de manera excepcional la elaboradora–, que espera "superar sin problemas" las 450.000 botellas comercializadas de sus premiados cavas. Aunque su gerente, César Langa, matiza que "es pronto para dar cifras porque queda mucha Navidad" y explica que será en enero cuando realmente se puedan sacar conclusiones del resultado de la campaña, asegura que "por el ritmo de salida de producto tenemos la convicción de que va a ser una campaña muy buena". De hecho, Bodegas Langa prevé que algunas de sus referencias "incluso se van a agotar".

En un principio, los responsables de la bodega integrada también en la Denominación de Origen Calatayud temía que la incertidumbre que golpea al mercado iba a provocar un retraso en los pedidos, pero finalmente no ha sido así. "No sabemos muy bien si se debe a que el buen posicionamiento, la publicidad o los reconocimientos conseguidos han activado mucho más las compras pero lo cierto es que, en nuestro caso, va a ser una campaña muy buena", insiste Langa.

Ahí están sus cifras. De las 450.000 botellas que comercializarán este año, el 60% se disfrutará en las mesas españolas y el 40% restante tendrá como destino los más de 30 países a los que exportan. Unos mercados a los que acude con una amplia y variada gama de cavas "desde ecológicos a rosados, grandes reservas y otros productos más fáciles de beber y pensados para un público que busca algo más sencillo", afirma el gerente de la bodega bilbilitana, que también produce segundas marcas para determinados clientes, como el producto que ahora elaborará tras cerrar un acuerdo con un importado de México que tenía marca propia de vino y ahora quiere incluir también el cava. En todos estos mercados, señala Langa, esta empresa familiar está ganando cuota "no a base de bajar precio sino ganando valor a nuestros productos para generar riqueza que se queda en nuestro territorio, porque lo que hacemos es invertir y generar empleo".

Desde Cariñena y Ainzón

Dos son los municipios aragoneses integrados en la Denominación de Origen Cava: Cariñena y Ainzón. En el primero se encuentra situado el grupo Bodegas San Valero (BSV), que produce cuatro cavas bajo su marca Gran Ducay y otros tres de la enseña Particular, entre los que se encuentra el Blanc de Noir, único en Aragón. Muy cauteloso se muestra su responsable de Marketing, Javier Domeque, que estima que este año la bodega comercializará alrededor de las 300.000 botellas, si bien matiza que se trata de un producto muy estacional, ya que el 80% de las ventas se realizan en el último trimestre del año y especialmente en las dos últimas semanas del mes de diciembre.

El 70% de esas ventas se realizan en España y de ellas el 40% se comercializa a través de los distribuidores de alimentación y el resto se sirve en el canal horeca. Un 30% se exporta. El comportamiento de ambos mercados (para bien y para mal) ha equilibrado las previsiones por lo que BSV espera mantener las cifras del pasado año.

"En el exterior, el mercado ruso, que conseguimos abrir hace dos años con cavas de mayor valor, prácticamente ha desaparecido", señala Domeque, que explica que, por el contrario, este año –en el que ya no hay restricciones por la covid– la hostelería y la restauración muestran una notable mejoría. "Los pedidos han ido muy retrasados y aunque hemos notado cierta recuperación lo cierto es que no estamos aún en datos anteriores a la pandemia, pero tal como esta la situación las previsiones son buenas", destaca.

En Ainzón se encuentran las otras dos bodegas aragonesas que lucen el sello de calidad de la D. O. Cava. Una de ellas es Bodegas Bordejé, pionera en Aragón en la elaboración de estos vinos, que produce (alrededor de 200.000 botellas) desde hace seis décadas.

Una larga trayectoria vitivinícola tiene también el Grupo Ruberte, con sede en Magallón, aunque su inclusión en el mundo de los espumosos es mucho más reciente, concretamente desde que esta empresa familiar comprara en 2016 la bodega Monasterio de Veruela, situada en Ainzón, para hacer realidad el sueño de elaborar "cava de gran calidad".

La enóloga y gerente de este grupo, Susana Ruberte, asegura que este año se está notando que la gran distribución ha retrasado mucho sus compras. "La semana pasada empezaron a entrar pedidos que en años anteriores ya habíamos servido para esas fechas", matiza. Ruberte cree que esta circunstancia responde a la incertidumbre que existe en el mercado. "Creo que como no se sabe cómo va a responder el consumo, las grandes distribuidoras toman precauciones", explica.

Pese a ello, Bodegas Ruberte espera alcanzar las ventas de años anteriores, esto es, 20.000 botellas de sus marcas Monasterio de Veruela y Camino al Moncayo, que desde el pasado año cuenta con un Gran Reserva "que está funcionando muy bien", detalla. Pero la gerente del grupo reconoce que para alcanzar estas cifras tendrán como aliada la exportación, ya que sus cavas comienzan ya a llegar a Suiza

Unos elevados costes de producción y un brindis más caro

Los cavas con los que brindaremos este año serán algo más caros que en 2021, pero no tanto como el incremento de costes que han tenido que asumir durante este ejercicio las bodegas elaboradoras por el disparado costes de la energía y de las materias primas. Un suma y sigue que, según los productores de cava, no se ha repercutido en su totalidad al producto. "Es muy complicado subir el precio en el sector porque no se asume con tanta facilidad como en otros productos y hay tanta diversidad y competencia que es muy fácil cambiar de proveedor", explica el gerente de Bodegas Langa. A comienzos de año, Bodegas Langa aplicó una «subida muy justita del 5%», explica César Langa, que reconoce que en 2023, cuando se sepa cómo quedan los precios de los proveedores, tendrán que volver a subir los precios.

Entre un 7% y un 11% se han encarecido los productos de Bodegas San Valero. «Hemos tenido que hacer dos subidas desde enero de 2022», señala su responsable de Marketing, Javier Domeque, que insiste en que el incremento ha sido «moderado» teniendo en cuenta el «brutal incremento» de los costes de producción.

«Hemos ido ajustando todo lo posible, pero al final hemos tenido que repercutir algo los costes y hemos subido lo mínimo posible el precio al consumidor», señalan desde Bodegas Ruberte, que han aplicado un incremento del 5%. Ch. García

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