En busca del almendro ideal en el Manubles

Diez variedades de floración tardía se prueban en dos fincas en Berdejo y en Bijuesca para encontrar la mejor alternativa de cultivo de este fruto seco en zonas de heladas.

Fernando Escribano en la finca de Bijuesca en la que se prueban distintas variedades de almendro.
Fernando Escribano en la finca de Bijuesca en la que se prueban distintas variedades de almendro.
J. Macipe

Encontrar la variedad de almendro que mejor se adapte a zonas de frío y heladas tardías. Bajo esa premisa, en 2019, la Asociación de Productores del Valle del Río Manubles y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón pusieron en marcha un proyecto para comprobar la adaptación a esta zona de la comarca Comunidad de Calatayud de 10 variedades con una floración más allá de las fechas habituales. Estas tipologías se repartieron en dos fincas: una en Berdejo, propiedad del Ayuntamiento, y otra en Bijuesca, propiedad de Fernando Escribano, alcalde de la primera localidad.

"El objetivo es ir siguiendo el crecimiento de los árboles. Cómo se adapta y comporta cada variedad a estas dos zonas. La finca de Berdejo está a 1.000 metros de altura y es de secano y la de Bijuesca está en el fondo del valle y es regadío", detalla el primer edil. Los almendros se han colocado en cinco hileras a una distancia de cinco metros entre sí y su producción se hace en ecológico. "En las últimas décadas han ido saliendo distintas variedades que siendo tardías están obteniendo una producción adecuada y dando pie a que pueda ser un cultivo rentable", indica Manuel Alonso, investigador agrario del CITA.

"En zonas favorables sí que hay ensayos, pero en zonas como está no hay", puntualiza Alonso. En ese sentido, el técnico del centro argumenta que los datos que se obtengan serán puestos a disposición de posibles interesados porque "pueden ser trasladables a otras zonas de altura o de características similares al Manubles". El patrón que se ha utilizado es un híbrido entre almendro y melocotonero. "Algunos árboles han empezado a dar ya fruto. Yo me encargo de labrarlos, regar y comunicar cualquier incidencia", explica Escribano.

Aunque están en fase experimental, algunos árboles han dado ya sus primeros frutos.
Aunque están en fase experimental, algunos árboles han dado ya sus primeros frutos.
J. Macipe

Variedades

Allí se encuentran las variedades Vayro y Marinada, del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) de Cataluña; Penta y Makako, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas), Lauranne, del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia, y Diamar, Guara, Isabelona, Soleta, y Vialfas del propio CITA. "Estando en ecológico es muy fácil de manejas. Casi no hay plagas. Y si sale pulgón, las mariquitas se lo comen", puntualiza Escribano recorriendo los 2.000 metros de la finca de Bijuesca, en el paraje de El chorro.

De momento, al ser una fase tan inicial, todavía no hay datos ni mucho menos conclusiones. Los árboles, de hecho, apenas tienen altura. "Ahora tienen que crecer. Después iremos controlando, primero, la floración, los frutos que cuajan y, más tarde, qué cosecha se obtiene", detalla Alonso. Hasta ahora, el principal problema -mención aparte de mínimas dificultades con alguno que no ha agarrado- está en la fauna. "Lo peor son los corzos. Mira que lo tenemos vallado, que he probado a poner transistores toda la noche y a ahuyentarlos de mil formas y siguen entrando", relata Escribano mientras señala las huellas en el barro fresco.

"El valle tiene un potencial agrícola que necesita de mayor impulso, porque incluso puede revertir en facetas como el turismo", indica Alonso, que invita a que surjan más iniciativas. Para Escribano, "esto ha surgido gracias a la asociación de productores que siempre ha promovido proyectos para dar vida a la zona".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión