La ganadería brava aragonesa será considerada raza autóctona

Un estudio de la Universidad de Zaragoza revela que este ganado posee unas características genéticas propias que lo hacen singular frente a otras.

Una res brava de una ganadería taustana.
Imagen de archivo de una res brava de una ganadería taustana.
Asociación para el reconocimiento del bovino bravío autóctono

Un estudio realizado por el Laboratorio de Genética Bioquímica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza ha confirmado las diferencias morfológicas del ganado bravo del valle medio del Ebro, motivo por el que desde la dirección general de Desarrollo Rural de la consejería de Agricultura se propondrá la consideración de raza autóctona.

Una consideración que da a este ganado un estatus de protección y de apoyo económico a través de las herramientas de política agraria, como ha destacado el consejero del ramo, Joaquín Olona, antes de la presentación de los resultados de este estudio que confirma, ha asegurado, que la percepción de los ganaderos "no es una mera ilusión" sino que está "plenamente fundamentada".

El estudio ofrece unos resultados "sorprendentes" ya que revela unas características genéticas "muy diferentes" con respecto a otras poblaciones bravas, incluida la denominada Casta Navarra, que puede tener su origen en ganaderías de este territorio, como ha destacado la directora de dicho laboratorio, Pilar Zaragoza.

Zaragoza ha valorado el "buen trabajo" de los ganaderos con esta raza, en la que se observa que no hay consanguinidad y una buena variabilidad, y es por lo que ha animado a los profesionales a mantener este patrimonio y riqueza genética.

Se trata de la primera caracterización genética de esta población de ganado bravo, en la que se ha analizado su diversidad, su estructura genética y su posible relación con otras poblaciones de ganado bravo y ganado autóctono de la península ibérica.

Inmaculada Martín-Burriel, Joaquín Olona y Pilar Zaragoza en la presentación del estudio
Inmaculada Martín-Burriel, Joaquín Olona y Pilar Zaragoza en la presentación del estudio
DGA

Para llevar a cabo este trabajo se han analizado 180 animales (14 machos y 166 hembras) de siete ganaderías de la comunidad autónoma. La caracterización genética de la población se analizó tanto en la población total como en las distintas ganaderías, de acuerdo con las frecuencias génicas de 28 marcadores microsatélites recomendados por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y estandarizados internacionalmente.

Esta población se comparó con una de toro de lidia muestreada en el valle del Ebro, así como con la población brava Casta Navarra, la raza Brava de Portugal y con las distintas razas ibéricas analizadas previamente en el marco de la Red Internacional de Biodiversidad Conbiand.

Este estudio constituye el primer paso para la conservación de este ganado, que se encuentra en peligro de extinción debido a su "supuesto escaso valor", comparado con otro ganado bravo.

Las razas locales son las adaptadas después de mucho tiempo a la tierra en la que viven y mantienen a los ganaderos en sus lugares de origen, por tanto, contribuyen a la lucha contra la despoblación del medio rural, explican desde el Gobierno de Aragón.

Con el objetivo de garantizar la conservación de esta raza, el consejero va a iniciar la tramitación de solicitud en el registro de razas autóctonas para su remisión al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, quien someterá a la Comisión Nacional de Zootecnia la consideración de esta raza, y para lo que se necesita también un informe independiente de Unión de Entidades Españolas de Ciencia Animal.

"Son un poco más bravas, tienen una cornamenta especial, las sienes más estrechas, no tienen papada, sus capas son variadas y poseen unas características morfológicas diferenciadas"

Además de por Pilar Zaragoza, el trabajo también ha estado dirigido por la profesora Inmaculada Martín-Burriel con la colaboración de todos los ganaderos pertenecientes a la Asociación del Ganado Bravo del Valle del Ebro y ha sido financiado con 20.500 euros por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.

Entre las características de estos animales que los diferencian de otro ganado bravo, Pilar Zaragoza ha destacado que “son un poco más bravas, tienen una cornamenta especial, las sienes más estrechas, no tienen papada, sus capas son variadas y poseen unas características morfológicas diferenciadas”.

De acuerdo a las técnicas empleadas, la población en su conjunto muestra algunos grupos de genes (loci) en desequilibrio debido a una clara subdivisión en poblaciones o ganaderías aunque cuando se estudiaron las ganaderías de forma independiente no mostraron desequilibrio, sino un buen comportamiento genético.

Los valores de heterocigosidad fueron elevados, lo que indica que la población está bien conservada y no sufre consanguinidad. El análisis de componentes principales muestra una clara relación genética entre distintas ganaderías, si bien, mediante el programa de análisis de diversidad genética Structure, se determinaron 5 subpoblaciones genéticas de las 7 estudiadas.

Los árboles filogenéticos basados en la distancia de Nei (1972) y Reynolds, Weir y Cockerham (1983) sitúan al Ganado Bravo del Valle del Ebro en el clúster del ganado bravo de la península ibérica, aunque separado de las poblaciones de lidia estudiadas. 

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