ECONOMÍA

Calefacción central con contadores en los radiadores: "Hemos bajado el consumo un 30%, pero hay que estar detrás del sistema"

Una comunidad de vecinos de Zaragoza lleva seis años con repartidores de costes en los calefactores y ha logrado ahorrar en la factura del gas, aunque los vecinos han tenido que cambiar hábitos.

Bombas de agua de una caldera con sistemas de caudal variable.
Javier Úcar, junto a las bombas de agua de la caldera que cuentan con sistemas de caudal variable para regular el que necesita cada piso.
Francisco Jiménez

Una comunidad de vecinos del centro de Zaragoza ha comprobado las ventajas de utilizar contadores individuales o repartidores de costes desde hace seis años, antes de que la normativa lo haya convertido en obligatorio para algunos edificios. De su experiencia se desprende que el sistema con repartidores de costes supone un ahorro para los vecinos, pero solo si se está pendiente y se olvida uno de ir en tirantes por casa en invierno, porque si no puede que se termine pagando más.

En este caso se trata de tres inmuebles que suman 126 viviendas, situados en la avenida de Cesáreo Alierta y construidos en 1978. La comunidad de propietarios se ha mostrado siempre preocupada por el ahorro de energía y dio ya el primer paso de cambiar la caldera de gasóleo a gas en el año 2013 porque entonces el carburante disparaba el gasto en calefacción. Tres años después instalaron los repartidores de costes válvulas termostáticas en los radiadores. En el cambio de caldera previo habían instalado ya un sistema de caudal variable, para completar los tres elementos que los instaladores de calefacciones consideran necesarios en estos casos para conseguir una mejor eficiencia energética.

Además, el Gobierno ha planteado la necesidad de contar con los contadores individuales para no ser penalizados con un recargo en la nueva tarifa regulada del gas, TUR 4, para edificios con calefacción central que deban ponerlos. La ley no obliga si tras un estudio se prueba que la inversión sería demasiado elevada y no podría amortizarse en cuatro años, algo que puede ocurrir si el inmueble es muy antiguo.

Del gasóleo al gas

El primer cambio, del gasóleo al gas, se produjo mucho antes de la escalada de precios actuales y les supuso un ahorro considerable en la factura de energía de la comunidad. "Gastábamos 142.000 euros en combustible y al pasar al gas pagamos 80.000 euros", pone como ejemplo Javier Úcar, vecino y miembro de la Comisión de Energía de la comunidad, que se creó para este cambio y ha seguido con los siguientes.

Hasta junio de este año tenían un contrato con un precio fijo, pero al tener que renovarlo les ha cogido ya la subida de precios. Ahora cuentan con una tarifa indexada al mercado, por lo que aumenta en función de los vaivenes de costes, que son muchos desde finales del año pasado y, sobre todo, con la invasión rusa de Ucrania. "Por suerte no ha habido que poner la calefacción todavía, solo agua caliente, el problema será a partir del 1 noviembre", reconoce, pero espera a sacar cuentas con la nueva tarifa regulada y teniendo en cuenta que llegan a este invierno crítico para muchos hogares con los deberes hechos para conseguir el máximo ahorro. 

En el invierno 2016-2017 llevaron a cabo los cambios necesarios para que cada vivienda pague solo por el consumo de calefacción que haga. Los repartidores de costes o contadores en cada uno de los radiadores les permiten saber qué cantidad de energía consume cada vecino y las válvulas termostáticas dan la opción de regular cuánta quieren gastar en cada habitación, en función de la temperatura. El coste de estos dos aparatos por vivienda fue de unos 600 euros, calcula.

Radiador con contador individual y válvula termoestática.
Radiador de una de las viviendas de la comunidad, con contador individual en el centro y válvula termostática en un lado.
Francisco Jiménez

De graduar a cerrar radiadores de habitaciones vacías

Las válvulas cuentan con una ruleta con números del 1 al 5, para seleccionar cuánto calor se quiere gastar en cada estancia. “La posición 3 es para 20°C y la 4 para 24”, pone como ejemplos. En su caso, opta por una posición intermedia para quedarse en 22 grados. "La válvula permite entrar el agua caliente hasta que la temperatura de la estancia llegue a los 22°C. Cuando la temperatura ambiente los alcance, la válvula cortará el circuito, paralizando la entrada de agua caliente", detalla este ingeniero sobre el funcionamiento. Afirma que con esta temperatura en su casa "no hace calor, pero tampoco frío".

"Todos los pisos que estaban vacíos en la primera lectura ya estaban a cero, no consumían", recuerda sobre el estreno del funcionamiento del sistema y el caso más claro de ahorro de quienes optaron por cerrar radiadores. 

Javier Úcar, vecino de Zaragoza, en una comunidad con calefacción central y contadores individuales.
Javier Úcar, vecino de Zaragoza, en su comunidad de propietarios que cuenta con calefacción central y contadores individuales.
Francisco Jiménez

Pese a ello, Úcar reconoce que "hay que estar detrás de este sistema" ya que sin cambio de hábitos puede que no se logre el ahorro buscado. Cuenta el caso de un vecino que en la primera factura tras instalar los contadores individuales pagó un 60% más ya que tenía todos encendidos al máximo durante todas las horas de calefacción. Regulando los de las habitaciones que no utilizaba, sin llegar a cerrarlos, consiguió bajar un 15% la factura. "Yo conseguí bajar un 30% y la comunidad un 21,69% el primer año, pero luego ha quedado en un 30% de ahorro del consumo", calcula sobre el balance total. En su casa llegó a reducir la factura de 600 a 300 euros, afirma.

Pese a todos los esfuerzos, el objetivo desde la comisión de Energía de la comunidad de propietarios es continuar lanzando propuestas para mejorar la eficiencia. Con los actuales precios del gas estudian, al igual que el resto de comunidades, tomar medidas para reducir las horas de encendido, además de retrasarlo más allá de la fecha que solía ser la habitual, debido a que el tiempo también acompaña con los inusuales 30 grados actuales en pleno octubre. Además, espera que la posibilidad que se abre ahora de contratar la tarifa regulada (TUR) del gas les permita aliviar el alza previsible este invierno.

En la lista de proyectos más ambiciosos, Úcar y su equipo estudian la posibilidad de reforzar el aislamiento de la fachada y la cubierta del edificio, que supera los 40 años, y aprovechar para analizar la rentabilidad de colocar placas solares para generar electricidad, para lo que esperan poder contar con fondos europeos de los que recibe España con el plan Next Generation, que fomenta la rehabilitación de edificios para mejorar su eficiencia energética.

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